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« Previous Page Table of Contents Next Page »diar, a los Esfados Unidos, cursos de 'Posf-graduadas. Escogí para ello a un grupo de ocho señorifas, fo– das muy bien acredi:l:adas por sus es:l:udios y con– duc:l:a, Recuerdo que cuando se fueron a despedir de mí les recomendé mucho que pasearan poco, que es:l:udiaran mucho y que no se casaran por allá sino que regresaran al país a dar unos años de servicio a la Normal para que la organizaran al es:l:ilo norfe– americano. Una de las úllimas en depedirse fue la Srifa. Juanifa Malina, la que a decir verdad pare– cía la menos agraciada, físicamenfe hablando, de fa– do el grupo y quizás por eso me esforcé más en ha– blarle de la poca a:l:ención que debería darle a las cosas de Cupido. Sin embargo, esfa compafriofa nues:l:ra con:l:rajo mEi.:l:rimonio, corno las o:l:ras compa– ñeras¡ se quedó fuera del país, y varios años después jun:l:o con su niñi:l:a, ya en la flor de su edad, resol– vió hacerse desaparecer del mundo por desavenien– cias ma:l:rimoniales, suicidándose.
De las ocho muchachas que envié a es:l:udiar con buena dofación mensual para que no se vieran en dificullades económicas, me parece que ninguna re– gresó al país quedándose en los Es:l:ados Unidos, don– de algunas de ellas son aun profesoras al servicio del Gobierno Americano, o:l:ras han muerfo, y nues:l:ra compafrio:l:a, Zoraida Ma:l:us, casada con el Coronel Lewis, es hoy día la Presiden:l:a de la Unión de Mu– jeres Americanas. Ella ac:l:ualmenfe vive en New York.
Ley CasIa'illo
Movido por la necesidad de leyes para defensa de la mujer y para :l:ra:l:ar de evifar la enorme pro– porción de hijos ilegí:l:imos en el país, me propuse dar una ley que obligara al seduc:l:or a casarse con la seducida bajo pena de prisión si no 10 hacía. En mis viajes por el exterior me había fijado en el poco aprecio que se fiene al hijo ilegí:l:imo, ya que las leyes obligan a casarse al que seduce a una mu– jer. En los Estados Unidos, no hay quien seduzca a una joven sin que vaya con ella donde el jue:<; de paz o el sacerdofe para casarse con ella aunque después se divorcie.
Enconmendé al Dr. Salvador Cas:l:rillo para que elaborara el correspondiente Decrefo que confenía la ley que fUe conocida corno la LEY CASTRILLO. Hu– bo varios casos sobre quienes recayó el peso de la dicha ley, uno de ellos fue el del poefa y escrifor cubano don Eduardo Zamacois a quien se detuvo, ya para embarcarse en San Juan del Sur, y a quien se obligó a casarse corno mandaba la ley.
La Corfe Suprema de Justicia no es:l:uvo de acuer– do con la Ley Castrillo, y en el primer caso que ocu– rrió de amparo anfe ella la declaró inconstitucio– naL
Desde que llegué a la Presidencia me dediqué con tesón a trabajar en todos los ramos de la Ad– ministración especialmenfe en el de Hacienda, el de Fomento y el de Ins:l:rucción Pública. Ya expliqué cómo con sólo las rentas internas llegarnos a cubrir, casi en su totalidad el Presupuesto. Parecía que en Nicaragua había ocurrido un resurgimiento general que la gente atribuía a mi buena suerte, pues la pro– ducción agrícola fue muy buena, así corno los pre– cios de los producfos que se obtenían en los merca– dos mundiales, hasta el punto que el Gobierno Ame– ricano que deseaba verme en dificultades económi– cas, estaba sorprendido de ver la prosperidad de que gozaba el país. Los obreros vestían pantalones de casimir, camisas blanca's bien aplanchadas, sombre– ros de paja, y había generalmente en el ambiente una alegría de vivir sin las angusfías de una sifua– ción desesperada. Sin embargo, el Gobierno Ameri– cano no nos permifía aumentar el miserable presu– puesto con que trabajárnos. Y a eso quizá se deba de que las gentes no aprecien en su justo valor la labor conservadora de los 18 años.
Edificios escolBl'es y becas
El período para el que fui elecfo era de cua:l:ro años, de manera que el mío terminaría el :31 de di– ciembre de 1920. Realmente, cua:l:ro años es un pe-
riodo corio para desarrollar un programa extenso de :l:rabajo sin embargo, aunque en pequeña escala y con un Presupuesto raquífico, casi miserable, :l:ra– té de emprender todas las mejoras que Nicaragua necesifaba y que aun necesifa. Hago esta conside_ ración al recordar que emprendí la construcción de edificios modelos para escuelas públicas, que fueran de un tipo uniforme para que dondequiera que se vieran se reconocieran corno la escuela del lugar. Desgraciadamente las rentas eran tan exiguas que no se pudo continuar el plan y solamente puede ha– cerlo en Masaya, Sabana Grande y Niquinohomo. Confieso que ese proyecfo de edificios escolares uni– formes se está realizando ahora, pero la idea fue ini– ciada durante mi Adminis:l:ración.
También encargué los planos para la Universi– dad Nacional en Managua al Ingeniero don Tránsi– to Sacasa, de grata memoria, planos que fueron ela– borados por él pero que no pudieron llevarse a cabo por las razones arriba señaladas.
Siempre con miras a la protección de la ense– ñanza pública y a su favorecimiento, mi Gobierno dió el derecho de extender tí:l:ulos de Bachiller a los Colegios partículares, aun cuando estos no fueran ca– tólicos, pero que fueran crisfíanos y que sus enseñan– zas se ajustaran a los principios morales reconoci– dos.
Deseo también declarar que considero que en ninguna época los padres de familia han tenido tantas facilidades para conseguir becas para los Co– legios de Segunda Enseñanza corno las que obtuvie– ron en mi período adminis:l:rafivo, pues a nadie que la pidiera se le negó. Los Colegios de los Salesia– nos, de los Hermanos Crisfíanos y, posteriormente, el de los Jesuí:l:as, estaban llenos de bequistas. La prosperidad de los Colegios mencionados se debió precisamente a eso. Lo atesfíguo con ellos mismos, corno también atesfígo con los padres de familia de aquella época que a ninguno, para darle una be– ca, se le preguntó por su filiación polí:l:ica, esto es, si era liberal o conservador, pues 10 único que se les exigía era de que fueran nicaragüenses.
Economía y Fomento
En el ramo de la economía nacional logré com– prar el 51 % de las acciones del Ferrocarril y tam– bién las del Banco Nacional, las que aunque no con– seguí comprarlas todas dejé buenas y sustanciales abonos hechos.
En el ramo de Fomento mi labor fue un poco ma– yor. Emprendí los trabajos de carreteras, a las que ya hice referencia, además de los trabajos del ca– mino a Juigalpa y La Liberfad, :l:rabajos que estu– vieron a cargo de Mr. O'Reardon.
Al capifal extranjero le dí toda clase de facili– dades para sus inversiones en el país pero estando empeñado en la Primera Guerra Mundial el capifal tuvo muy poco movimiento internacional.
A propósifo de la Primera Guerra Mundial se recordará que durante mi período presidencial rom– pimos relaciones diplomáticas con Alemania y sus aliados. Por el Decreto Legislafívo de 18 de Mayo de 1917 se faculló al Poder Ejecutivo para conceder al Gobierno de los Estados Unidos "el uso de los puertos, aguas territoriales, vías de comunicación y toda otra facilidad análoga" que fuera necesaria du– rante el conflicto. También se declaró que los súb– difos alemanes residentes en el país podrían confí– nuar en él sin ser molestados en manera alguna, su– jetos a la observancia y respeto de las leyes y aufo– ridades de la República.
Ya hice referencia a mi acfifud en este úllimo respecfo y a ella refiero nuevamente a mis ledores.
Paz de Vl!!rsalles
Así corno le declararnos la guerra a Alemania, así también firmarnos la paz con ella, para lo cual Nicaragua envió corno Delegado a las Conferencias de Versalles a mi padre, don Salvador Chamarra, quien llevó corno Secretario al doctor Salvador Gue– rrero Montalván.
Aunque el doctor Salvador Guerrero Montalván
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