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modos específicos y prádicos en su e"celen– te estudio "Sobre la GU81ra Tormonuclear" puhlicado por Rand para el (;enJro de Eslu– dios Internacionales de Princeion). Habien do taponeado el volcán nuclear, debemol> también desarrollar estralegias ofensivas "para ganar]a Guerra FlÍa", tnefa que la re– vista LIFE sugiere debería ser nuestro primor– dial propósi1o nacional.

1.0 VicioriCi Ci Través de VitCllidCid

Lejos de poner en peligro la paz, un es– fuerzo posifivo público-privado hacia la vic· toria de la Guerra Fría, la asegurará.

Hay iodas las razones para creer que los Rojos están tan preocupados corno nosotros en evitar la guerra ierrnOll uclear, al menos que la hagan "a prueba de riesgo" por me– dio de mélodos psico-polHicos de adminis– iración de conUidos. Los esiraiegas rusos condenan el "aveniurisrno lTlililar" (querien– do significar cualquier movnuienio aniesga– do que ponga en peligro a "Madre Rusia"). Además, los Rojos parecen creer en su propio mito de invencibilidad. Aparentan estar cier– ios de que la conquista coraunista eslá "his– tÓlÍcamente determinada" - de ah\. que só– lo es una cueslión de Hempo. Lógicamenle, por lo tanJo, los Rojos siempre prefedrán un

"paso afrás" Leninista, al menos que las ven–

tajas seal1 concluyentes en su favor.

La cuestión básica enionces es: Serán los didaores rojos más beligerantes cuando nos– aIras seamos fueries, o cuando seamos débi–

les~ Cuando estemos ganando... o perdien– do"

Los é1contecimientos de los últimos die– ciseis años, y. toda la filosofla del Comunis– lno, desde Llbano a Laos, han probado que contra los Rojos, poder significa paz; debili– dad, guerra.

Corolario Cuairo: Podemos ganar sin perder.

Capitanes ele COI1f1ido

Mientras avanza la tecnología y la de– mocracia parece declinar, se ha dicho que el mundo moderno se encara ante una alterna– liva entre un Nuevo nenacimiento y una Nueva Edad de las Tinieblas. Lo que se re– quiere ahora son Hombres Renacentistas, pa– ra la destrucción del Imperialismo Rojo y la expansión de un sislema de LiberJad bajo la

Ley para iodos los pueblos de la 11erra.

Men±ores corno los doclores Roberi Strausz Hupe y William R. Kintner del Insii– ±uio de Investigación de PolHica Exterior, Frank Barne±± del Instituto de Esirategia Americana, Gerhari Neirneyer de Notre Da– me, y Stefan Posony de la In stitución Hoover para Guerra, Revolución y Paz en Stanford, son nombres poco conocidos para el hombre de negocios corriente. El futuro de la liber-

tad bien puede depender de es}os poco cc.mo– cidos experJ:os, y las luces es±an encendIdas

eTI las Torres de })Aarfil.

T(lI'IOJas pOi'C! Hoy

La mayoría de los hombres de negocios no pueden, personalmenie, administrar con– fliclos, pero todos deberían apoyar a aque– llos que pueden. Una nación que contribuye con cel'ca de $8 billones al año en caridades bien pnede cierialTIente contribuir con un pe– queño "margen" de sus recursos para asegu– rar su plopia supervivencia. Seguramente lo hará cuando eliminen10s el bloque mental que significa decir "que el Tío Sam. lo haga solo". Pero puesto qne no exiSTe una filoso– fía de "inversión privada para la superviven– cia", los pocos Administradores de Conflictos elel Mundo Libre se ven forzados al pauperis– mo -si están. en práctica- o a prosaicos em– peños "pacíficos" - si no lo eslán. Faliando el incentivo nloneial:io o mental, los llueVOS talentos no son afraídos a ese campo. Mas una vez que aun un modesto enlolurnen±o se haga posible, se desan'olla,'á una disciplina académica que terminará en profesionalis– mo. Sin embargo, las en1presas privadas de– ben comenzar el ciclo. El dinero es obliga– Jorio, luás a menudo la tarea puede realizar se con dólares deducibles de los impuestos.

Medios de GCli1l:1r

Algún día, pronto, qUlzas, Fondos Uni– dos para la Libertad operarán en todas las cOITlunidades de la nación, para financiar los trabajos de las Libres Corporaciones de Con– flidos por todo el mundo. Un prominente lí– der cívico por cada comunidad podría reunir el apoyo de su comunidad para tal Fondo Unido para la Liberiad y dar buenos golpes a los puntos débiles de los Rojos.

Hasta entonces, los directores de empre– sas deberían: 1) Emplear a calificados Con– suliores de Conflictos para defender y guiar sus empresas en la lucha de la Guerra Fría; 2) Dotar un Curso de Conflictos o un Colegio para entrenar talentos superiores; 3) Selec– cionar una Libre Corporación de Conflidos y apoyarla con regulares contribuciones. Los ejecutivos jóvenes deberían trabajar para ini– ciar con.tribuciones corporativas en sus Cont– pañías Todos los medios, desde la confia– ble caja de sugestiones y la iabla de boleti– nes hasla pequeños grupos de discusión, asambleas, y el órgano de comunicación lo– cal, debetían usarse para informar a los tra– bajadores y empleados de la grave respon– sabilidad que tienen.

Si el hombre de negocios Americano ha– ce la Adminisiración de Conflictos "su" ne– gocio, llenará la gran necesidad de nuestro tiempo. Los Estados Unidos pueden ganar. La Adl11inistración de Conflictos es el medio.

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