Page 138 - RC_1966_11_N74

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-j I diay ! Está arrimando ahorita? -Si, hijó -le dijo el viejo, alzando la vista -Ya comió? -Estaba empezando -Le caliento el café? -Bueno

Ella puso la porrita y sopló el fuego

El yiejo s,e quitp los zapatones y estiró las canillas -Me han estado fregando los monos -le contó

Ella lo volvió a ver

-En la parte de adentro me han desgajado toda la milpa, allí encontré el carril ande bajan -,Tal .vez entran de noche

-I\sí cr~o' yo El mono es un animal muy vivo -,-,siguió él

-Parecen cristiaros -dijo ella y se rió

-Sí -,dijo él- pero si siguen así·, nos dejan

sin nada

Ella le pasó el café en un guacalito El viejo le dio un sorbo, soplando antes -Vamos ir ahora al pueblo?

-Yo quería ver si compro unas baterías

y no vamos a comprar el tubo de la lam–

parita?

. -Sí, pero tal vez eso la encargo mejor a San Carlos ,

-No hay ca~j manteca -le dijo ella- Lo que había lo escurrí para los frijoles

. -,-Bueno ,pensando eso es que me troíe esos bananas, y tal vez se puede vender ese hule -Cuanto .Ie dijeron que le iban a dar?

-No se, hijá Yo por menos de unos ochenta pesos no doy esos mandingas Si son buen hule -aseguró-- nada de verdugones, solo tiras lisas, son

Ello, se sentó a la orillo, El viejo bostezó, des– pués se levantó y salió afuera

Ella recogió los trastos y los llevó al banco a la– varlos, después salió con una lato a traer agua:

***

-¡Como va el tiempo~ -dijo el viejo echado en el camarote '

El otro preso que dormía a la orilla lo volvió a ver El; viejo se levantó y se desperezó Después se

arrimó a la reja de la ventana y estuvo viendo el patio Al rato se oyó el clarín del cuartel

-¡Siempre 'la misma chochada! -dijo el otra hombre

-Están formando todos abajo -le avisó el viejo

-Esta es la hora que le digo -dijo el hombre El viejo se vino para acó y se sentó en el cama– rote del otro, orrecostado a lo pared

-Cuanto tiempo tiene Ud de estar guardado? -le preg!Jntó el otro preso

-Ya llevo tiempo -le contestó con sequedad -Ud, es de aquí? ' -Sí, de aquí

-Lo agarraron desde el principio?

-Sí,

-Como amí -dijo el otro preso -Cómo te lIomás -le preguntó el viejo -Nacho -dijo el hombre

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-Ah .!

-Por qué me pregunto?

--Por nada como vamos o estar juntos Entonces el otro se rió

-Quién sabe -dijo con malicia

El viejo lo quedó viendo

-Cuanto tiempo creé que me echaron? --le preguntó '-No se

--Ni yo -dijo el hombre con desgono- Pero aquí se pudre uno de todas maneras -y golpeó Con el puño el tablón del camarote -y todo por uno chochada -se lamentó--

Quién va a pasar su vida aquí? y sola por unos chanchos, no son chanchos de fas animales -le ex–

plicó- sino que son los amigos míos Me dieran a

vender unas cadenas de oro ! y no va a creer que eran robadas! -dijo alzando lo voz- poro qué le vaya contar lo demás A quí estoy ¡Ah, pe-

ro esto no se quedó así nomás~ El que me metió en ésto quedó con \0 cara cortada, aquí' -dijo señalán– dose con el dedo

El viejo lo quedó viendo

Del patio se oían las voces y los risas de Jos guar

dios yola lejos el ruido del puerto los pitos de fas lanchas y (o bulla de (os muelles

El viejo volvió a levantarse y se paseó por el cuarto El otro preso se fijó en él de pies a cabeza

-Me duele esta mano -le dijo, llamándole la atención

-Tal vez te golpeaste -le dijo el viejo. -No Yo creo que dormí mal -le dijo y se rió

En lo puerta se oyó el ruido de Jo 1I0ve en el can– dado y la tranca del travesaño que levantaron abriendo y entró un guardia en camisola, que les traía la co– mida

-Qué horas son? -le preguntó el hombre -Para qué Querés saber? -le dijo el guardia

con burlo-.

Que querés irte ya para la oficina? ¡Je! ¡Je! -se rió el guardía

-Vaya pues -dijo el hombre, molesto El guardia dio la vuelta y cerró la puerta -Que indio más bruto es éste -dijo el hombre

El viejo se sentó en su camarote y día un trago de café

El otro preso cogió con los dedos la tortilla y lo hizo un rol lito

-Yo le digo que está chiche el viaje

-j Quién sabe! -dijo el viejo

-No ve que a la hora que van a la cuestión de la bandera, todos se van para afuera ? -jAh ! pero

-Si eso es cuestión de hacerlo -Veremos, pues -dijo el viejo

El hombre se llenó la boca cogiendo más comida

y luego se chupó el dedo que se había llenado al res– tregar el plato

El viejo le posó el pocillo de café y el hombre trO– gó varias veces y enseguida le devolvió el pocillo , -Ahora nos van a llevar al puente -le informe

er viejo

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