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« Previous Page Table of Contents Next Page »¿Por qué?
Porque el papel de Sócrates fue tomar la noticia, la información callejera o la anéc– dota del mercado y derivar de ese efímero acontecer una filosofía de lo humano o bus– car en ello, a través del diálogo y de la iro–
nía, la esencia de las cosas.
Asi, pues, la llegada. de la radio al mun_ do informativo obliga a nuestro periodismo a enfocar y valorar la velocidad desde un án– gulo nuevo "El periódico -vuelve a decir_ nos Lleras Camargo- tiene que ser, por fuer_
za, en adelante y cada vez más, un cornen±a~
dar de la noticia ya conocida, en el sentido de que presente todos sus antecedentes, to– dos sus posibles desarrollos, todos los refina_ mien±os que han de agregarse al hecho su– cedido. Pretender ser "sensacionalis±a" so– lamente, en el sentido de producir la sensa_
ción con la aparición de la noticia, es un pro. pásito anacrónico. La novedad, es decir, la
noticia, ha desaparecido como material de sorpresa. Todo lo que se haga alrededor de
ella, es comentario, en un sentido estricto.
No me refiero a los comentarios políticos Se– miabs±ractos, sino a todo lo que sin ser la noticia misma, ya lanzada a la calle, es su desarrollo, o es su explicación".
porque las noticias, así escuetas, aparen±e_ menie objetivas, se dan más aprisa por otros
rnedios" .
Nos llevará, en primer lugar al abando–
no de un terreno en cierta manera irrtita±ivo
-puesio que el sensacionalismo y la veloci– dad como "forma mé±rica" de la noticia es producto norteamericano· que hasta ayer te. nía un valor especial, pero que ya no lo tie· neo y nos llevará a un reajuste de nuestro periodismo con las propias re~lidades y con el propio ritmo de nuestra cul±llra. Este rea_ juste, o mejor dichq este enraizamiento del diarismo en las hondas realidades de nues· ira historia viva, se =e ocurre que puede te– ner un nombre. Yo lo llamaría "periodis–
mo socrático".
¿Qué significa ésto y a dónde nos lleva– rá esa transformación que sugiere Lleras Ca– margo y que parece necesaria e ineludible? Yo q1liero, por eso, partir más bien del presupuesto de la libertad y dedicar este mo– mento de convivio, mirando hacia adelante,
a una breve reflexión sobre nueslro perio
R <lismo.
N<¡¡ cabe duda que el periodismo, en to–
da Hispap.oBlUérica, q.±raviesa una crisis, no
en la acepció" corriente y médica de "etapa Peligrosa" sino en su significado etimológico de juicio o revisión para un cambio. El pri– "lera que capt6 los síntomas de esa crisis y se adelantó a dar un interesante diagnóslico, fue Alb!"rto Lleras Camargo, uno de los hom– bres más inteligentes que posee actualmente
Am.érica. Lleras -en su famoso discurso a
la SIP- observa que los periódicos han cre– cido en tiraje, pen1; que han disminuido en
influencia. No quit.':re decir esio -corno tnu–
chos han creído- qle el periodismo esté lle– gando menos al pueblo sino que su comuni– cación con ese pueblo y su significado en el movimiento de la cultura -por haberse acentuado excesivamente el aspecto noticio– so o informativo- ha perdido bastante ca– lado; o en otras palabras, que su influencia se ha superficializado. Lleras anota la pre–
sencia de un facfor nuevo en ese mundo de
lo puramente informativo y noticioso; el de Porque Sócrates era el hombre del ágo– la radio y la televisión. Y comenta: "Quie- ra, de la plaza, -el pre-periodis±a- que pre– nes dicen que el propósito único del perio- guntaba lo mismo al militar que al zapatero, dismo es dar las noticias, sin comentario, ob- a la cortesana como al filósofo la opinión in– jetivamente, lo están condenando a muerte, mediata y repor±eril y levantaba esa simple
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La razón del premio debería obligarme a hablar de la libertad de expresión o de la libertad de prensa. Pero de la 1 i b e r ±a d ¿quién de nosoi¡:-os no sabe que es la condi– ción previa, el punto de partida y la atmós– fera vital sin la cual no existe verdadero pe– riodismo? - La libertad es a la expresión lo que el papel a la impresión: la página blan– ca e inmaculada donde cualquier tachadura daña o interrumpe la let¡:-a, como cualquier opresión o censura apaga su espíritu. La li– ber±ad ya no puede estar a discusión entre
n~sotros despllés de 1.821. - La libertad exi– g!" de inmediato la postura decisiva. El gri– ±o de los próceres: "Libertad o Muer±e".
que estuvo una vez, todo, íntegro, guardan– do cárcel por el delito de ser libre - y que ha sido tan admirable en su esfuerzo como en su sol~q¡;¡.ridad; en nombre de un vasto sector de nicaragüenses, que f()rma también el periódico, leyéndolo y respaldándolo con su apoyo indeclinable en sus luchas y vicisi–
fl,J.ges, quiero expresar aquí nuestro más pro–
fUI;ldo y cordial agradecimiento por este ho–
nor, aunque la palabra honor, con ser tan ancharnen±e hermosa, no recoge el mejor sentido del premio que es, como dije, su ca–
lidad fraterna y cen±roamericanis±a.
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