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« Previous Page Table of Contents Next Page »verdes de los surcos' reClen nacidos se perdían a lo lejos entre uno que otro árbol
Al otro lado quedaba: el camina y para salk de la casa de la finca había un callejón y allí iba el pe– rrito lamiéndose
El muchacho se fue a seguir regando los palos y estaba escurriendo el balde cuando se voltió a ver otrás
Allí estaba el otro muchacho que traía chineando al perrito que todavía se venía que ¡ando de tos mor– discos
-'¿Vos le arreastes los perros para que no lo si– guieran mordiendo?
-SÍ -le contestó el otro
Entonces el muchacho agradecido se casó de la bolsa un mango que andaba y se lo pasó a Rafai
-Está maduro -'le dijo y acariciando al perrito dio la vuelta y ya se vino otra vez por el callejón , El otro muchacho se quedó viéndolo y lo siguió y lo siguió con la vista, entonces le dio mucha lástima cogió el mango maduro que le había dado, lo pus~
encima de uno de los postes del cerco y se vino a se– guir regando los palos
-Rafai! -lo llamó el viejo acercándosele adon– de estaba.
'-'Qués -le contestó
I diay, como que andás llorando? -le pre– guntó -y qué fue?
" -Nada -le dijo el muchach.o- cogió con una mano la oreja del balde y con lo otra sostenía el fon– do, mientras ladeándolo fue echando el agua sobre los palitos
EL VUELTO
N
ADA de embarcación?
-Nado amigo, tal vez en la tarde -No creo '
-Tal vez amIgo tdl vez -repitió el otro -¡Ojalá, pues ! -dijo don José
El otro iba con una vara' de pescar y un saquito, pero se quedó parado, malidoso, viendo a don José que iba ot rovesondo la coi le, despuéS lo acera y en– trabo o la pulpería que quedaba a un lado
-j Ehs! -se dijo el otro, Esperó un rato allí y &~spué~ se fue al muelle a pescdr
-j Buenos díós! j Buenos días! ¿Que no hay nadie que despache?
-¡Ai va! ¡Ai va! -grifaron de adentro El ruido de los platos en la cocina y el olor de la 'manteca frito se venían hasta afuera
Una viejo salió par' una puertecita del fondo La vieja alzó la visto para ver quién ero Y se asus– tó, pero pudo disimular agarrándose el delantal con los m'anós
-¿Q\-lé quería, don José? -le preguntó tem-blándole la voz
-Que si tiene puros . -Están solo de los chiquitos -BÜeno
La' vieia se acercó a la mesa, destapó el tarro de los puros y revolviéndolos adentro con la mdno, volvió la cabeza y le preguntó. -¿Cuántos va a querer?
-A ver -dijo don José- deme cinco reales ¿a real son?
-A real -dijo la vieja, sacando los puros -Bueno pues, deme cinco
La vieja le pasó los puros Don José los olió y le dio 0.10 vieja un billete
-Uhmm! como que no voy a tener vuelto, don José
-¿No tiene vuelto? Pues oi me los da des-
pués
***
La vieJo se fue paro adentro a ver la cocina Don José se quedó allí como otras veces, se fijó en uno muchacha que estaba barriendo y se le acercó -Vos estás sirviendo aqur? -'le dijo
-Si -le contestó la muchacho empujando lo basura
-De donde sos vos? -le preguntó- de San Codos?
-No -le contestó- de aquí nbmás' de Santo Cruz
-Ah! -dijo don José- y aquí vivís
--Si .
-Cómo te lIamás? Carmen
¿ y no salís? -¿Adónde vaya ir?
-Ah! pues por oi ¿que no te gusta posear? La muchacha lo quedó viendo ' dio la vuelto, sonrió y le dio un escobazo al perro que se levantó y se fue a echar bajo la mesa
***
-Qué te dijo ese hombre? -le preguntó la vieja o la muchacha
-Nada que si ero de San Carlos -Ah!
La vieja oliÓ la sopo y con la cuchara sacó un poquito que echó en su rrano y después la pro~ó. ;,. -Pasame la sal -le dijo o la muchacha La muchacha le trajo un huacal viejo con sal -Te he dicho que no andés hablando con ex-traños
, -Yo no ando hablando con nadie
La vieja levantó los hombros y se sentó La muchacha recogiÓ una astillo del suelo, la metió en el fuego y después se fue al patio
Don José llegó al muelle y encendió un puro
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