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1'. CYRIL JAMES
Rector de la Univelsidad Me Gill
de Montreal, Canada.
Las Universidades en Europa nacieron hace cerca de mil años. Si rastreamos los Ol ígenes de nuestras
instituciones académicas aun más atrás -hasta las
grandes universidades Islámicas, las academias de la Grecia clásica y las antiguas fundaciones Budistas de Asia- su historia se extiende a veinticinco siglos
Ese es un largo período, casi la mitad de la histo–
ria de la civilización en este planeta, pero me aventuro
a sugerir que nunca antes se había reunido en un solo
lugar un grupo tan ecuménico de hombres y mujeres
universitarios Todos los continentes están aquí re~
presentados, todos las razas, todas la¡" religiones y todas las principales disciplinas académicas Nos he– mos reunido para renovar viejas amistades y para ha– cer nuevos amigos Nos hemos juntado para cambiar ideas y para encontrar soluciones a nuestros propios problemas por la experiencia de los otros Y lo más importante de todo, para demostrar con esta reunián que las Universidades de todas partes del mundo com–
parten una herencia común y reconocen un común
propósito, con los cuales los tres pI incipales temas de esta Conferencia están relacionados.
Permitidme referirme a ese común propósito con
la intención de ofrecer una estructura para nuestras
discusiones durante las sesiones que han de seguir Lo hago humildemente ante mis superiores en esta audiencia Muchos hombres hábiles, desde Platón a lbn Kaldun hasta el Cardenal Newman y el Presidente Clark Kerr, han tratado de formular el ideal de la perfecta universidad -y existen agudos contrastes entre las normas que han fOl mulada Todos están familiarizados con la vasta producción literaria sobre el tema Algunos de vosotros habéis formulado vues– tras propias hipótesis prácticas.
Mi tarea es, pues¡ uno de selección en vez de
una de originalidad creativa Yo os sugiero que en este momento de la historia humana, cuando el cono–
cimiento está explotando de una manera sin prece–
dentes, para dar a la humanidad oportunidades
nunca soñadas en generaciones antel iores, el propósito
de la Universidad es educar a hombres y mujeres que
han de promover el desarrollo de la sociedad al nivel
más alto posible
Este papel de la Universidad en el desarrollo de
la comunidad es uno de los principales temas de dis– cusión, y los trabajos presentados con relación a nuestro estudio del Asia Sur Oriental tienen la inten– ción de arrojar luz sobre un problema mundial por el análisis de las condiciones en siete países Si acep– láis las hipótesis prácticas de ese estudio y las impli– caciones de mi definición del propósito de la Universi– dad, podemos eliminar inmediatamente de nuestra atención muchas cosas que se han dicho de las uni– versidades en el pasado El/as no son torres de mOllil, o enclaustrados oasis de paz en los que se pue– de escapar de los problemas y frustraciones del n1un- . do contemporáneo Son centros de lucha Son cam– pos de batalla -de fuerzas a menudo fieramente contrarias- en los que las victO! ias determinarán en gran pOI te la norma futuro de nuestra sociedad
La Unive, sidad debe estar en íntimo contacto, a cada instante, con todos los segmentos de la socie– dad, y ser sensitiva a sus necesidades reales Esto no significa que la Universidad debe pasivamente acceder a toda demanda que la sociedad haga, -volveré so– bre este punto más adelante- pero es naturalmente claro que ninguna unive, sidad puede alcanzar sus ve, daderos propósitos si está fuera de contacto con la comunidad en que vive En el mundo moderno, ade– más, todas las Universidades dependen en una forma creciente de las asignaciones del gobierno nacional o estatal para afrontar sus costos de operación Si no obtienen fondos adecuados pOlo atraer eminentes pro– fesores y científicos --así como para la compra de libros y equipos- declinarán rápidamente en calidad El mundo académico es intensamente competitivo, tanto dentro de cada pais como fuera de las fronteras nacionales, y no es muy posible, por no decir otra cosa, que una universidad fuera del contacto de las necesidades y aspiraciones de su comunidad reciba ge–
nerosas asignaciones financieras
Los problemas financieros se perfilan tan grandes en la vida de una Universidad moderna que debemos señalar otro punto antes de abandonar este tema Ninguna Universidad tiene un derecho inalienable pa– ra extraer fondos de la bolsa pública Es responsabi– lidad del gobierno decidir, o la luz de todas las otras necesidades de la comunidad -defensa, bienestar social, inversiones en el sector público, y cien cosas más- cuánto dinero puede ser asequible para educa– ción superior Las Universidades solamente pueden
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