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de sangre humana,

y (Jun siente nuestra lengua el gusto de la manzana". (100)

Los anteriores versos dejan traslucir, con toda cla– ridad, el íntimo sentido de la vis ion bíblica de Rubén, que no es un simple recurso literario, sino algo básica– mente humano y actual Darío aquí proclama que es uno el origen del hombre; y, por consiguiente, lo igual– dad de la !'lacion judía con las demás naciones d~ la Tierra

El símbolo religioso se convierte en símbolo de confraternidad universal, de justicia y union entre ju– díos y cristianos

En "Retorno" se reofirma en el artista el hombre, sus inclinaciones afectivas y sus simpatías por el pue· bfo israelita que indubitablemente merece el respeto y la admiracion del Mundo Oigámosle:

"En el lugar en donde tuve la luz y el bien, ¿qué otra CQsa podría sino bescrr el mcrnto a mi ROlncr, mi Atencrs o mi Jerusalén?" (la 1) A los grandes amores de Rubén: la Francia que le toco vivir, la Romo de los Césares y la Atenas de Peri· cles (las antiguas y gloriosas tierras del clasicismo gre· cqlatino), se junto ahola el de Israel Por eso, después de besar el monto a su Jerusalén bendice .... el dromedario que a través del desierto condujera al Rey Mago, de aureolada sien, y que se dirigía por el camino cierto

en que el crstro de oro conducía a Belén". (1021

En el Canto a la Argentina, el lenguaje bíblico co– bra la tesitura de su propia expresion lírica Este hecho se observa con frecuencio en Daría "Hay como por instinto en Rubén un don de caracterizar por el vocabu– lario", reconoce Marasso (103 Gran verdad que se con– firmo una vez más en estos versos:

¡Exodos! ¡ExQdos! Rebaños de hombres, rebaños de gentes que teméis los días huraños, que tenéis sed sin hallar fuentes y hambre sin el pan deseado, y amáis la labor que germina Los éxodos os hClI1 salvado: ihay en la tierra una Argentina! He aquí la region del Dorado, he aquí el paraíso terres:f(~,

he aquí la ventura esperada,

he aquí Canaán la preñada,

he aquí los campos del Toro

y del Becerro simbolico;

he aquí el existir que en sueños miraron los melancolicos, los clamorosos, los dolientes poetas y visionarios

que en sus olimpos o ccrlvarios amaron a todas las gentes",

lOO) P e (A), Pág 879: 101) P e (A), Pág 887; 102) P e (A), Pág

887

103) A~urouMutasao. Prólogo, en An.ol~ía PoHi<;a de R1JQ€n D~río, Edi· tOrlal Kapelu.., Pág. XXVII

11

"He aquí el gran Dios desconocido que todos los dioses ClbClrca. Tiene su templo en el espacio; tiene su gazofilacio

en la negra cClrne del mundo. Aquí está la mar que no amarga. aquí está el SaharCl fecundo, aquí se confunde el tropel de los que al infinito tienden; y se edifica lo l3abel

en donde todos se comprenden",

",Cantad, judíos de la pampa! Mocetones de ruda estampa, dulces Rebecos de ojos francos, Rubenes de· largos guedejas, patriarcas de cabellos blancos, y espesos como hípicas crines; cantad "cantad, SClras viejas, y adolescentes Benjamines con voz de vuestro cOlazon: 1Hemos encontrado a Sjon!" 1104)

En "Santa Elena de Montenegro", Daría ve la "ho-ra de Cristo en el Calvario"; y el <;Iesfile en 1;)1 que ..

"Vqn rebaños dolientes... Van visioneS de duelo y afán

cual vio en el Apocalipsis Juan". (105) El poeta comprende que, en el Eclesiastés, se en· cuentran, en su totalidad, las posibilidades del hombre, en el instante que es su vida frente a la eternipod; y escribe:

"Ya nos lo dijo el Eclesiastés:

tiempo hay de todo: hoy tiempo de amar, tiempo do ganar, tiempo de perder, tiempo de plantar, tiempo de coger, tiempo de llorar, tiempo de reír, tiempo de rasgar, tiempo de coser, tiempo de esparcir y recoger,

tillmpo de nacer, tiempo de morir". (106)

Después "La soledad que amaba Jeremías,/ el misterioso profesor de llanto "la siente en el "silencio

y la paz de la Cartuía" I 1107)

En "Pequeño Poema de Carnaval", Rubén ha vis– to a Mammon ir tras Venus; y en Palestina, en Belén, presencio el milagro de "una dul<;e niña de rora belle– za", que .

"a los influjos del hada amorosa, que supo el secreto de aquel corazon, se fue convirtiendo poco a poco en rosa, en rosa más bella que las de Saron". (l08)

Job es motivo de un abrojo, que más bien parece una humorado (109) "A Sara Neuhous de ledgard", le dice:

"Por lo buena y hermosa,

101) P e (A), págs 906 907 y 908; 10~) l' e (A), Págs 896 y 897; 10G)

P P (M. P{l.g 898: 107) P (J (A). Págs 937 y 939; 108) P e (A).

954; 109) P e (A), Púg I,UI6

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