Page 7 - RC_1966_09_N72

í

UN EDITORIAL DE AYER PARA REFLEXIONARSE AHORA

¡'LA PAZ

"Quédate oh lanzo despojo inútil Donde enreden sus telas los arañas"

Así- cantaban los Ateniensos y Espartanos cuando en un año de tregua que dieron a sus contiendas fraticídas tomaron gusto por la paz y Nicias se aprovechó de ('sta disposición para establecer la paz que se llamó Nicea "Cuando tomamos el sueño", añadían unos y otros "no nos despierten las trompetas, sino los gallos'/ 'Tal podemos cantar nosotros los nicaragüenses hoy que por las más grandes d¡¡ las feli– cidqdes, hemos tomado gusto por la paz, y a cuya influencia bienhechora vemos de–

~arrollarse todos los manantiales de la riqueza '

Desde nuestra independencia de la España hasta el año de 1856 no disfruta– mos un período de tres años de paz, ni de dos, ni de uno tal vez ni de momentos, rorque cuando el cañón no tronaba anunciando el exterminio era porque exhaustos de combatir, nos parábamos a cobrar aliento para nuevos combates, y aun en medio de ese desmayo, la desconfianza, la alarma continuada hacía estremecer la moribun– da sociedad Y, ¿a dónde íbamos y por qué peleábamos hermanos con hermanos? Fácil es decirlo, íbamos para la esclavitud, y peleábamos por nada, porque las tem– pestades revolucionarias pasaban sucesivamente asolando esta °

aquella parte del país, y ningún principio nuevo surgía, ninguna reforma, ninguno mudanza pues el gri– to de guerra no invocaba derechos, sino personas; de manera que por cambiar éstas, la sociedad quedaba exánime, y con sus mismas instituciones y sus mismas libertades

Unos dicen "no recordamos el pasodo" Otros "pudiéramos borrar las pá-ginas afrentosas de nuestra historia" -Nosotros decimos, no, no las borramos, re– cordaremos siempre lo que fuÍmos, que la memoria dé Jo experiencia, y la experiencia es la más segura guía en la marcha peligrosa de la vida Preciso fue que en nuestros vaivenes políticos llegásemos al borde de un abisma, o para que retrocediésemos horro– rizados, preciso es ahora que recordemos cuán negro y cuán profundo es ese abismo, paro que vayamos (.on más sosiego en nuestro camino, persuadidos de que un trastor– no nos precipitará siempre en la desgracia

Cuando tendemos la vista por nuestro suelo nos sentimos sobrecogidos al con– templar por todos partes vestigios de la sangrienta lucha que sostuvimos por espacio de 36 años, pero tan penosa situación se calma cuando vemos las ciudades levantándose de sus ruinas, y los campos cubiertos de espigas, transformándose sus abrojos en plan– tas utilísimas al hombre

Cuando registramos los periódicos antiguos, nos sentimos abrumados de la vergüenza al ver que se habla de los nicaragüenses comp de antropófagos, pero tal vergüenza se cambia en plúcer cuando registramos los de hoy día y encontramos, que en todo se elogia a nuestro país Sí, la prensa extranjera nos califica hoy de honrados, de industriosos, y de amantes del orden, porque en vez de resultar un nue– vo trastorno en Nicaragua, cuenta una nueva mejora, cuenta nuestro bienestar, cuen– ta el café, el hule y nuestros demás productos que van expenderse a los grandes mer– cados del m,undo

j Gloria eterna a la administración actual de Nicaragua! Gloria mil veces por– que nos ha dado la paz! Tan grandes logros exceden el esfuerzo humano Sí, es la

Providencia la que ha obrado valiéndose del hombre como instrumento, y por eso glo– rificaremos a la Providencio ,Tres años hemos vivido en profunda paz, la libertad y el orden están conciliados ningún nicaragüense vive en el confinamiento o en el destierro Esto basta, nicaragüenses, vivamos, pues, en paz, marchemos unidos" juremos en las aras sacrosantas de la patria que ningún motivo; nos hará limpiar la lanza para p'resentar el degradante espectáculo de matarnos hermanos con herma– nos.

_______----'- ---'-.i..-..;... ----------..:.--------)

3