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« Previous Page Table of Contents Next Page »alias cerros y muy espesa montaña, y por la mesma barranca va el camino en el cual hay algunos pasos peligrosos, mayormente en tiempo de agua, en el cual se pasan con mu– cha dificuliad y trabajo; despues de las ba– rrancas se pasan otros dos arroyos y luego está la venta del Cerro Redondo, cuatro le– guas de Petapa. En medio de aquellas ba–
rrancas y espesura de montaña se escondió
la guía que el padre Comisario llevaba, de
suerte que nunca InBS la vió, pero guióIe
Dios y así no perdió el camino y llegó á la venta sobredicha antes que fuese de dia. Pa– só de largo, y pasado el mesmo Cerro Redon– do que está cerca de la venta, y unas saba– nas y cienaguillas y un mal país, que si tie– ne algo de bueno es na ser largo, y junto al mal país un arroyo que orilla del mesmo camino entra en una lagunilla en que se crian muchos patos, y poco más adelante otro arroyo mayor, al fin, lleno de sol y harto de andar, llegó á las diez de el dia á un poble– cilla de siete ú ocho casas llamado los Escla– vos, cinco leguas de la venta; pasó en una ventanilla que tiene allí un español muy de– valo, porque el pueblo está en lo alio, donde sele hizo toda caridad y se detuvo lo restante del día: llámanse aquellos indios los Escla– vos, porque realmente lo fueron de 'los espa– ñoles ellos y airas muchos, recien conquista– da la tierra, cuando no estaban las cosas tan asentadas ni con tan buen órden como agora están, y un presidente de la Audiencia de Guatemala libertó maS de diez mil dellos y los pobló en diversas partes, y de aquí se que– daron con aquel nombre, hablan la lengua mexicana corrupta, que se llama lengua pi– pil, Y caen en el Obispado de Guatemala. Un cuarto de legua ántes de llegar á aquel pue– blo se pasa un rio grande y caudaloso lla– mado el rio de los Esclavos, por un vado lle– no de piedras, y es tan récia y arreb,;,tada su corriente, que hace temer á los que Ole pasan, y no deja que en él se crie ningun género ele pescado, hasta que ,una legua más abajo de por donde le pasó el padre Comisario, da un salio de más de cincuenta estados con que quebranta su furia, y allá abajo que ya va sosegado Hene mucha pesca suya, y de la que del mar del Sur que no está lejos; pasóle bien e1 padre Comisario, porque á la sazon no llevaba lTIucha agua, y junto al pueblo se pasa un arroyo. Certificó un hombre de cré– dito al padre Comisario que andando los años pasados por junto de aquel rio un ne– gro esclavo huido de su amo, se retrujo há– cia aquella parte por donde el rio da el salio sobredicho, porque unos indios le querian prender y le andaban ya en los alcances, y viendo que le acosaban mucho les dijo que le dejasen, porque sino él se echaria de allí abajo, los indios creyendo que fuesen solos
fieros y que no se arrojaria, arreznefieron á
él para echarle mano y prenderle, pero el negro viéndolos tan detenninados, se santi-
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guó Y se echó de allí abajo, y'nunca mas pa'
reció.
Habia por aquella tierra cuando pasó el padre Comisario gran plaga de langostas que destruyeron las milpas, espantábanla~
los indios y ojeábanlas con trompetas, flau_ tas y tamboriles, dando asímesmo voces y
gritos.
Miércoles siete de Mayo salió el padre Comisario muy de madrugada de aquella venta, y subida una mala cuesta prosiguió su camino por la ladera de una sierra, junto á un valle algo prolongado; bajada la cues_ ta pasó un arroyo y entró en una quebrada angosta y llena de montaña alia y espesa por la cual baja otro arroyo, el cual se pas~
nueve veces, finalmente, salió de aquella es– trechura y subió á lo alio, y luego aun antes que fuese de dia, bajó una cuesta larga y pe– nosa que á estar llovida le diera bien en que entender: Llegados á lo bajo y dejando un poco apartada del camino á la banda del Norte una estancia de ganado mayor, tres le– guas y media de los esclavos, prosiguió su viage, y andadas airas tres y media llegó muy cansado y quebrantado á airo pueblo pequeño de los mesmos indios pipiles y del mesmo Obispado, visita de clérigos, (como lo era el de los Esclavos) llamado Xalpet– lauac, muy seco y desastrado, donde hubo muy ruin recabdo y peor albergue. Desde poco antes de llegar á la estancia sobredi– cha hasta allí, se pasan catorce rios entre chi– cos y grandes, al úliirno de los cuales llaman el rio de las Cañas, porque las hay en su ri–
bera muchas y ~uy gruesas, y dánse por aquella tierra tan disformes, que de cada ca– ñuto hacen un tarro en que ordeñan las va– cas, y de otros hacen cubos para sacar agua; hay también junto á aquel rio muchas y muy buenas guayabas para todos los que las qui– sieren coger. Sin la estancia sobredicha hay .otras dos ó tres, todas apartadas del camino, y hay una calera, y antes della unas ciéna– gas y barrancas malas de pasar en tiempo de aguas. Allí en Xalpetlauac estuvo muy indispuesto el secretario del padre Cornisa–
rio, con una recia calentura, demás de orra
que habia tenido la noche antes en Los Es– clavos, y por este respecto determinó el pa– dre Comisario de ir por Zonzonate para de– jársele aUí á curar si pasase adelante la en– fermedad, aunque esto no hubo efecto como presto se verá. Hubo aquella noche gran lempestad de agua, truenos y relámpagos, recogiéronse todos á la iglesia, porque no ha– bia otra parte donde poder dormir en todo el pueblo.
Jueves ocho de Mayo salió muy de ma– drugada de aquel pueblo el padre Comisa– rio, y pasado un riachuelo y muchos arroyoS secos y una mala cuesta, y iras ella otra peal que llaman el Melonar del Obispo, que es un cerro muy alio de mala subida y peor baja– da lleno de peñas y peñascos á que llaman melones, y andadas ires leguas, llegó á un
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