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« Previous Page Table of Contents Next Page »creían que sys profesiones de fe democrático eran dic– tadas por lo conveniencia Poro las conservadores su mela parecía ser "el a/>soluto y exclusivo dominio del país" en interés de los Esiodos Unidos (*) El hecho es que en 1856, la reafirmación de Walker de su fide–
lidad democrática fue aceptado por muchos nicara–
güenses Voluntarios nativos continuaron sirviendo en
su ejército Su popularidad entre los clases pobres fue notado más de uno vez El más decidido de los jefes democráticos, Máximo Jerez, estuvo de acuerdo en formar porte del gabi,nete de Rivas como Ministro de lo Guerra
Ante todo lo turbulencia que creó, uno viene o descubrir el meollo de su pensamiento, en el que se descubre uno verdad a lo que los Estados Unidos no se despertaron hasta un siglo después, -que un gran poder sirve mejor sus intereses levantando o los pueblos pobres y primitivos o lo luz de uno civilización produc– tivo En uno época en que la ayuda económica en
escala nacionaf
Q otros países, no se había oído nunca,
era sólo por medio de empresas capitalistas y lo intro– ducción de instituciones justas, que los naciones explo– tadoras podían ayudar a progresar a las nociones explotadas, tal como lo hicieron los Estados Unidos con Filipinas Uno no debe equivocarse de que, dejados o
sus propios medios, los pueblos Centroamericanos ex–
perimentaron una boja en sus niveles de vida y condi– ciones sociales después de Walker, y no un avance (*¡
Horace Greely puede haberlo considerado un pira– ta ambicioso de poder, Wall Street un agente de astutos capitalistas, pero él se consideraba como lo cabeza de
un ejército revolucionario, luchando c<;mtra los señores
feudales del istmo en nombre de la democracia Como
pruebo de su bueno fe democrático, no sólo trajo o Máximo Jerez al gobierno, sino que dio otros cargos
ministeriales o Democraticos escogidos Dor Jerez.. auto–
rizá el transferimiento de lo capital de Granada o León, e hizo que el gobierno anunciara elecciones presiden– ciales y congresoles, poro ser llevadas o coba por voto popular
Para él lo sorprendente era que aunque Inglaterra
no tenía escrúpulos en apoyar sus ansías reaccionarias en Centro América con provisiones y armas, el qobierno
de los Estados Unidos, que se decía democrático, re– husaba ver el significado de la lucho que estaba sos– teniendo El Harper' s Weekly comentaba que el trato recibido por Walker de porte del gobierno Americano, era muv parecido al de John Knox y John Wesley de parte de lo Iglesia de Inolaterra Ero uno comnaroción muy exacto debido a la psicológico similaridad de Wal– ker con los grandes reformadores relioios05 Como ellos, nunca se quejó de los herirlos recibidas de parte de sus
enemiClos, pero las calumnia,; de sus orooios coterr6neos
le dejaron cicatrices El había salido baio el pendán de lo democracia o un mundo lleno de pelioros, en bus–
ca de dragones que mator, y sus sentimientos acerca
del castigo recibido por porte de Marcy y Buchanan fueron los de un caballero que, mientras andaba en su gran empresa, oye que ha sida despreciado y excluida de lo Meso Redondo
(.) (R Obrell'6n Lorra, La CAmpaña dll1 TrAnsito. SAn José, 1956, p 58) (.) (A G FTnnk. "El DelllI.Trollo F..eon6rnleo de Nie:nag\la", en Inter–
Amel'iean Affairil, 1966, Vol VUI, No 4)
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En lo compaña militar que siguió, que consistió en dos batallas, los fuerzas de Walker perdieron ambos,
y su reputación coma general resultó permanentemente dañada, sin embargo, a los ojos del pública Americano, emergió como el victorioso y más grande héroe La primero batallo tuvo Jugar en Santa Roso, al sur del Lago de Nicaragua, donde ia vanguardia enemigo es– taba acampado, y donde lo~ Costarricenses juraron dar
muerte a todo Americano que cayera en sus manos
Lo situación de Walker se iba deteriorando rápidamen– te Otro epidemia del cólera, entonces en su fose inicial, junto con disentería y fiebres, habían reducido sus efectivos o sólo 600 hombres El mismo había caido con fiebre y uno doloroso inflamación de lo cara En un esfuerzo par conservar o sus hombres para la que él na dudaba s~ria uno largo lucho, determinó
enviar inicialmente contra los Costarricenses un bata–
llón de cuatro compañías una compuesta enteramente de Franceses recientemente llegados de Son Francisco, otra de Alemanes inmigrantes solidos de New York, otra de Nicaragüense~ y uno de reclutas Americanos Inmediatamente surgió un problema ¿Quién habría de comandar esto fuerza poliglota? Lo escooencia de Walker no pudo haber sido peor que si hubiera estado con delirio de fiebre, como algunos pensaron que esta– ba Su atención se centró en un alemán llamada Louis Schlessinger, un hombre educado y sensato a quie_n ha– bía usado en misiones diplomáticas y que hablaba los cuatro idiomas esenciales Totalmente impreparado y psicológicamente incapaz pora lo jefatura militar, Schlessinger folló en reconocer de antemano el terri– torio por el que avanzaba y fue sorprendido por el ene– migo en cuerpo A los primeros tiros la indisciplinada compañía de Alemanes se desbandá y huyó, seguida por los Franceses, con Schlessinger mismo entre ellos.
Por unos pocos minutos los Nicaragüenses y America–
nos sostuvieron al enemigo, mas después de que cien
de ellos cayeron, se dieron a la huido, dejando o los heridos o uno sumario ejecución o monos de los jubilo– sos Costarricenses
Nuevos de este tremendo descalabro llegaron a Granado, yo azotado por los terrores del cólera, segui– dos de los rumores de que un ejército hondureño estaba pOI unirse en el ataque contra Walker Uno ala de
pánico inundó tonto a Americanos como o Nicaraqüen~
ses Docenas de hombres recientemente llegados de New York que no se habían alistado aun en el ejército de Walker pedían el reqresa o sus cosos Aun sus
veteranos estaban especialmente descorazonados, pues·
to que un buen númera de sus mejores oficiales habían caída afectados del cólera Na habían mpdias de re– vivir lo moral ante el decaimiento provocado por el es– pectáculo de los fugitivos de Santa Rosa que medio muertos de hambre se arrostraban en lo Ciudad con informes de la incompetencia de Schelessinger y el sal– vajismo C05tarricense Schlessinger mismo fue arres– tado, sometido o consejo de guerra y condenado o ser fusilada por cobarde, pero loqró escapar, muchos pien· son que de acuerda con Walker, cuyo solo responsabi·· lidad de haber escogido per<ona ton impreparada poro el mondo militor ero manifiesta. A su amigo y más
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