Page 121 - RC_1965_08_N59

This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

2 pesos.

50 pesos.

2 id

1 id

4 leaJes 1 id.

1 id

1 id

1 id.

(1666) I luego se levanió una iO"rre defensiva en el raudal de Sania Cruz (ahora del Casti– llo), Y aira en el Taura (ahora del Toro), y, cosa de mayor gravedad, se mandó obslruir con rocas esos dos pasajes, ya basianie difi– cultosos. Se hicieron iambien reductos de– fensivos al rio Pocosol y el do ZávaJo. Des– pues se estableció un impuesio para la cons– truccion de un fuede (1) en el presidio de San Carlos. Dicho fuerfe se acabó de levan– tar en 1667 en medio de numerosas dlficub tades adminis±ralivas que cosiaron á Salinas su empleo de gobernador Fué reemplazado por Anionio Ternino Dávila (1669).

Pero en 1690 (agosio} el piraia Gallar– diUo peneiraba en la laguna, á pesar de la defensa del fuerte, dispersaba á los vecinos de una ciudad que se esiaba formando alre– dedor de la fortificacion y debia llamarse San CárJos de Austria, y no se reiiró sino des– pues de haber asolado varios punios de la playa. Se decreió enionces la construccion de un casiillo en el raudal de 8an±a Cruz, el cual, á. la conclusion de la obra (1673), se llamó raudal del Ca:;dillo. Al mismo Hempo Fernancto de Escobedo, ingeniero, examinó por órden real la parie baja del rio, y man– dó esiablecer l'esguardos fodificados en Bar– tola, en las Balas (Banco del Diamanle), en Machuca, en la isla que se encuenira en la confluencia del rio San Cárlos, á la ernboca– dura del río San Franclsco y á la del Sarapi– quí, en la punla de Concepcion, en la isla del nosario y en el rnisn1.o puerto de San Juan Se ensanchó al rnismo Hempo la aperlnra del Colorado en su punio de desprendhrLÍento dal rio principal, para disminuir la can±ídad de agua que pasaba por el San Juan.

Nicaragua creyó entonces que podia des censar; se ocupó de mejoras interiores, de– dicó á la agricultura, y el colegio Trideniino de San Ramon fué inaugurado en Leen

(1675). Al mismo ±ielnpo volvieron á pene– ±ral misioneros en la Tologalpa.

Pero si el rio San Juan esiaba tan bien resg;¡árdado que los piraias no podian vel– ver á subirlo, estos no dejaban de vigilar io– davía sus pocas en el Atlántico. El comercio fué suspendido, y la prosperidad general em.– pezó á menguar sensiblemente Los aconie– cimientos de 1685 Je dieron el mas funesto golpe.

(1) Hé aquí el pOlll1enor intelesante de este impuesto, vota– tado por la municipalidad de Glallada, el 15 de setiemlne de 1665, y aplobado en 1G66:

Cada flagata, á sn salida pala Tiella fÍlme ó pala España, pagalá Cada mnla que pase a Panamá La botija de vino del país El caion de tinta añil

!El znllon de cebo La petaca de cebadilla

El cajon de tabaco El quintal de jalcía A'la entlada:

El faldo de lopa ..

En 1681, Antonio Cuello habia sucedido á Dávila. En abril 1685, un cUl¡lrpo c;le 400 pi– ratas desembarcó en Escalanie, puerio sobre el n1ar del Sur, y marchó sobre Granada al mando de L'Olonnois. Se apoderaron de la ciudad el 7 de abril y no se reiiraron sino despues de haber saqueado la parie central de la poblacion (1) (Segunda vez) .

La odisea de esie cuerpo de piratas es casi increible. Se hallaban en campaña des– de mucho tiempo por el lado de Panamá y Costarica. Despues de la torna de Granada, saquean á Masaya y se rembarcan en Masa– chapa; reaparecen en el Realejo y en Lean, que saquean, y en fin, viendo lo demás de la cosi.a bien resguardado, abandonan sus bu– ques en la bahía de Ponseca, peneiran á pié

e~ las m.oniañas de Segovia, saquean la ciu– dad rec;i.eniemenie reconsiruida de Nueva-Se– gavia (Segunda vez.-Ruinas de Quilaií) y bajan el TÍo Coco en "pipan±es" hasia el Ca– bo Glacias á Dios (1688). Sin em.bargo, vuel– ven inmediatamenle á formar una nueva es– pedicion sobre TrujjJlo (1689), Yaro, Olan– cho y airas punros de la cosia del Norie.

Entre tanro Lean habia sido aiacado aira vez poi- un cuerpo de piraias al mando de Dampier Entraron por el Realejo y por el eslero del fuerte. Pero la guarnicion fué avi– sada á tiempo por doña Paula, ?11.ujer de don Anionio del Real, y rechazó al enemigo. Des– de entonces el estero del fuerte se ha llama– do esiero de doña Paula.

La historia de Nicaragua, en lo sucesivo, no es ofra cosa, por rnucho tiempo, que la

~mumeracion de los esfuerzos hechos por los mgleses para apoderarse del país (2). Dejan de proteger á los piratas, y mas bien ayudan á destruirlos en las An±illas; pero emplean otros medios. Fundan esi,gblecimienios fijos en las cosias del Norte, seducen á los indíge– nas, y sobre iodo á los Zambos Mosquitos; mandan repartir clandesti,hamen±e en el in– ±erior del país impresos, en los cuales procla– man que los indígenas no :tendrán con ellos "jus±icias que les obliguen al trabajo, ni pa– garán ±ribuio y tendrán libertad de concien– cia y culto"; en fin, aprovechan la guerra de

1707 y la de 1740 para organizar el corso en las costas de Centro América. Los Zambos Mosquiios, au.daces y corrompidos, marine– ros diesiros y hábiles en el manejo de las ar– mas de fuego, hacen espediciones continuas en el inierior y fomentan sediciones en las fronteras de la Pantasma y de la Chonialpa. Una profunda perlurbacion se noia en los ne– gocios lnercaniiles de Centro América, que cae poco á poco en una pobreza exiraordi– naria.

(1) Oliviel (Exmelin: HistoÍlc des AventmielS et des Douca– niers Pm is, 1678

(2) El abate Raynal: Histolia Filosófica y Política de las In· dias Olientales y occidentales, Palis, 1821.

25

Page 121 - RC_1965_08_N59

This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »