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« Previous Page Table of Contents Next Page »Cuatro _generaciones son -necesarias. al éuaderon para volver, ya sea al tipo blanco, ya sea al tipo de color que han concurrido á formarlo, segun que está dirigido en el sen–
fido l/directo" 6 en el seniido "indirecto".
Empero, no debemos olvidar que no Se pue– de 'admitir en Centro-Aznérica la proporcion de tres generaciones por siglo (33 años por generacion), establ,:cida en E,;,ropa. Aqu5, no solamente las nmas llegan a la edad nu– bil mas tempranq (entre once y doce años), sino que znuchas tienen hijos anJes de catar· ce.· Cinco generaciones por siglo !20 años por generacion) seria una buena proporciono Así es que por ejI"mplo, una familia blanca, para pasar al negro, dilatará 133 años, y una familia india dilatará solaznenie SO años, pa– ra llegar al znismo calar
Se concibe cuan rara debe ser semejan– ie regularidad en los cruzaznientos¡ así es que no es znas que teórica, y "'d!'! hecho"', se encuentra nlUcho mas frecuenternente la
rnezcla inmediata de los rnesijzos entre sí;
est9 "es, el Gruzatnierdo "h:dera]",
Sin embargo, los ejemplos de Cl uzamien– to directo DO han sido tan raros en Centro–
Anié~'ica cozno se pudiera suponer. Se han visto, v g., blancos llegar solteros al país, te–
ner hijas con una n'lujer de color, y obselvar
el m.ayor cuidado en casar esias hijas con
otros blancos solferos, á medida que llega–
ban de Europa. ESÍOB, á su vez, siguieron el mismo sistelua con sus hijas, y han acabado
por tener nietos blancos criollos, sin que la familia hubiese jamás poseido znujer absolu– taznenfe blanca Este es un i::riollo especial, de que no habiaznos hablado al mencionar los casos en que se forma el criollo/ se vé que no es mas que un cuqr:!eron, vuelto á lo blan– co por el cruzazniento indirecto ó de retorno.
Este ejentplo es in.portante, porque una gran parte de los criollos nicaragüenses ac– 1uales pertenecen á esta categOlía especial, es <lecir, son ladinos ó nlUlatos, devueltos á lo blanco por un cruzamiento de retorno constante. Sirve tambien á hacer compren– der que, en todas las cuestiones de cruza– mien10 animal, el sexo de los productos tie– ne una gran importancia, y que el retorno al #po puro, es mucho mas pronto por me– diq de las hembras que por lue<lio de los va– rones.
El cruzazniento direcio, 1an10 en el hom–
bre corno en los animales, es muy ventajoso,
sobre todo al primer grado, por las aptitudes especiales. de los cuarterones que procrea; liene por límites los tipos puros que han con– tribuido al prizner ayuntamiento, y debe for– zosamente volver á uno de ellos, ya sea si– guiendo el cruzaIniento diredo, ya por nte– dio del cruzl1o.nliel!t.o d.e retorno Ó, indirecto.
Pero la naturaleza, que, al hacer posible la
produccion de mestizos, tenia sin duda" en
mira satisfacer ciertas exigencias topográfi–
cas ó climatéricas, como por ejen'lplo, cuan–
do hizo posible la produccion del mulo, ha querido tambien poner límites á los cruza– mientos, y sobre todo á los de las razas hu–
manas, que, sin esto, hubielan llegado á con–
fundirse. Así es que en el cruzmnien10 late– ral, en lugar de obtenerse ventajas, no Se al–
canza znas que resullados desastrosos El
producto del cruzamiento entre sí de mesti– zos de varias clases iíende siempre á ser in– ferien', física y moralmente, al padre y á la madre que le han dado la vida y mientras mas lejos del tipo primitivo estaban este pa– dre y esta madre, !nas formal es la inferiori· dad <lel producto Así es que la naturaleza ha puesto un líInite á la confusion de las es–
l'1ecies, y ha lnall.Íenido en su pureza primiti–
va los tipos que habia creado CaD tanto cui– dado y perfeccion, apropiándoles para las re–
giones en que estaban destinados á vivir. Por esto, aflije con enfermedades cada vez lTIas
y mas espaniosas á los que infringen sus le
ves, felizmente para la humanidad, el cruza– mienJo lateral presenta tantos aspectos diver· sos, que es difícil encontrarlo llevado hasta el extremo. Cnando esto sucede, la fecundi·
dad disnlinuye, los varones nacen en mayor
número ({ue las mujeres, la aptitud á las en–
fermedades eS mas grande, y las utas ¡nocen–
tes se vuelven fácilY1lenfe crónicas¡ al mismo Hempa, la inteligencia Se oscurece, la aIicion
para el n.al, sobre iodo para el mal nécio, dO!nina en ella, el corazan se seca y el traba– jo causa honor. Luego aparecen manchas blancas que, al cabo de una ó dos generacio–
nes, salen herpéticas¡ dos ó ires generaciones
mas, y encontrantos la lepra, la elefantiasis, el raquitismo escrofuloso, la epilepsia, y en fin, la locura ó el creti,nismo, acompañados de la procreacion de criaturas abortadas ó de la inap:lifud para la reproduccion.
Tales son las perspectivas poco consola– doras <lel cruzamiento lateral, cuando nada se opone á su desarrollo, ni la ley, ni la preo–
enpac:ian popular. En cuanJo al cruzamien–
to directo, hentos dicho ya, y repetin.os, que la naturaleza le pOlle otro obstáculo y hace que vuelva ntuy pronto á uno de los tipos primitivos. Una laZa penuanente de h\bd– dos humanos no puede propagarse: el ntenos nunteroso en el país, de los tipos que han
concurrido á la mezcla, acaha sieTnpre por
ser absorvído por el otro.
Aquí nos permitirelTIO!3 una observación
incidental: es un error grave el creer que el
cruzamiento con la 1 aza blanca, de una raza cualquiera de color, "mejora" esta raza, y fi–
gurarse que, por consecuencia, u~ mezfizo
que tiene sangre de blanco en las venas, si es inferior al blanco puro, debe ser superior
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