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« Previous Page Table of Contents Next Page »año, 52 domingos, 20 días de fiesta, 20 lunes ú otros días perdidos á consecuen– cia de alguna fiesta, y 20 á 25 dias por lo n.enos de incapacidad de lrabajo por causa de enfennedad, quedan 250 días que es menester valuar en 40 els., á cau– sa de las fluciuaciones de los precios en ciedas épocas del año. Costo anual de un mozo $ 100. Costo anual de un obre– ro de ade, $ 125.00
Compras de semillas. - Semilla de añil (mos–
tacillal, de 25 á $ 30 fanega. Maiz, de 3 á $ 6. Zacate para setnbrar potrero: una carretada, $ 10. Caña: precio va– riable; se encuentran contratistas que en–
tregan la caña recíen sembrada, á razon
de $ 50 la suerle, comprendiendo todos gastos. El 100 de Inatas de "chagüite", de 40 cis. á $ 1. AlInácigo de café, $ 10 el mil. Almácigo de cacao, $ 1 á $ 1,20 el mil. El mil de matas de tabaco,
$ 1,20
~mpuestos y cargas públicas. - Se reducen
á las primicias, de que hemos hablado en el capítulo 60 No existe la tasa so– bre la propiedad. Ciertos producios pa– gan un derecho municipal, lnuy crecido
en ciertas ciudades; así es que cada zu–
rron de añil que sale de Rivas, paga $ 3: dos para instruccion pública y uno para caminos. Estos derechos sobre la expor–
iacion son una anolTIalía incon'lprensi–
ble, en un país donde se dan primas á
la salida del café, algodon y azúcar, y en que tanto se siente la necesidad de aumentar los derechos de importacion. Hay pocos arrendatarios, y la ley so– bre esta materia presenta muchos va– cíos. En general se paga del 5 al 15 %
de interés sobre el valor supuesto de la finca. Muchas veces se hacen cOllÍlatos
"á mifades", es decir, que el propiefario
recibe la mitad de los productos de la quinta que administra el arrendatario. Un contrato mucho mas frecuente es la "habilitacion", especie de operacion de banco, en que un capitalista adelanta á un poseedor de tierras, las cantidades necesarias para producir, pagaderas en producios, á un precio convenido de an– temano, y siempre muy inferior al del mercado. Se calcula que el dinero in– vertido en la habilitacion rinde el 30%; pero la operacion presenta muchos ries–
gos, por la mala fé de los habililados, y por los defectos de la ley hipotecaria.
Gastos de casa. - De 25 á $ 100 al mes, se–
gun el lujo y el tren de la familia. Se debe añadir 5 á $ 6 por cada niño. Es– tos gastos se refieren casi únicamente á
la manutencíon y al entretenimiento anual. Los gastos de recepcion son ca– si nulos. Se necesila leña solamente pa-
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1'a la cocina. El alumbrado de una caSa de campo no cuesta arriba de $ 1 al mes. Es probable que, en Nicaragua, se pa– sará mucho tiempo antes de poder ha– cer comprender á los produciores que los gastos de casa deben contarse en la eva–
luacíon del costo de sus producios, y pa– ra hacer cesar el absurdo que consiste creer que una cosa no cuesta nada (la leche por ejemplo) porque la misma ha– cienda la produce Todos los autores que se han ocupado de economia rulal
están, por el confrario, unánimes en de~
cir y demostrar que esta creencia es ori–
gen de los mas funestos errores. Un pro–
ducio cualquiela de una finca, cuando
está consumido por el dueño, su familia
ó sus empleados, debe aparecer en su cuenta de gastos, 10 mismo que si hubie– se sido comprado al mercado, y por un
precio que represenJ:e su valor real, com–
prendiendo todos los gastos que han oca–
sionado su produccion, cuido, cosecha, trasporte, efe... , y la amorfizacion de la
parte del capital de base que le corres– ponde.
Gastos de oficina. - Son m.uy reducidos. Po–
cos agricultores tienen libros en regla.
La correspondencia con el exterior es ca~
ra; la con el interior es poca cosa. Un
dependiente capaz de llevar los libros cuesta de 15 á $ 20 al mes y la manu– lendon. Todos los días el mandador hace apuntar al "haber" de cada mozo inscrito las horas ó lareas que ha hecho, y por otra parie cada adelanto que Se
hace á un rnozo se apunta á su "debe",
Cuando se ofrece la ocasion, se hace la liquidacion de la cuenta, y el mozo que queda debiendo puede ser obligado á
pagar en trabajo por el juez de agricul– tura. Los gastos de persecución corren por cuenta del mozo. No solan.enie es– te libro de mozos es el único que llevan con regularidad la mayor parte de los hacendados, sino que iambien casi todos no tienen otra base para calcular el pre– cio que les cuesta su producio, y saber
cuanto ganan "neto" sobre la venta; es–
te sistema expone á los empresarios á
los n"las graves elrores.
Entreienimiento de los objelos inmobiliarios.
-No Se enlretienen los caminos interio–
res de una finca. Es raro que se hagan G:randes reparaciones de edificios; se pre– fIere esperar hasta que caigan y edifi– carles de nuevo. El único gasto formal de est~ clase es la limpia de cercas, con la zanja y las rondas correspondientes. Generalmente se calcula en dos limpias anuales, á 60 cts. cada una por 100 va– ras (11.
(1) El plecio tan elevado del entletenimiento de las cercas
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