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Es indudable que la virtud sobresaliente del General Chamorro es la de haber sido un valiente guerrillero, du– rante la primera y larga etapa de su vida pública, y así lo ha comprendido el pueblo al destacar esta virtud como la primera de todas. A sus hazañas en ese campo que llegaron a adquirir caracteres de leyenda heroica, se debe el fundamento de su caudillismo político que mantuvo hasta el fin de su vida. Son innumerables, en efecto, y a veces increíbles las muestras que dio de su heroismo y la forma en que mostro su temeridad, sin medir las con– secuencias y los peligros para su vida.

Un hecho sobresaliente que jamás ha sido olvidado y que en el momento de su muerte ha sido profusamente relatado, es la Toma de los Vapores del Lago, fuente in– dudable de su leyenda heroica.

Este hecho singular ocurrio en el año de 1903 y la realizacion de todos sus planes y sobretodo la manera que se enfrento a lo imprevisto y la increíble temeridad conque consumo su hazaña, produjo un verdadero estu– por en el Gobierno adversario y una admiracion sin lími– tes entre sus partidarios que nunca se ha podido borrar de la memoria de cuantos vivían en aquel entonces ni de aquellos que lo han sabido por tradicion.

y al decir el pueblo que su conservatismo sincero era la segunda de sus cualidades, no se refiere, propiamente, a su ideología sino a su sincero apego al modo de ser conservador.

Efectivamente, el Conservatismo más que una cons– truccion ideologica es un modo de vida, es una consa– gracion a ciertas virtudes ciudadanas que dan carácter a ese modo de ser. Y para comprender en qué sentido fue el Gral. Chamorro un conservador sincero, es necesa– rio evaluar en qué consiste realmente el Conservatismo al que estuvo constante e invariablemente apegado. El modo de ser conservador es un estado de ánimo que tiende a conservar las tradiciones populares que constituyen la vida misma de una nacion. El Gral. Cha– morro encarno siempre ese apego a las tradiciones popu– lares, se identifico con todas las aspiraciones, con los ideales comunes de su pueblo, de manera que en su mo– do el...') ser fue un auténtico conservador dentro de las rea– lidades de la nacion, sin conceptos artificiales y sin preocupaciones de tipo intelectual. Fue, puede decirse, un conservador nato.

Por otra parte, es aspecto esencial de todo conse~

tenga un fundamento rural y un sentido humano de la propiedad de la tierra como sustentáculo de la naturaleza humana. "Partido de campesinos en sus señores y en su pueblo", llamo al Partido Conservador de Colombia el gran pensador y líder conservador Laureano Gomez. El más genuino aspecto del Conservatismo del Gral. Chamorro, fue el amor a la tierra, a la que dedico lo me– jor de su vida cuando los azares de la actividad política y de sus luchas por las libertades públicas se lo permi– tieron. La cultivo con pasion;' se enraizo en ella y se puede decir que murio adherido a ella.

Esta dedicacion amorosa al trabajo rural, lo identI– fico más íntimamente con el campesino y lo llevo a cono– cer mejor que nadie sus anhelos y sus necesidades. Vivio, puede decirse, como campesino y entre campesinos en una total identificacion con ellos, haciendo así verda– dero el concepto de su conservatismo sincero.

La bondad y la amistad pareciera que tienen sentido análogo, pero se puede ser buen amigo sin ser bonda– doso, y se puede ser bo~dadQso sin ser amigo. Cuando el pueblo ha juntado estos dos conceptos al de~inir una de las cualidades que adornaron al General Ch9morro, ha hermanado dos conceptos que le fueron característi– cos. Es indudable, en efecto, que él tuvo como virtud sobresaliente la de saber ser amigo de sus amigos. Por la amistad, lo sacrificaba todo. El poner la amistad por encima de todo y hacer de ella una gran virtud; el sobre– poner al amigo sobre otra consideracion no es, necesa

riamente, una virtud política, porque en política mucho suele sacrificarse la amistad por las conveniencias y las circunstancias. La ingratitud es virtud de Príncipes, ha dicho alguien, y efectivamente, cuando se habla de Prín– cipe, se quiere decir Jefe, más propiamente, Jefe Político o Jefe de Estado y es indudable que un Jefe de Estado no puede sobreponer el sentimentalismo a las necesidades políticas, a lo que los franceses llaman, "raison de etat", porque eso viene primero en el estadista. Es cuestion primordial de su accion pública, no poder sacrificar la

conveni~ncia pública al sentimiento personal y amistoso. Es muy común que las gentes se quejen de la ingratitud de los pérsonajes políti<:os cuando alcanzan el triunfo de sus luchas, cuando no tienen lo que esperan por su ad– hes ion y sacrificios en los momentos álgidos, en los mo– mentos difíciles, en la hora del sacrificio.

Pero esa realidad política, no fue nunca caracterís– tica del General Chamorro. El fue ante todo amigo, e hizo prevalecer la amistad por sobre cualquier otra con– sideradon de carácter político. Y así lo vimos coloc;ar en las buenas posiciones a sus amigos, aunque éstos no reu– "ieran a veces las condiciones requeridas para ocupar esas posiciones. En eso, fue ante todo, amigo. El ami– go prevalecio sobre el político. De allí, la incondiciona– lidad de que disfruto por cuantos le seguían.

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