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AMIGO:

A un amigo quien hi:ro publicar las confidencias que le hiciera

No era de aplausos mi deseo ardiente Cuando la historia de mi mal te di; A un sentimiento puro e inocente,

A la amistad, a tu amistad cedí.

Quise dejar gravado en tu memoria De mi cariño la última oblación, No levantar el eco de una gloria Que no apetece el triste corazón.

Quise decirte: "Amigo, en vuestl'O seno Mi desventura vengo a suavizar; Hoy de pesareS Y tirsteza lleno A vuestro amigo vienes a encontrar".

Eso quería: no que de mi llanto El mundo oyera destemplada voz, Pues mi acerbo dolor y mi quebranto, Después de ti, mi amigo, solo a Dios.

CARMEN DUZ

EN EL DIA DE DIFUNTOS DE 1860

Así abrumado con el peso enorme De esta memoria que en mi mente jira, Con este acento que el amor inspira, Quiero mi afán y mi dolor cantar.

Dije cantar? j Cantar cuando del pecho Hondo gemido, el corA.zón exhala, Cuando mi vida de aflicción resbala. Sobre ese mar inmenso del pesar?

¡Oh nó! En la noche silenciosa y fría Cuando tódo en el orbe esté tranquilo, Visitaré en silencio el pobre asilo Que dí en mi pecho a mi funesto amor. Allí recogeré de lo pasado

Todo ese resto de ilusiones muertas

y para el mundo cerraré las puertas De la urna que encierra mi dolor. Yo solo puedo comprender, yo solo Siento en el alma ese dolol' agudo, Ni quién pudiera ni jamás quien pudo El mal ajeno y el dolor sentir ... ? Yo solo, sí, me acerco silencioso De mi dolor-al lóbrego santuario; Yo solo escucho el eco funerario Que hace angustiado al corazón latir'. El mundo lleva en su carrera ansiosa Millares de hombres a encontrar sus fines;

y con vaso dorado en los festines Van a brindar de amor a la salud.

Yo solo aquí, muy lejos de ese mundo, TI'iste, a la capa de la noche! umbría, Con la luz de mi mente que a porfía Vela conmigo un fúnebre ataúd. Mi voz no lIéga al ruido estrepitoso Que lleva el mundo en su flotante rueda, Mi voz ahogada dentro el pecho queda, Con el polvo de un bello porvenir. Realidad, realidad, ya te contemplo!!

j Cuál te apareces en la edad fIQI~ida!

Me enseñas un abismo, esa es la, vida, Dices, y ay! me enpujas a Vivir: Vivir, Vivir! palabra encantadora Que el hombre en sueño por el cielo tOllia; Pero cuan insufrible así se asonia La luz de la funesta realidad. Vivir! Oh sí, cual mísero exit'anjero Dueño de una memoria, recogida En el supremo instante de la vida, En los días primeros de su edad:

y morir cual viajero fatigado Al cabo de larguísima jornada Dejat' la carga de sudor mojada

y su dulce memoria abandonar!!!! Sentir el sueño la ilusión, la vida Sobre los filos del dolor pasando,

y la esperanza en derredor fluctuando

y el desengaño en conclusión hallar!!!

CAR~[EN DIAZ

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