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¿¿Cómo puede un extronjero hacer uno revolución en un lugar donde su colerróneos son odiados, donde se sospechan de sus propósitos, y cuando ni siquiera estó allí? Walker concibió la idea de comenzar con una asamblea de elementos desafectos al régimen de Baja California Luego, reforzado por el apoyo po– pular, cruzaría el río Colorodo a Sonora y trataría de

ganarse a suficientes naturales paro dar impulso a su

cusa Con esta esperanzo

l

emitió otra proclama, ase–

gurando la independencia de Sonora can un status similar al de Baja Califarnia

Las víveres eron la mayor preocupación Por ahora no habia otra alternativa que forrajear El re– gimiento recorría la campiña alrededor de Ensenada, requisando ganado y maíz en nombre de la revolución, agitando la indignación de los plopietarios Por lo general, había poca violencia, y las órdenes de Walker contra el pillaje fueron respetadas Pero las restric–

ciones que imponía O sus hombres se les agravaban

mientras su situación se deterioraba Aunque sus ofi–

ciales, que estaban en diario contacto con él y sentían

el impacto de sus convicciones, permanecían fieles, la

moral de los soldados en las filas se resquebrajaba y sólo necesitaban un pretexto paro mostrar su resenti– miento

La crisis llegó cuando Walker, organizando el transporte de provisiones a Sonora, dio órdenes de que los caballos que le habían sido quitados al rebelde Me– léndrez fueran usados para ese propósito Un buen número de sus hombres llegaron a considerar esos ca· bollos como propios y rehusaban de plano entregarlos o sus oficiales Llamado a intervenir Wolker fue re– cibido con abiertas quejas y aun con froncas amenazas Porecia que la expedición iba hundirse en el caos y la afrenta Aquellos que todavía le eran leales a Walker, esperaban con pesimismo qué es lo que habría de hacer Su actitud les sorprendió Ordenó que el clarín tocara a reunión al frente Después de un pro– longado silencio, les habló con voz sonora, en un len– guaje cortés y restringido

"Si cualquiero de ustedes desea abandonar la ex–

pedición, estó en libertad de hacerlo Yo no obligaré a nadie a permanecer aquí si desea irse A aquellos que desean quedarse conmigo, les pediré que demues– tren su lealtad jurando su fidelidad a la bandero de Baja California Que no haya ningún malentendido Esperoré que los hombres que me sigan se sometan a las mós oltas reglas de conducta militar Aquellos que desean írse pueden llenar sus alforjas de rociones y abandonar el campamento Espero que se vayan dentro de dos horas La frontero Americana estó a sólo tres o cuatro días de marcha desde aquí Cual– quiero de ustedes que no desee dar su juramento de fidelidad, dé un pasa al frente, ponga en el suelo su rifle, y vaya al departamento de abastos por sus rocio–

nes"

Cerco de cincuenta hombres abandonaron los filos y se reunieron a un lado, hablando entre sí Algunos estaban avergonzados e indecisos, otros estaban llenos de rabia Finalmente decidieron seguir un curso de acción En vez de aceptar la oferta de Walker, co-

menzaron o abandonar el campamento con las rifles

en sus monos.

Un ayudante de Walker, el Capitón Timothy

Cracker, conocido por su valor¡ corrió tras los desertores

y les ardenó que entregaran las armas Cuanda nadie obedeció, desenfundó su pistola Un hombre gruñó

l/Vamos, tire, Capitán, atrévase!" Varios rifles apun–

taban a Cracker En estos momentos

l

sin esperar

órdenes, otro de los oficiales de Walker corrió a un howitzer cercano, ya cargado, y lo emplazó hacia los amotinados, listo a disparar si tiraban a Cracker Walker gritó "Nadie dispare" Por un momento

nadie se movió, luego} los malcontentos dieron la es–

palda a Cracker y se alejaron Walker saltó a un caballa, y corrió tras ellos Un testigo ocular, descri– biendo la subsiguiente escena, se asombraba de la bondad y calma de su voz cuando los alcanzó "Hom–

bres", les dijo, " ustedes van a necesitar raciones, y es

mejor que regresen por ellas No trataré de arreba– tarles las rifles, pero ustedes bien saben, cama yo

cuánto los necesitamos} y ellos pertenecen al regimien~

lo Les pido que los dejen"

Mas de la mitad de los hombres entregaron sus rifles Dos o tres expresaron su frustración quebran–

do las culatas contra Jos rocas cercanas, mientras se retiraban Algunos se regresaron por las raciones

Toda el grupo cruzó la frontera Americana can toda seguridad, y fue transportado en barco a San Francis– co Fue debido a su amargo testimonio que la prensa Americana se formó un juicio errado de Walker Fue acusado de ser excesivamente duro con sus hombres y

de creer que "/ 0 fuerza hace el derecho" Pero él,

mejor que nadie, tenía razón de saber que la fuerza no hace el derecho, pues la fuerza siempre estaba en otros y no en él En Baja Califcrnia eran los hambres tros él los que tenían la fuerza, no él Todo lo que tenían que hacer era mover un dedo y él estaba ter– minada. De lo que él dependí'a, al final de cuentas, era disciplina, o la idea de disciplina Para mantener en jaque a los hombres indisciplinados e individualistas que se habían presentada voluntariamente para esta empresa, él teníd que enfocar el poder de su persona– lidad en cada falta a la disciplina Juvenil, delgado, físicamente sencillo, sólo poseia un carócter indomable y unas ojos grises escrutadores, su dominio sobre ellos era muy precario Una simple falta de respeto para con él hubiera sido fatal Para dominarlos, él tenía

que hacerles temer, no tanto a él mismo, como a la

disciplinada conducta de sus compañeros a sus órdenes En esto tuvo un éxito sorprendente Después de la deserción masiva de Ensenada, él aumentó, en vez de disminuir, la severidad de su disciplina, pues sabía que la menor relajación significaría mayor indisciplina en

hombres para quienes lo menor restricción era amarga

El puntillo de etiqueta militar no fue jamós relajado Los saldados deblan saludar a sus oficiales Debían

permanecer en atención cuando los superiores en rango

les dirigían la palabra Todos fueron advertidos que la pena de muerte sería impuesta a los amotinadores y desertares En la próctica, sin embargo, esta regla fue modificada De cuatro hombres que posterior– mente desertaron después de haber dado el juramenta

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