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« Previous Page Table of Contents Next Page »biemoS. Se les pidió que acortaran ese pla–
:;;0 a 24 horas por la urgencia de la situa– ción y los Embajadores, por mayoría, deci– dieron que necesitaban las 72 horas para sus respectivas consultas. Y fue más o menos en ese plazo que se produjo la intervención unilateral de los Estados Unidos en la Repú– blica Dominicana. Esta circunstancia noS demuestra que las atribuciones de la OEA, que la Acción Colectiva, debe estar de tal manera reglamentada, con suficiente clari– dad y precisión, para actuar de urgencia en casos en que una demora resulte perjudi– cial.
En la próxima Conferencia Interameri– cana que se celebrará en Río de Janeiro el mes de Agosto entrante Se presentará este problema en toda su lrascendencia. En al– gunas Naciones Americanas existe una reli– cencia para dotar a la OEA de atribuciones de esa naturaleza, como el uso de la fuerza armada, en la creencia de que esto viola el principio de no intervención. La solución ra– dica en la acogida de la nueva Doctrina de Acción Colectiva, bien reglamentada, para ser aplicada debidan"lente, en el sentido de robustecer y fortalecer las atribuciones del Organismo Funcional Americano a fin de que tenga mecanismos operantes para calificar y arreglar los conflictos americanos, vigilando el imperio de la ley constitucional de Amé– rica, mediante una ga:rna de Hledjdas en eS– cala progresiva que precisamente manten– gan en vigor y estimulen el ejercicio de los principios de la Constitución Americana. Y de esta manera, tampoco podrán tornar ac– ción alguna individual, unilateral, ni una ni varias Naciones de América: todas deben en– cuadrar sus decisiones a la Acción Colectiva. Cuando se tornó la sanción contra el Go– bierno de Caslro, en Cuba, expulsándola de
la estruciura americana, se recurrió a la in–
terpretación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de Río de Janeiro de
1947, fundándose en una agresión extra-con– tinental. Aunque es verdad que el Tratado de Río se provee también al caso de un con– flicto intra-continental y aún a eualquiell' olro hecho o siituación que pueda poneJ: en peligro la paz de D.mérica, es lo cierto que la atribución de Acción Colectiva debe que– dar específicamente determinada y regla– mentada corno una atribución propia del Or– ganismo Funcional Americano, expresa den– tro de la Carta de su Constitución, porque las nuevas penetraciones com.unistas no van a. ser tan aparentes corno en el caso de Cuba, smo encubiertas, y en tales casos va a resul– tar muy angustiosa y rebuscada la invoca– ción y fundamento del Tratado de Río. Estarnos ante una crisis muy seria de eS– te Organismo Funcional Americano. Ha si– do duramenie atacado por inoperante, ha si– do acerba=ente criticado por estar do=ina– do 'por Gobiernos que no representan la ge– nUlna expresión de los pueblos de las Nacio-
nes Americanas y ha sido también censurado por estar influenciado por la Nación prepo– tente de los Estados Unidos de América. Por sobre fodas esas críticas, y sin enirar a razo– narlas y co=entarlas, el Organisrn.o Funcio– nal de la OEA debe ser fortalecido con la atribución de Acción Coleciiva para que su evolución culmine con la fase de su CONSO– LIDACION. La OEA, consolidada, llegará a tener las atribuciones COIl que la previeron
y profetizaron sus precursores José Cecilia del Valle y Bolívar. La OEA, repetimos, no es un Organisn"lo que tiene su sede en Wash– ington, sino que su órbita funcional está en iodo el territorio del Continente Americano. Las actuaciones de la OEA, en el ejercicio de sus atribuciones y faculiades, sin ser un Su– per-Estado sino un organismo funcional, van a llegar a ser un remedio a los males de América y harán que todas las Naciones Americanas se encaucen en su norma unifor– me de conducia política dentro del sistern.a de la democracia representativa. En el dile– ma de su crisis tiene que ir hacia su "conso–
lidación" .
y de esta manera, dofando al Organis– mo de eSos rnecanisrnos funcionales operan– tes, vendría una superación del miS1TIO Orga– nismo: poco a poco, lenta y pausadarn.ente quizá, a través del tiempo y la evolución, pero con logro efeciivo y eficaz, el ejercicio nUsn"lO de la atribución de Acción Coleciiva, traerá corno lógica consecuencia el perfeccio– nanUento de la OEA corno la verdadera ex– presión de los Pueblos de América. Así, la consolidación del Organismo de Es±ados Ame– ricanos retornará a la concepci6n magnífica de sus precursores clarividentes, a una unión de una Sociedad de Herrn.anos, con las atri– buciones necesarias para cumplir su aliísima misión de vigilancia del órden cons±itucio– nal americano, dotada de todas las faculia– des, tanto para la defensa común extraconti– nental, corno para la defensa común intracon– Hnental, corno fue prevista por sus precurso– res. Y con esas atribuciones, tal corno lo profetizó nuestro Prócer Centroarn.ericano, don José Cecilia del Valle, Se prevendrían las violaciones de la Constitución Política de América en virtud de que las Naciones A=e– ricanas sabrían de antemano que existe un Organismo para sofocar esas violaciones. Es– ta es la meta del futuro de Arn.érica. Amé– rica es el Continente de la Libertad y del De– recho, y al igual que los organismos vivos de la naturaleza, ha tenido que pasar por sus etapas de infancia, desarrollo y crecimiento. En esas fases de su desenvolvimiento y evo– lución ha pasado ciertarn.en±e por épocas de prueba del fuego, corn.o las Diciaduras y los Golpes de Estado en Arn.érica. Pero precisa– mente de esta probeta de ensayo, de esta adolescencia de torbellino, debe surgir a la rn.adurez de su consolidación, como la pre– vieron y la soñaron José Cecilia del Valle y
Simón Bolívar.
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