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« Previous Page Table of Contents Next Page »Centella, órgano del Club Liberal Unionista dirigida por Félix P. Zelaya.
En León, el Licenciado Agustín Duarle continúa dirigiendo El Eco Nacional, y a fi–
nes de Marzo bajo la dirección de J. Benito Hernández aparece el primer número de la Opinión Nacional.
En Granada El Diario Nicaragüense, de– cano de la Prensa Nacional seguía dirigido por Anselmo H. Rivas, manteniendo como co– laborador principal a Enrique Guzmán, que con el seudónimo de Juan de las Viñas pu– blicaba sus Pedacitos de Papel de crítica gra– matical y literaria. En esta núsma ciudad, Carlos Selva dirigía El Diarito.
De los periódicos referidos hemos encon– trado pocas colecciones, y por desgracia in– completas y muiiladas.
Reproducin10s las publicaciones referen– tes a Rubén porque ellas guardan con sabor de vino añejo el modo de ser y el pensar de la élite intelectual de la época. Las rosas que muchas veces recibió Rubén escondían las espinas que le herían hasta sangrar, por ejemplo: La Estrella de Nicaragua,
"Errata y no error. "Decíamos ayer que "La
Unión" de San Salvador, tiene por principal objeto declarar que Rubén vale corno diez, que Rubén tie– ne un talento enorme, que Rubén ama o deja de
amar, que Rubén se va, que se viene a horcajadillas
en una concha misferiosa y en la compañía dG un
disfinguido cole6ptero compañeró de sus primoros
años.
,i "Muy cerca esián ·compañía y compañero, y
aunque el pecado eS venial, queremos acusarnos de
él, por si 01 lecfor no nos avisa Eso de faltar a Ir::.
correc:ción será l-nUY liberloldo, pero nos desaglada
profundamente. Acaso nos desagl acla más, por lo lnismo que es liberloldo.
"En asunto a Rubén, siga como va, monfado 611
su concha, y COIl fres coleópteros, y la rima. Bab. Si– ga. sí, resuelto, cogiendo honniga,s para hacerles cre– cer hasta que adquieran los miembros de un elefan–
le
"Al fin es unionisfa, y nadie en el mundo en–
talo puede ín'\agínar los absurdos que se desenvuel– ven en un caletre \uuonisia, nadie es capaz de decir, ni de escribir, tantos disparates como un liberal cen– hoatnericano".
El Diario Nicaragüense en su Crónica de la Velada del InS±i±uto:
"Cant6 la simpáiica "Diva" Rosario Murill0 Y cant6 la estrella esa, la Serenafa de Schuberf. arra– hadara, sañolienia y medilabunda, como sus ojos
azul oscuro y como \Ul cuenfo faniástico del bajo
Rhin.
y fue aplaudida y saludada y felicitada hasfa que volvió El catar, en medio de aquel silencio que imponía su voz rUmics y aquellos ecos de los versos
de Goeihe, que se oían todavía y después"
En el núsmo Diario, a fines de Junio de
1880,
"Ecos del día, Requiescaf. Al principio de esfe m.es murió en la ciudad de San Salvador un repfil enonne
l
"La Unión". diariQ palaciego que dirig~a
nuesfro compatriota Rubén Darío. Veinte mil pesos
al año le costaba esíe ofidio al Jasoro salvadoreño.
El Señor Ministra Delgado halló que era demasiado
costosa la manutención del repfil consabido
l
y para
hacer economía le forció el pescuezo. Algunos dicen que "La Unión" por hincarle el diente a don Ra– fael Ayala mordió inadverlidamente al Ministro Del–
gado, y que esta fue la. verdadera causa de su pre~
matura rnuerle"
El presidente de El Salvador don Fran– cisco Menéndez, había distinguído a Rubén y le había dado apoyo eficaz, confiándole la Dirección del periódico "La Unión" fundado para propagar el ideal de la unión centro– americana.
Con la muerle del Presidente Menéndez y con el cambio violento de Gobierno surgido de la traición, Rubén tuvo que abandonar precipiiadamente San Salvador y trasladarse a GuateITlélla.
La víspera de los sangrientos sucesos, el
21 de Junio de 1890, había contraído Rubén en San Salvador, mairimonio civil con la jo– ven e inteligente escritora Rafael" Conireras Cañas La mueríe del Presidente Menéndez significaba el derrulube econónúco del recién casado, qlle no pudo llevar a su esposa en aquel intempestivo viaje.
El laureado poeta cubano J. J. Palma, anúgo de :Rubén, escribió estos versos,
"A RAFAELA (Hija de Alvaro Contreras)
"Hoy que de otpño al aura gemidora se deshoja la flor de la ilusión,
al recordar tu infancia encantadora
me duele el corazón.
"Cómo ha cambiado el tiempo1 A sus estragos
y llorando las dichas que perdí,
pienso en lB. fierra de los gra~des lagos
y te recuerdo a :tí .
"Pienso en tu padre, espír#u brillante,
alma fundida al fuego tro)?ical,
su palabra terrible y fulnti:l}snfe
era luz y puñal. .
"Yen aquellas dulcísimas veladas en que tu, niña, con gentil candol", nos lecitabas cuentos y baladas
de algún encaniador
"Ya eras mujer, en Jus pupilas bellas ternblar los sueños mágicos Se ven, han crecido fus fonnas, y con ellos
tu herrnosula fSlnbién.
"Eras antes la viola. que Se pierde entre las frescas hojas del gramal.
mientras hoy eres la palmera verde del suelo tropical.
"Al mirar la radiante primavera que fe corona, exclamo sin querer:
más la quisiera viola que palmera, más, niña qp.e mujel" 11 L
(1) La Bande13 NacionaJ, Año I, N' 109, Guatemala, 11
de MayO' de 1889.
En Nicaragua la noticia del matrimonio de Rubén caUSÓ desconsuelo entre sus anú– gos q~e seguían considerando como prema– turo, aun el mejor enlace. Un año antes, a los pocos meses de haber regresado Rubén
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