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POR LA VERDADERA CONCORDIA

ENTRE Tonos LOS HOMBRES Y Tonos LOS PUEBLOS

MEDALLA EN CONMEMORAC10N DE LA

PEREGRINACION DE PAULO VI

En relación cón los informes aparecidos en la prensa relativos a la entrega a Su Santidad el Sumo Pontífice de, una medalla de oro acuñada en Israel, proporcionamos a [os lectores de esta revista algunos detalles acerca de este significativo acontecimiento según la versión del Arzobispo Georges H9kim quien junto con Levi Avrahami hizo sU presenfación al Papa . Ld audiencici papal, que me fuera sugerida por el Sr Levi Avrahami, "acuñador" de la medalla, fue fi– jada por las autoridades del Vaticano para el 9 de diCiembre de 1965, un día después de la clausura del XXI Concilio Ecuménico Pocas horas antes del tiem– po fijado se me informó que debido a las agotaqoras ceremonias c;le clausura y otros compromisos diplomá– ticos, la entréga de la medalla debería postergarse Sin embargo, cuando Su Santidad el Papa llegó a saber que dos israelíes (el Sr Avrahami y yo) deseaban ofrecerle un modesto tributo de apreciaCión, la audien– cia no sólo sé realizó a tiempo sino que excedió consí–

derab/ement~ los diez minutos que nos otorgaba el protocolo

El Sumo Pontífice examinó detalladamente la medalla de oro diciéndonos que conservaría "siempre el recuerdo de Jo peregrinación a Tierra Santa que tuve el gran privHegio de emprender" Con referencia al Monte Sión que figura en el reverso de la Medalla de Conmemoración de la Petegrinación del Pa.oa Pau/o

evocó la hora demasiado breve que pasó "en la cima de este santuario sagrado, tanto para el cristianismo

Como para el judaísmo", y destocó luego la extraordi– naria fidelídad que acusa su rostro, acuñado en el an– verso de la medalla y no es de extrañar pues el Sr Avrahami se valió de fas servicios de Paul Vincze, el famoso medpllista al que el Papa concedi6 una audien–

cia especial para permitirle ejecutar su obra de arte Las palabras de despedida del Papa nos éausaron una impresióh imborrable liNo merezco un obsequio tan hermoso" Interrumpiendo nuestras protestas, nos dejó con una cálida sonrisa, agregando. "Les agra-

dezco una vez mós" , En el

reverso de la medalla se ven claramente los contornos de ro tumba del Rey David y el Cenáculo, dominados por fas macizas murallQs y el campanario de (a Abadía de la Dormición en el Monte Sión, la cual

fue elevada en 1957 a la dignidad de Basílica Menor

Cabe recordar que durante la histórica visita del

Papa Paul VI a la iglesia de la Dormición, el 5 de el1ero de J 964, el coro de !as "Hermonitas de Jesús" contó el himno latino Salve Regina en hebreo, tomado del cap 15 del Libr6 de Judith

Al escuchar los famosos versos Tu gioria Jerusa– fem-T u laetitia I srae/-T u honorificentia populi nostri - y el nombre de María pronunciado en he– br·eo "Miriam", una afable sonrisa iluminó el rostro del Sumo Pontífice - conforme a los entusiastas informes publicados por la prensa al día sig0iente

Es posible distinguir igualmente en la medalla la "Cámara del Holocausto", en la que el Cardenal Tis– serant, acompañado del Ministro de Cultos, Dr Zeraj Warhaftig, encendió seis velas - en memoria de los seis millones de judíos asesinados - diciendo "En nombre del Papa expresamos nuestro pesar y partici– pación en fa angustio y dolor por la terrible destrucción de que fue víctima el pueblo hebreo",

Si tenemos presente que la tumba del Rey David es también sagrada para nuestros conciudadanos mu– sulmanes, podemos concluir que en ninguna otra parte del mundo se encuentran lugares santos de la cristia– nidad, el judaísmo y el rsfam en proximidad tan íntima

y pacífica como en el Monte S¡ón de Jerusalem ¿Qué mejor imagen puede, por lo tanto, adornar una medalla acuñada para perpetuar el recuerdo de la peregrinación papal? El propósito de esta peregrina– ción fue, en las palabras del Papa "Rezpr, sobre todo, por Jo gracia dé la reconciliación del hombre con Dios

y por la verdadera concordia entre todos los hombres

y todos los pueblos".