Page 61 - RC_1965_05_N56

This is a SEO version of RC_1965_05_N56. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

Inicia sus pr'imel'as labores Iiterar'ias con unas crónicas parlamentarias intituladas

~'Alrededol' de la Asamblea" aparecidas en el diario El Siglo XX, que se editaba en Ma– nagua en aquel mismo año de 1 B94.

La Asamblea Constituyente de entonces estaba formacla entl'e otros políticos libera– les por el doctor Policarpo Bonilla, hondureño, Manuel Coronel Matus, Francisco Mon– tealegre y Adolfo Altamirano, los tr'es 1I1timos nicaragüenses y Altamirano, segoviano como Amaclor Y condiscípulo suyo.

Con motivo de estas cl'ónicas el autor tuvo su r¡fin'afe con Altamirallo; pero éste, no tuvo mayores consecuencias.

Sus jóvenes amigos, opositores al gobierno como ya dijimos, fraguan un complot para derrocarlo, pero el movimiento fracasa y, como Amador figuraba entre los conspi– !'adores, se ve obligado a esconderse en una casa de la misma capital y poco después, huye de la misma disfrazado con vestido de mujer para no ser capturado por' la policía. Anda varios días a salto de mata y logra, después de una larga travesía, caballero en una mula trotona, alcanzar la fI'ontera de Costa Rica. Será ésta, de ahí en adelante, su segunda patria.

Nada de extraño tiene para nosotros los nicaragüenses que José Amaclor Uriza, en lugar ele permanecer en Managua trabajando en su profesión, se enrole en un movimien· to revolucionario y vaya al destierro. Entre la juventud nicar'agüense de aquella época,

y aún en la hondUl'eña, era connatural el interés por esta clase de aventuras. Casi todos los jóvenes de esa generación tomaron idéntico camino, como lo habían hecho en el pa– sado las anteriores. El móvil que los llevaba era el de lo inesperado, en busca de peli– gros en los cuales se arriesgaba no sólo la pérdida de la libertad individual, si fracasaba la empresa, sino también hasta la vida misma podía perder'se; per'o como anidaba en sus almas la virilidad, no escatimaban la vida si lograban triunfar los ideales que los impulsaban en esas peligrosas aventuras.

Todos los ele esa inquieta época, sufrieron calamidades y molestias y muchos otros fueron obligados a expatr'iarse por largos diez y siete años; y esta misma fue la suerte que cupo a nuestro entonces joven escritor.

Durante ese largo exilio Amador y sus amigos, intentaron una y otra vez sin desilu– sionarse, luchar sin descanso en favor de sus ideales por conquistar el poder perdido en

1893, hasta que por fin, en 1910 lograron el ansiado triunfo y pudieron retomar a la patria.

Amador ha sido maestro en El Salvador y en Costa Rica. Aquí trabajó más de 16

años como Ingeniero Civil; fue Dir'ector de Escuela en Puntarenas y Profesor en el Colegio de Señoritas de San José. En esta (1ltima labor adquirió méritos pOI' su competencia, su eficacia y la dedicación con que se entregó a ella, como lo había hecho cuando estudiaba en el Instituto Nacional de Occidente.

Ha sido, pues, un trabajador activo en su profesión de Ingeniero Civil, e impartido la luz que irl'adiaba de su c81'ebro a muchos estudiantes centroamerioanos. Al regresar a Nicaragua en 1911 formó parte del gobierno de don Adolfo Díaz; más tar'de, fue enviado como Secretario de la Legación de Nicaragua a San José de Costa Rica; y en varias oportunidades, tuvo a su cargo la misma legación, desempeñando todos esos delicados puestos, con acierto, distinci6n y cultura.

En este volumen van de primer'o los artículos que el lector podrá apreciar enseguida, salidos de la pluma de este inteligente y ameno escritor nicaragUense.

A nuestro juicio, bien vale la pena de leer estas páginas; en pl'imer lugar, por' la ele· gancia y claridad de su lenguaje, lo movido de las escenas que su autor nos ofrece y, el humor con que condimenta sus interesantes relaciones; todas ellas, basadas en sucesos históricos y algunas ven hasta hoy por primera vez, la luz plIblica.

. Cabalmente, el mérito de la obra literaria de Amador, descansa en lo auténtico del relato, ostentando en ella los dones de su espíritu y la superioridad de su inteligencia al

-56-

Page 61 - RC_1965_05_N56

This is a SEO version of RC_1965_05_N56. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »