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to de fa fuerza necesaria; pela al leerlas con los co– mentarios que sugieren sucesOs posteriores, se convier– ten en cáustico sarcasmo para el gobierno por él representado Sin embargo, es probable que los pala– bras enérgicas del ministro salvaron la vida de Living– ston; pero a éste se le mando salir del país en que había vivido diez años 1

Algunos días después de estos sucesos llego a Granada el Honorable Pierre Soulé Había venido con el objeto de obtener algunas modificaciones al decreto dado por Rivas poco antes de su fuga de leon a Chi– nandega Este decreto autorizaba o unos comisiona– dos paro negociar un empréstito de quinientos mil dolares con garantía de un mil/on de acres de terrenos baldíos Pronto se hicieron las modificaciones sugeri– das por Mr Soulé, y de acuerdo con el decreto se nom– blo para comisionados a S F Slatter y Mason Pilcher los bonos emitidos en virtud de este decreto son los únicos legítimos de la República vendidos en los Esta– dos Unidos, y la idea generalizada de que circulan muchas obligaciones de Nicaragua es enteramente erronea

No obstante que el decreto relativo al empréstito era el objeto inmediato de la visita de Mr Soulé, su presencia en Nicaragua tuvo otros resultados favora– bles Su hermosa cabeza y su noble presencia hicie– ron profunda implesicln en las gentes del país, sensibles como son a los encantos ele la figura y de Ilos modales. Además, hablaba el castellano con tan suprema ele– gancia y conversaba con las gentes del pueblo con tal bondad y comprension de sus necesidades y senti– mientos, que todos lo escuchaban con deleite y respe– to la dodlidad de los naturales de Nicaragua, espe– cialmente la de los indios, es grande, y tratándolos con benevolencia y persuasion casi se puede hacer de ellos lo que se quiela la influencia de lo que les dijo Mr. Soulé duro mucho tiempo, y después de su partida so– lían preguntar cuándo volvería a Nicaragua Su Exce– lendo, título éste que dan a las personas que conside– Ion de alto rango 2

Durante el mes de agosto no llegaron muchas personas 01 país, ni pOlo el servicio militar ni para ocu– parse en asuntos civiles Un nuevo mal y m6s peligro– so aparecio también en el ejército la deselcion, más mortífera que el colera, empezo a hacer estlagos en las filas la de un tal TUlley, con toda una compañía de batidores, fUe la primera digna de nota Habían sido enviados desde Managua pOI el comandante capitán Dolan, con orden de explolOr el camino qu~

corre a lo largo de la margen sUloeste del lago hasta Tipitapa Durante varios días aguardo Dolan con an– siedad su regreso; pero en Granada se tuvieron noti– cias de que los habían visto en el río Malacatoya

1 Ml. Wheelel, el ministlo fiJibuste!o, como llamaban los centloameticanos con soblada lazón a este leplesentante in– fiel de los Estados Unidos, ela un digno amigo de Walker En la carta que escübió a Manning hay un plÍlrafo de una crueldad y un cinismo tales soble la muelle de Salazar que al mismo Walker no se atrevió a estampallo. Relo ~qUí:

"Pero aun suponiendo lo contlario, ya que ahOla duerme

y descanSa en su tumba después de la al diente fiehle de la vida, bien dOllnido está Ni el acelO, ni el veneno, ni la

malignidad de BUS paisanos, ni la guerla exteriOl, nada }l0–

drá afectarlo en lo futuro" N del T.

2. Mr Pierre Soulé era un francés natulalizado en los Es– tados Unidos, que llegó a ser homble de mucha populalidad

y de gran Í1úluencia en lo'! 1i;stados del SU!', especialménte

Sin embargo, pasaron muchos dios antes de saberse su proposito y la suerte que corrieron Según parece, desertaron con ánimo de ilse por Chontales robando y

saqueando, como en efecto lo hicieron, y, por último, salir al mar pOI el río de Blewfields Algunas cir– cunstancias indican que el plan se fraguo antes de ve– nir tl Nicaragua estos individuos; porque al llegar pidiendo con mucha insistencia que se les dejara cons– tituir una compañia por sí solos, y cuando desertaron habían sel vida solamente algunas semanas Pero su plan, ya fuera el resultado de largas medilaciones o de una repentina resolucion, tuvo el condigno castigo Muchos días después rle la desaparidon de Tur– ley, un comerciante flancés de la poblacion minera de lo libertad llego a Granada para informar a Walker del fin que habían tenido los deseltores Cuando apa– recieron en Chontales, ICl gente supuso que andaban en comision; pero sus actos de violenCia y de rapaci– dad no tOldaron en delatar su verdadero caráctel Pasalon por el disttito minelo y cerca de La libertad amarraron y azotaron a un francés para obligarle a

decir donde tenía su oro Entonces los franceses del distrito, en su mayor parte de los que fueron licencia– dos del eiército en Rivas en el mes de marzo anterior, se ¡untaron, reunieron gentes del país y atacaron a los ladrones Según parece, Turley y fas de su gavilla es– taban escasos de municiones y convinieron al fin en entregar sus armas, siempre que se le diese un guía para llevarlos a Blewfields. Entregaron la~ armas y

poco después, cuando los que les habían apresado los llevaban hacia el pueblo, se les hiio fuego y todos, menos dos, fueron asesinados allí mismo

Sin embargo, exceptuando la compañíp de Turley, la desercion era en aquel entonces rara entre los ame· ricanos los desertores, aunque no muy numerosos, se contaban especialmente entre los europeos Mu– chos de éstos habían ido a Nicaragua con la sola idea de sentOl plaza pro cobrar Id paga; y no teniendo la previsíon o la paciencia de aguardar que con el tiem po aumentase el valor de las tierras que debían recio bir, se disgustaban pOI la escasez de dinero, poniéh· dose a buscar la manera de abandonar el ejército y el país Por otra pOi te, los recién llegados se atemori– zaban con las noticias que constantemente corrían acero ca del número y de la fuella del enemigo, y los que estaban menos al COI riente de las cosas del país eran los mós propensos a desalentarse Además de estas causas que tendían a debilitar el ejército, muchos de

los que iban a Nicatagua a expensas del Estado resul· taban impropios pOlo el servicio militar Como no

era posible hacedos pasar un examen médico en los Estados Unidos, sus defectos no se conocían hasta que \os examinaba el selvicio de sanidad en Granada lC1S personas versadas en las estadísticas médicas ima– ginarón fácilmente los muchos que se rechazaban por el solo hecho de padecer de hernia

Pero tampoco le faltaban al enemigo motivos de

debilidad y disension Algunos de fos defectos de SU

ejército provenían de su calidad de aliado Los sol dados que estaban en leon eran de Guatemala y Sor

Salvador; además, Rivas había reclutado muchos la briegos de las regiones de lean y Chinandega E

por su notable talento de olador. Soulé fué uno de los fir

Dlantes del manifiesto de Ostende a que se hace referencil en la Introducción. N. del T.

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