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Honduras no puede aislarse de sus vecinos por una desventaja económica actual y tal situa– ción ha de presionarla a situarse en un plano de equiparación de medios de lucha competitiva. La integración económica tiene que prevalecer a toda costa, como el mayor estímulo del desarrollo .:le Centroamérica.

Las ventajas pueden también referirse a un mercado mayor de atracción al capital extranjero en la industria, que estaría grandemente aminora– do dentro de los mercados nacionales.

mas de educación, no solo a nivel de cultura general, sino de enseñanza especializada para obreros y campesinos.

La política crediticia mantenida desde 1950 por la banca Estatal impide una mayor expansión a más actividades de la industria, la agricultura y el comercio. Como consecuencia de lo anterior se hace necesario la creación de un organismo que podria denominarse Consejo de Planificación Na– cional, que con facultac!es administrativas centra– les no sea absorbido por los mismos organismos autónomos y las Secretarías de Estado. Este nuevo organismo poc!ría operar en forma multila– teral, con el objeto c!e llevar adelante planes a corto y largo plazo; programas sectoriales; orientar las inversiones públicas y privadas, planifical' de acuerdo con los órganos Estatales; promover es– tudios globales y parciales del país y de cada rama de administración para la más efectiva colabora– ción y coordinación de las diferentes ramas, etc.

El progl'ama de la integl'ación económica centroamericana se produjo en los últimos años dentro de un proceso lento que iba a repel'cutir decididamente en las actividades del pueblo hon– dUI'eño. Mientras Guatemala, El Salvador y Cos– ta Rica, con antecedentes en su industria incipiente tomaron medidas adecuadas para hacer frente a la mayor producción fuera de sus fronteras y sus gobernantes y Consejeros económicos con visión del conjunto, estimularon la creación de industrias nuevas por los distintos medios del incentivo, tales como la liberación de cargos impositivos iniciales, el fácil trámite ac!ministrativo de las gestiones, y la de una polítíca crec!iticia favorable a su desarro– llo; Honduras hizo muy poco a casi nada por llevar a cabo una labor previsora parecida a la de sus vecinos y tal omisión ha sido perjudicial en la hora presente. Las críticas a tal situación pueden apreciarse en casi todos los órganos de publicidad radial y escrita, insistiéndose en la responsabilidad que en ello han tenido los directores de la política económica, la que continúa todavía estancada. No obstante esta presión, tal'de o temprano va a dar lugar a un mayor esfuerzo de la industria hon– dureña para ponerse a nivel de la competencia centroamericana, como la única solución positiva al problema.

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