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« Previous Page Table of Contents Next Page »americanos. Con realidades y franquezas nos podremos entender mejor, ya qu~ ca~a
uno debe sacrificar algo en aras del Interes común.
paganda y más comprensión y cop.fianza en quienes cada día luchan también por supe~
rarse.
En aspectos espeCÍficos creo también que están faliando orientaciones precisas que Ahora. bien, bajo el supue~to de ab~olu- contribuyan a favorecer el procesp en lugar to convencimiento de las ventaJas de la Inte- de mantener situaciones de dudas. En la eje– gración y de l':l consecue~1Íe c;oo:pe~ación de cución de convenios o protocolos se aprecian los centroamencanos, qUIero InsIshr en que en los empresarios preocupaciones por la au– si no se aC±úa con realidades podría correrse sencia de pronunciamientos oficiales claros el riesgo de quedarnos con los marcos gen",:- que contribuyan a su mejor funcionaIniento. rales. Entre esas realidades, el aspecto fl- Si consideramos el proceso de desarrollo in– nanciero donde vienen a reflejarse Inuchos dustrial que se gesta con Inotivo de la inte– obstácul~s, es de una importancia tan vital, gración, es mi opinión que en cada uno de que se podría pensar si no hubiera sido pre- los países participantes se están haciendo m–
ferible resolverlo priInero. ':lntes de ech':lr a gentes esfuerzos de superación en forma re– funcionar los demás mecanIsmos concebIdos petida y desordenada, que lógicamente con– en el Inarco general. Tan importante lo juz- ducirén a un desperdicio de capital que pue–
go, que en mi impresión z:nuy I;'ersonal, f~e dé crear al final inconformidades y aversión la posibilidad de ayuda flnanC;lera espeClal al movimiento, o a que las situaciones que– para la integración centroamencana, que se den como estaban antes en lo referente a dejó entrever en declaraciones muy get}-er,a- mercado, tal vez en mejores condiciones com– les y que interpretamos con mucho ophInls- peti±ivas, pero. anulando ,?on ella la ~J?re
mo, la que precipitó la suscripción del Trata- sionante ventaJa, tan conVIncente y deflnIda, do Mul±ilateral de Diciembre de 1960, no obs- de un gran espacio económico que permite tante que, de los esfuerzos anteriores, no po- aprovechar los avances de la técnica para día decirse que se hubiera obtenido una ex- beneficio de nuestros pueblos. Comprendo periencia satisfaC±oria que justificara acele- lo difícil que resulta dictar normas en este rar el proceso, ya que con anterioridad a esa campo, pero también es importante resal±ar fecha y hasta 1957, inclusiv~, ún~C'amen±e que en una situación de desorden, el desa– existieron nUInerosos convenIOS bilaterales rrollo industrial que Se logre puede ser po– de naturaleza meramenJ:e comercial. No con- ca efectivo e inadecuado a la integración que sidero el aspecto financiero como la solución se persigue, y anies bien, facilitar su absor– de todos nuestros problemas y ~lresaltar e~- ción por elementos extraños. Los industria– to lo hago sencillamente con el .convenc~- les centroamericanos deberían mantenerse miento de que constituye, come;> ~epi±o, el o.n- en íntimo y frecuente contacto y las autori– gen de diversos factores que dIfIcultan la In- dades insisfir en ello en forma apremiante, tegración. Por ejemplo, tal es el caso de la para que no se presenten situaciones emba– faUa de ir¡.{raestructura en transportes y co- razosas qUe fuercen soluciones cü.ªndo ya se municaciones, sobre la cual debió actuarse ha ocasionado los perjuicios y que no, ;resul"' corno S~lrna rapidez si es qu~ realmente sa- ten 'ser· las más satisfactorias a todos. La bíamos lo que estábamos haCIendo. Por esas igualdad de condiciones en el área se' impo– circunstancias tenemos ahora que estar nego- ne como punto de partida al mejor entendi– ciando en base a condiciones unilaterales miento para un desarrollo industrial' conse– que responden a concepto~ de nuestras n~ce- cU4;lnte y para que los consumidores y los go"'
sidades tal a corno son VIstas o concebIdas biernos no soporten las consecuencias del en un ~scriforio ubicado extra-región y no desorden. Las diferencias en las cargas so– corno corresponde a la verdadera realid~d ciales, por ejemplo, deben suprimirse al más centroamericana. Abundan las declaraclO- codo plazo y no estar considerando la posi– nes, los ofrecimieni:os, existen dudas sobre bilidad de hacerlo en reuniones muy genera– nuestros esfuerzos y si pretenden cambiar de· les y de aUo nivel, que resultan c;lemas~~do
masiado rápido la mentalidad de nuestros lehtas y que en el caso de los nIcaraguen~
pueblos bajo algún pretexto, más valdría que sé,S, se hacen sentir con mucha desventaja nos decidiéramos de una vez los centroame- porque cada vez existen mayores presiones. dcanos a planificar en la medida de nues-
tras máximas posibilidades aun con sacrifi- En un sentido más específico, existe un cío para que atendamos nuestras necesida- convenio sobre el Régimen de Industrias
de~ en el orden de preferencia que se esta- Centroamericanas de Integración, que cons– blezca y no continuemos manteniendo una illuye para mí un hecho claro de las dificul– situación de esperanza que considero pertur- tades de las grandes ideas cuando se llevan badora a nuestro avance. Aparentemente se a la práctica. Este convenio ha marchado nos ha ofrecido toda la ayuda necesaria en bastante lento porque las autoridades no han declaraciones muy formales y somos los cen- podido estar en capacidad de decidir ante troamericanos los responsables de que esa las objeciones de los industriales que consi"' ayuda no esté a nuestrlf disp.osición, pero la deran complicaciones que no les convienen realidad es otra, y ojala hubIera menos pro- a sus intereses. Por aira parte, el régimen
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