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« Previous Page Table of Contents Next Page »caza es fácil y sin peligro, con lazos ó tram– pas, y que los producios, como el almizcle, el sebo, y sobre todo el cuero, encuentran una colocacion ventajosa en el cOluercio ex– teriot. Por el momento, el único provecho que se saca de ellos es comer sus huevos, que se encuentran en la arena: es un alimento bueno y sano, á pesar de su olor ligeramen– te almizclado.
Los Saurianos están representados aun por una infinidad de Lagartos de fodos fa– Inaños, entre los cuales figuran en priInera línea el Garrobo (La,cería Horrenda), la Igua–
n~), animales de apariencia muy repugnan~
te, pero caza fácil y abundante¡ es cOInida sustanciosa y un gran recurso, para muchas familias pobres.
Na se puede negar que los Ofidianos, ó Serpientes, sean abundantes, y que entre ellos Se hallan varias clases muy ponzoño– sas¡ sin embargo Se localizan en cierlos pun– tos bien conocidos, y hay muchos lugares donde faltan absolutamente. Aden.as, los deSITlOn±eS los desiruyen (1) Ó los ponen en fuga, y en fin, es muy raro hallarlos cerca de los lugares habitados, si no es ciertas clases inofensivas, que en general hacen una des– ±ruccion muy apreci.able de ratones y oiros anin1.ales nocivos.
Los indígenas emplean varias plantas como contravenenos: iales son el Guaco, el Cedron (Simaba), el Alcu±an, la raiz de Es– pino Blanco, ó la de Caña de Castilla, etc. Muchos de los "curanderos", ó dociores indí– genas sin diplom.a, conocen pretendidos se– cretos contra la picadura de las culebras, ó saben magnefizarlas é impedirles de mor– der¡ pero, de iodos Inodos, la preparacion de los remedios susodichos exige tiempo, y no se encuentran estos siempre al alcance de la mano. Lo mejor, pues, es de nunca pene– irar en una selva sospechosa, sin esiar pro– visio de un frasco de ácido fénico, garantiza– do contra los choques por un esiuche de ma– dera, y saber el modo de hacer uso de él. Con un poco de ánimo, la quemadura inme– diaia con el ácido fénico, reduce los efectos de la mordedura de las mas peligrosas cule– bras á algunos dias de dieia y CSIna, un po– co de caleniura, y el acoInpañamien±o obli– gatorio de purgantes y sudoríficos.
Las principales culebras son la Toboa (Trigonocephalus), el Cascabel (Croialus) la Víbora de Sangre, (Coluber), el Tamaga~
(Pyihon), el Bejuquillo, la Chocoya, la Cas– tellana (Craspedocephalus picius?), la Cule– bra Dorada, e±c... Muchos de aquellos ielUi– bIes animales visten los mas hermosos colo– res. Los mas grandes son por lo regular me– nos peligrosos que los medianos¡ por ejem– plo, el Sabanero ó la Boa son inofensivos, y,
(1) Un ave de rapiña, el Quebrantahuesos (Falca OSSif18–
gua), acompaña á las llamas en la quema do los desmontes y come á las culebras que huyen ante el fuego.
sin erciliargo, llegan á dimensiones enoi:mes/ mientras que el Coral, cuya picadura es pe– ligrosa, no es Inuchas veces mas grande qu~
un lápiz; Con un poco de desireza, y dorru– nando el iemor involuniario que inspiran, es fácil matar á cualquiera de estas serpien– fes con solo un golpe de una varilla. Es pre– ciso iener presente que la vesícula que con– tiene el veneno de las culebras, ó siquiera la cabeza eniera secada, es una droga medici– nal, vendible á precios subidos.
Existen en el país, á propósito de cule– bras y lagartos, una muHitud de supersticio– nes y preocupaciones, acompañadas, como prueba, de los cuentos mas faniásticos, á los cuales tia se debe conceder ninguna aten-cion.
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Hay muchas clases de Tortugas, ora en agua dulce, ora en los Inares. En la cosia del Atlántico se pesca mucho la Tortuga Ver– de (Chelonia midas), por su carp.e, y el Ca– rey (Chelonia careUa 1, por su concha. Am– bas proveen á los ribereños con 'una amplia cosecha de huevos. Otra clase IChelonia iu– bulata) , Inenos cazada que las aniecedenies, sum.inistraría un aceite abundanie y comer– cial. Las pequeñas clases de 'agua dulce (Tesiudo), que se encueniran eh los lagos, son comidas por los habitantes. i
En cuanto á la familia de los Bafracia– nos, está representada por su corilingente or– dinario de Ranas y Sapos, que no ofrecen particularidad alguna.
5' SERIE.-PESCADOS
Ambas lagunas, y iodos los rios que en– tran en ellas, abundan en pescados¡ pero las clases son poco variadas. En el ¡ago de Ma– nagua se recoje en cantidades corisiderables, y por los procedimientos mas elemeniales, un pequeño pescado blanco, llamado "Sardi– na" (1), que se seca al sol, y se vende des– pues en ioda la República, sin oira prepara– cían. En el lago de Nicaragua se pescan: el Závalo (Aloza), que á veces llega á enormes dimensiones, el Zavaleie (Aloza clupea), el Guapote, el Barbudo (Cyprinus barbus), la Guavina., etc. En las afluenies se hallan cla– ses mas pequeñas, como el Tigrillo, la Moja– rra, eic.
En los grandes rios que corren al Atlán– tico, hay especies muy finas y :muy vaiadas: mencionaremos el Judío, Cabeza de Carne– ro, el Roncador (Macrocephalus), el Sucio, el Tambor, el Dormilon, Macarel, (Scomber eolias), eic. En las lagunas de la costa se encueniran otros pescados apreciables, co– rno, por ejemplo, la Anguila (Muroena angui– la), el Gruñidor, el Cuyamiel, eic. Anies de pasar á los pescados de mar, debo señalar
(1) Los haY' de valÍas clases mezcladas: Tetragonopterus, Antherinichtys, etc.
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