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« Previous Page Table of Contents Next Page »Unidos' y de Cenfroamérica, que trabajan en el Cen– tro.
Los libros de tex:io están impresos en buen pa– pel, con tipo claro y grande e iluslraciones en co– lor que reflejan la vida de la regi6n cenfroameri– cana. Su grosor varía de las 40 a las 352 páginas. El prop6sito es producir el suficiente número de li– bros a un precio moderado pero de calidad acep±a– ble yeso confribuye a los fines de la Alianza para el Progreso de llevar los beneficios de la educaci6n primaria a iodos los niños de Centroamérica y Pa– namá.
El costo unitario de los libros de ±eXÍo varía con el número de páginas y de clisés necesarios, así co– mo por los precios de la casa impresora. Así, el costo de impresi6n de libros de lenguaje de 100 pá– ginas a dos colores, fluciúa alrededor de nueve cen– tavos a veintiseis centavos y medio de pesos cen– ±roamericanos. El libro de :l:erio tercero de mate– máticas, con 200 páginas y dos colores, tiene un cos– ±o uni:l:ario que va de los veinticinco a los treinta y
sie:l:e centavos y medio. El de leciura a dos colores, de 352 páginas, :l:iene tUl cos:l:o de cuarenta a sesen– ±a y un cen1avos.
Títulos y Total de Volúmenes
El número de libros impresos para cada grado, indica la gran disparidad en la asistencia de alum– nos, que existe en:l:re el primero y los demás grados en los diversos sis:l:emas de educaci6n pública. Las estadísticas de los seis países indican que menos de dos por cada cinco niños de escuelas públicas, pa– san del l'i al 2 9 grados y sólo uno enire 6 llega al 6 9 grado.
Las esiadísticas del número de niños que asis– ten al primer grado, pueden conducir a err6nea in– ±erpre±ación, por que se basan en el número de ni– ños que se presentan a clases durante la primera semana de aciividades escolares. Muchos de los niños dejan de asistir después de la primera sema– na. Por ejemplo: talvez 100 niños, pueden apare– cer en un sa16n que s610 tiene cabida para 30. Al fin de la primera semana, o algo así, tanio los chi– cos corno Jos padres de muchos de ellos, deciden que no tienen objeto continuar asistiendo. Al año siguiente, se ha observado, los desertores regresan nuevamente al primer grado, a ocupar un lugar en el salón de clases, y de nuevo, en rnuchos casos, no encuen:l:ran ni si:l:io ni materiales de enseñanza. Por
úllimo, estos niños desisten totalmente. La m.a:trícu– la de las escuelas públicas elementales del Is:tm.o, de acuerdo con las últimas estadísticas disponibles, es la que se muestra en el cuadro adjunto ±i±ulado "MATRICULA POR GRADOS EN LA ESCUELA PRIMA–
RIA".
Los 70,500 maestros en las escuelas del Is±m.o, se dividen, conforme a estimaciones, de la siguiente manera. Guatemala, 11,364, El Salvador, 12,120,
Honduras, 14,875, Nicaragua, 6,255, Cos±a Rica,
15,500, y Panamá, 10,370.
Comentando las estadísticas de matrícula esco– lar, el docior Rugo Lindo, Ex-Ministro de Educación de El Salvador y aciualmen±e Direcior del Departa– mento de Asuntos Cul±urales y :E.duca±ivos de la ODEeA, ha observado que los ±o:l:ales abarcan sólo a aquellos niños que han sido matriculados en las es– cuelas. El Dr. Lindo manifiesta que hay muchos ni– ños que nunca en±raron 'a la escuela, o no fueron matriculados cuando se presentaron, por carencia de sitio en los aglomerados salones de clase.
Cosa semejante puede afirmarse con respedo a los maestros, quienes han venido trabajando en cir– cUJ:lsiancias precarias, careciendo, a veces, de lo más elemental para el cumplimiento de sus funciones. Coniar con las facilidades que determina el uso de los libros y sus correspondientes guías, volverá más cómodas sus labores, y servirá de acicate para el entusiasmo con que estas se desarrollan.
En muchas escuelas, especialmente en las áreas rurales, los materiales de enseñanza de toda índole, eran sumamente .escasos, o simplemente no exis– tían, cuando comenzó el programa de libros de ±ex– lo. Rara vez se encontró unifonnidad de ±erios em– pleados, en el aula por iodos los niños. Las autori– dades escolares y los padres de familia, se veíflll. fre– cuentemen±e en la necesidad de reforzar los recur– sos financieros para la adquisición de los más indis– pensables.
Puede afirmarse, por iodo lo anterior, que E;lS–
±e programa tiene una particular significaci6n en la historia de Centroamérica. Por primera vez, los países centroamericanos coordinan sus esfuerzos, bajo el signo de la Alianza para el Progreso, para no sólo dar impulso a la educación, dentro del fra– ±ernal espíritu centroamericanisfa. Por primera vez, se logra la uniformidad de dichos libros de ferio en los diversos grados, expeditando así el esfuerzo de los maestros y el aprovechamiento de los educandos,
y librando de cargas el presupuesto familiar de los núcleos de escasos recursos.
MATRICULA, POR GRADOS, EN LA ESCUELA PR!MARIA
Países Tolales 1 9 2 9 3 9 4 9 59 6 9
Gua±emala '65 272,972 111,139 59,424 41,706 27,131 18,755 14,817
El Salvador '64 378,138 133,210 77,872 53,271 45,587 35,050 28,148
Honduras '64 260,596 108,905 57,875 37,786 24,510 17,679 13,841
Nicaragua '63 148,180 84,636 25,795 14,749 10,000 7,000 6,000
Costa Rica '64 249,336 76,047 54,330 44,681 33,462 23,487 17,329
Panamá '65 147,000 47,500 39,000 36,000 30,000 25,000 19,500
,TOTALES 1,506,222 561,437 314,296 233,193 170,690 126,971 99,635
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