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« Previous Page Table of Contents Next Page »una oreja y allí se quedó mirando el río y el vieJo muelle Al rato se levantó y se acercó a la orilla del río, cogió una piedra y la tiró largo . cuando en eso vía venir un bote con un hombre que traía puesto un sombrerote y venía remando ligero,
-j Eih! -le gritó el hombre- no es prohibido arrimarse aquí?
-j NO! -fe contestó el muchacho y se le acer– có El hombre no troía nada dentro del bote y el muchacho fe quedó viendo los pies blancos y arrugados de frío
y de dónde se la trae? -le preguntó el muchacho
-j De por ai ! -le respondió el hombre -De los guásimos?
-No De más arriba de Quebrada Vieja
y qué anda haciendo por aquí?
-Ando buscando al Comandante -le informó
el hombre muy serio
-Yo soy hiio de él -le explicó el muchacho-– él es mi papá -le agregó
-Ajá -di jo el hombre sin darle mucha im-portancia Se apartó a un lado y amarró el bote en
un poste de la orilla, se limpió las manos sobre el pan– talón y volvió donde el muchacho
Y dónde está tu papá? -le preguntó -Está dormido todavía -le dijo el muchacho -Andá despertalo, pues . -No le gusta que lo despierten
-Es que es urgente -le explicó el hombre
El muchacho lo quedó viendo pensativo y se vol– vió a fijar en los pies arrugados del hombre. -Lo vas o ir o llamar? -le dijo el hombre -Bueno pues -dijo el muchacho, resolvién-dose
El viejo Comandante ya se había levantado y es– taba en el lavamanos rasurándose
. Ahí lo buscan -le dijo el muchacho. -'-¿Quién es? -le preguntó el viejo-- ¡Tan de mañanita comienzan a fregar! y por qué no le di-jiste que estaba acostado?
_:-Es que dice que es urgente.
Ah, bueno pues Que me espere un ratito, que ya voy -le dijo el viejo, y siguió rasurándose
**"
-Buenos días -dijo el hombre, entrando El Comandante se ladeó un poquito para verlo por el espejo
-Buenos días -le contestó y siguió rasurándose El hombre se quedó parado donde estaba y el viejo se agachó sobre la pana de agua para quitarse el ¡obonallo, después se inclinó a un lado a coger lo tO<.ll\o
-¿Qué se le ofrecía? -le preguntó mientras se secaba. .
- Pues. es que aquí vengo o entregarme -le dijo el hombre
-,-jA entregarse! -exclamó el viejo sorprendido
~9ió lo pana y se yino a botar el aguo a fuero El ombre lo ~iguió con la mirado
-Es que anoche maté o uno -le explicó
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-El viejo puso la pana o un lado
-Anoche qué ? -le preguntó pasándose la mono por lo barba
-Anoche maté a uno -repitió el hombre -Ajá -dijo el viejo sin saber que hacer-
y adónde fue eso? -En Quebrada Vieja
-Quebrada Vieja queda después del Grillo? -le preguntó el Comandante con naturalidad, y como recordando el lugar, siguió
-¿No es de ahí de donde son (os Ramírez? -Si -dijo el hombre- Alcibíades y Fermín Ramírez
y el viejo don Lolo deme razón? -Pues, ahí está don Lolo -dijo el hombre tranquilo
-jAh, don 1.,010, buen amigo mí'O, sabe? -dijo el Comandante y se quedó un roto pensativo . y Ud cómo se llama? -fe preguntó -Manuel Bozo -le contestó
-Entonces siéntese aquí -y le señaló una silla El viejo dio lo vuelta y se dirigió a lo cocina. -Ya va a estar eso? -preguntó.
-Dentro de un ratito -le dijo la cocinera-sólo faltan que estén los plátanos
Y qué no hay tortillaS?
-No -dijo la cocinera- no echaron donde las Menos
-¡Vaya pues! -exclamó el viejo y regresándose donde lo cocinera, le dijo - Ve, freite unos dos hue–
vos más paro un hombre que está ahí. -Si señor -le respondió la mujer
Después de un rato pusieron la meso El viejo Comandante !lomó al hombre a comer El hombre se sentó o un lado callado y se sirvió un pocillo de café El viejo le posó las huevos y el hombre ladean– do el plato se sirvió, después cogió sol y la desparramó encima de los huevos y con la punta del plátano des– tripó las yemas y se fue comiendo los huevos, chupan– do trocito par trocito de bastimento
Y por qué hizo eso? -le preguntó el Co– mandante
El hombre no contestó El viejo le pasó más bastimento El hombre lo miró y siguió comiendo
Y por qué no cogió mejor para Costa Rica? -Allá también debo otra -Entonces poro la Borra, pues
-También me buscan los de la Aduana Y por qué escogió este lugar?
-No se -dijo el hombre- y se acomodó en el
asiento
El viejo se levantó a traer agua de lo tinaja -Quiere agua? -le preguntó -No -dijo el hombre- gracias
-Ve -llamó el viejo al muchacho-- andó bus-come a Alfonso Decile que venga, que lo necesito El muchacho salió por la otra puerta.
Alfonso estaba acostado en uno hamaca con uno toalla enrollada en el cuello y tosía mucho -Decile que estoy enfermo -le dijo al mucha– che- que me estoy ahogando del catarro y que no puedo llegar
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