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gado á ocuparse de ellos. Así es como el hu~

le, la caoba, el añil, etc. de Nicaragua en.tra– ron en la c~rculacion. De todas las plantas aC±ualmente cultivadas de un modo indus– trial, el cacao es tal vez la única que lo era en la antigüedad; la explotacion del añil, del hule, son invenciones modernas, y la caña, el café, etc., son plantas introducidas.

Sin embargo, no se puede negar que el país presenta un gran número de vegetales, árboles ó yerbas, que le son especiales y que no esperan mas que las declaraciones de la ciencia y la consagracion de la experiencia para entrar, á título de producio de primer órden, en el consumo universal. Los indíge– nas usan plantas :tintóreas, medicinales, tex– tiles, etc., completamente desconocidas del comercio, y á las cuales no ha fal±ado mas que una iniciafiva inteligente, y un poco de espíritu de empresa, para dotar á la vez, á la indus.tria de un producto nuevo, y á la Repú– blica de una nueva fuente de rentas.

En la parte de esta obra que tratará de la agricultura, industria y comercio (capítu– lo VII), describiremos los procedimienlos empleados hasta ahora para el cul±ivo, la co~

secha y el beneficio de la mayor parte de los vegetales usuales. Por el momento debe– mos limitarnos á una sirrlple enumeracion de les producios mas notables del reino ';egetal, acompañándola de las observaciones útiles que son del dominio exclusivo de la historia natural. Para conformarnos con el órden metódico que hemos determinado adoptar, los dividiremos por series.

11 SERIE.-MADERAS DE CONSTRUCCION

La principal y la mas empleada, tanto porque es la mas con1un, corno por muchas otras ventajas que ofrece, es el Cedro, cono– cido en el comercio con el nombre de Cedrel ó Cedro Colorado (Cedrela adorata L.) (1).

Se labra con la misma facilidad que el pino, y sin embargo adquiere con el bruñido un aspecio tan hermoso como el de la misma caoba. Los hay de dimensiones enormes, de modo que se presta á toda clase de construc" ciones. Su olor es aromático y agradable, y

(1) Siel1do variables los nombles de las plantas en cada República de la Amédca latina. y aun en los depm tmllentos de un mismo país, ó en los pueblos de un mismo distlito, he– mos dado, en la mayor parte de los casos, la designacion la– tina, que es univel sal, y la única fija que pueda Sel vÍl de guio. á las pelsonlls, ya nacionales, ya extlanjelas, que qui– sieran profundizar el estudio de la flolesta nicalllgüense Ha– bíamos clcido poder oflecer á nuestros lectOles el catálogo completo, y con las deteuninaciones científicas, de todas las plantas que componen la numClosa coleccion que hemos man– dado á EUlopa, dUlante los nes pdmelos años de nuestla le– sidencia en Nicalagua Desglaciadamente, y pOI contenCl esa coleccion muchas plantas hasta ahOla desconocidas, no se ha acabado todavía el ti abajo de la detelminacion exacta del génelO y familia de cada planta Sin embalgo, el lector en– contlará, al fin de esta obra, una lista muy interesante de todos los helechos Clue hacen palte de esta coleccion.

los insecios no lo atacan. En el exterior es solicitado pala lápices, cajones de cigarros y pequeños muebles. La California y el Perú lo aprecian mucho en tablas ó vigas, y se han hecho ya, en esie seniido exportaciones de consideracion¡ sería fácil aumentarlas, porque los precios son remunera±ivos y la demanda siempre superior á la produccioll. Desgraciadamente el cornercio de las made– ras es uno de los que mas sufre por la Ialia de vias de com.unicacion (precio 2 $ 40 á 3 $

00 el quintal) (1 ).

La Madera NegJ;"a (GJiricidia maculata Kunih.). llamada tambien "madre de cacao". porque sirve de "palo de sombra" ver±ical– mente¡ resiste irtdefinidamente en la fierra, por desgracia no llega á grandes dimensio– nes y tiene la ritad de albura.

El Pochote (Palchira ... ~) ó Cedro Espinu– do es una buena madera, que tiene la curio· sa propiedad de reloñar si se entierra, aun cuando esté reducido á tablas. agujereado y privado de su corteza (precio 1 $ 2 á 2 $ ql.)

El Guayacan (Lignum vitae): 10 hay de dos clases. el moreno ó negro (Gayacum of– ficinale L) y el verde. Ambos son bien co– nocidos por su dureza proverbial que los ha– ce solicitar para poleas y oiras piezas mecá. nicas de resistencia. El negro es medicinal y produce una goma estimada en las boticas. Muchas personas confunden el guayacan con el ébano, y el verde lo llaman ébano verde; es un error. No hay airo ébano en Nicara–

gua que el Ebano Americano ó Blanco, vul– garmenie llamado Palo de Piedra (Ebanus albus?) (precio, 1 $ 80 á 2 $ 20 quintal).

La Ceiba (Bombax ceiba L.), madera blanca. tronco largo y recio como el pino, fá– cil para labrarla¡ se emplea á veces para ha– cer boles de una sola pieza¡ es muy propia ¡:lara barriles. La fruta contiene un algodon suave, amarillo y que puede ser utilizado por la industria.

El Guanacaste (Enterolobium cyclocar– pUIU) es un árbol muy notable por las di– mensiones enormes que puede alcanzar y la goma abundante que destila cuando Se cor– ta. Esta goma es sin duda llamada á ser muy útil en la industria de los barnices¡ pe– ro hasta ahora no se ha podido hallarle un disolvente. El guanacaste puede servir para hacer buenas tablas. Su fruta, machacada con agua, da un zumo saponificante¡ el ga– llado la come.

El Jenízero (Pi:f:checolobium saman), acacia igualmente capaz de adquirir dimen– siones gigantescas. Es una excelente made– ra, poco conocida en el comercio

I ocupa el término medio entre el cedro y la caoba.

(1) Todos nuestlos plecios son los del melcado del Havre (Flancia), única ciudad comelcial de donde hemos podido obtenel una selie de plecios un poco completa Es entendido que pueden valÍar, y aun por eso hemos evitado dal los ple– cios del añil, azúcar, hule, etc., etc., que cada uno conoce pOl las 1 evistas mercantiles

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