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« Previous Page Table of Contents Next Page »LOS REC1JRSOS HUMANOS EN LA COSTA ATLANTICA
JORGE JUREIDINI
Presidente de la CODJi}CA
Desde antes de la reincorp()I'oclon de la Mosquitia al ¡-erriforio nacional en el CIño de 1894, el Gobierno Inglés había llevado a efecto ciertos estudios en la region que
hoy comprende la Costa Atlántica de Nicaragua.
El Gobierno de Nicaragua ha realizado numerosos estudios en ese vasto Departamento de Zelaya que con la Comal"ca del Cabo comprende el 40.4% del territorio na– cional.
El úHimo gral1 estudio lo está realizando FAO e !NFONAC, en el Norte de ese Departamento.
Pero jamás se ha tomado en consideracion al ele– mento huma!1o, factor principalísimo para el desarrollo de aquellCl y cualquiera otra region del mundo.
Con sus 88,963 habitantes, en un área de 65,855 kilometros cuadrados, se comprende fácilmente el proble– ma en cuanto a mano de obra se refiere; y si a esto agre– gamos que en el Norte del Departamento el 75 % son indígenas miskitos sin la más rudimentaria preparacion, se verá claramente el Verdadero Problema de la Costa Atlántica.
Desde el primer momento la CODECA se dio cuenta de este grave problema, y busco el asesoramiento de las Naciones Unidas; la que sin pérdida de tiempo envio un experto para nuestro asesoramiento. El resultado fue la e!aboracion de un programa que les enseñara el "A B C" ele la vida, es decir a desenvolverse mejor dentro de su propio medio.
r:n su primera etapa este programa lo costea– ría el Gobierno de Nicaragua con un valor total de C$ 768,000.00 y la 011 facilitaría tres técnicos y---
$ 20,000.00 en equipos.
De tener el resultado esperado, lo tomaría las Nacio– nes Unidas por su cuenta a un término de S años; con proyecciones nacionales el primero y centroamericanas para los últimos cuatro.
Lamentablemente no pudo realizarse, pero sí, para el año 67, se llevará a efecto una parte de dicho progra– ma a través de un experto en "Artesanía Rural y Pequeñas Industrias" .
Nautralmente que ésto no sería más que un vaso de agua para la inmensa sed de cClpacitacion que tiene el Departamento de Zelaya. y es el caso que ya funciona un ingenio de azúcar con un 9S % del personal capacitado llevado del Pacífico; e igual cosa sucederá con la Planta de Trementina en Puerto Cabezas, y cualquier otra indus– tria que en el futuro llegara a establecerse.
No es cierto que el nativo costeño sea perezoso¡ no es cierto que sus tierras no sean fértiles; pero sí es una realidCld que todos los estudios que se han hecho no han podido realizarse porque no se ha tomado en considera– don el facior principalísimo para llevar a una realidad dichos estudios, como lo es el' elemento humano.
Yo es tiempo de formar no una, sino varios escuelas vocacionales; 'lue los Centros de Extension Agrícola no se diluyan en experimentos, sino que sean funcionales, brin– dándoles al nativo los conocimientos que necesita. Por– que jamás se podrá incorporar a la economía de la nacion la region atlántica, si nos olvidamos que para esa verdaderti reincorporadon debemos de contar con el ele– mento humano.
La r.oncepdon moderna exige la planificadon, los es– tudios de factibilidad. En el Padfico el Gobierno estuvo
y sigue
(j la zagCl del Copital Privado, y aunque es visible la bonanza genewl, también es cierto que de haberse pianifiwdo con el debido tiempo las caneteras, puertos etc ... _toclo estmía mucho mejor.
Bien puedo decir que la Coste! Atlántica sa encuentra con una mayor ventaja que el Pacífico en el inicio de su desarrollo. Se está realizando el estudio para la locali– zacion del Puerto en el Atlimtico, que considerando lo que el país exporta e importa de los puertos que están en el Atlántico del mundo, es de una necesidad nacional. los dos estudios para una carretera que una las Minas con Puerto Cabezas, y al Río Culera con la ciudad de B1uefields, están basados dentro de una re!llidad que justifica plenti– mente las mismos; y, en fin, quiero expresar que en la Costa Atlántica de Nicaragua se está trabajando conforme a la concepcion moderna del desarrollo. El futuro en ese sentido se ve halagador y hermoso; la Patria por fin será un cuerpo sano y robusto, porque jamás lo podría haber sido con solo la mitad de su físico vivo; pero, ¿qué será del nativo de la Costa Atlántica? ¿Lo dejaremos extin– guirse ante la logica absorcion ele los inmigrantes que ha– brán ele llegar? ¿lo iremos empujando hacia los llanos inhospitos del Norte, tratándolos como parias nacionales?; o, ¿sabremos aprovechar su poJencial, capacitándolo para una verdadera reincorporacion al concierto del desenrollo nacional?
He ahí las preguntas que obligan a una respuesta.
Sí, muchos estudios, necesarios, logicos. Pero si no pensamos desde ya en las personas que habrán de reali– zarlos; si no empezamos desde ya a capacitar al nativo costeño, serán estudios en el papel; páginas musicales que ahogará el Mar Atlántico; deseos como palabras.
Quiero terminar recordando que el Progreso, el Este, el Levante viene del Atlántico del mundo.
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