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No haber sido participe de tan animadora aven– tura, era más de lo que Walker podía soportar A principios de 1853, él Y su socio Watkins hicieron una

visita a Raousset y le ofrecieron su cooperación y ser–

vicios en el nuevo intento

"Juntos ll

,

Walker dijo a Raousset, "seremos más

que doblemente fuertes Hay muchos en los Estados Unidos que nos respaldarán y usarán su Influencia en

nuestro favor"

Raousset cortésmente y con interés las palabras

entusiastas de Walker l/Amigos míos l1

,

replicó, 1110

que dicen ustedes es/ quizás, muy cierto, mas no puedo asociarme con ustedes Para serIes franco, los Ame– ricanos son tan pi ofundamente detestados en México, que su presencia destruiría mis oportunidades ll

Walker no argumentó Con una de sus raros

sonrisas, dio /fEntonces, seremos rivales"

,(JAsíl será lJ

,

dio Raousset Mientras ambos se

estrechaban las manos efusivomente, Watkins los con– templaba admirado

El Francés fiaba sus esperanzas en el Informe de que una revolución habla llevado a la Presidencia de México al General Santa Ana, conocido como amigo de Francia Este era el momento para una visita a la Ciudad de México, para hacer un nuevo contrato más obligatorio, y pronto se pondría en camino El plan de Walker era mucho más atrevido nada menos que in–

troducir una fuerza Americana en Sonora, bajo el

disfraz de colonos, hacerse el amo del Estado, ya fuese con la cooperación de sus políticos, O sin ellos Sono– ra entonces, se declaralÍo una república Independiente, se pondría bajo la p",tección de los Estados Unidos, y

daría la concesión minera a una compañía Americana,

haciendo caso omiso de cualquier conli ato firmado en la Ciudad de México con los fronceses

Tal era también el razonamiento de algunos de los ricos mineros de San Francisco, los que estaban ansio– sos de especular sobre lá oportunidad de una concesión en las minas de Sonora Lo que n~cesitaban era un, jefe que pudiera regir las fuerzas reclutadas entre los aventureros de Sán Francisco, y al mismo tiempo domi– nar al francés Roousset y al Gobernador Militar de Sonora Paro los magnates de San Flancisco, lo repu–

tación de Walker por su bravura, su ardiente convic– ción, su poder de aratoria, y su entrenamiento legal y

periodístico, sobrepasaban su falta de experiencia mili– tar Le proveerían del necesaria respaldo y fondos, le dijeron, si se dedicaba él mismo a la expedición El dinero fue obtenido por lo venta de bonos "asegurados' con las tierras que Wolker esperaba obte-

ner en Sonora Los bonos impresos decían

El Fondo de Préstamo de la Independencío, ha recibido de la suma de $500, y la República de Sonora le exten–

derá a él a a sus cesionarios una cédula por una

legua cuadrado de tierra, localizado en el dominio público de dicha República

Firmado, este primer dí'a de Mayo"

William Walker

Coronel del Regimiento de la Independencia

(* Alta California, Dicíembre 1, 1853)

Vendidos secretamente a compradores selectos, los bonos proveían suficiente dinero para permitir el reclutamiento, la compra de armas y provisiones y el flete de un barco Walker habia troldo a Edmund Rondolph y a otro amigo intimo, Porker Crittenden,

también abogadOr a lo empresa, y juntos organizaron

la expedición El creyó, sin embargo, que antes de

ZOl par necesitaba información de primera mano sobre

las condiciones que habría de enfrentar, y pocos dios después que Raousset-Boulbon salió poro la Ciudad de México, el outonombrado Coronel abordó un barco para Guaymas

Walker encontró el puerto Sonarense menos que hospitalario Las autoridades mexicanas no le hubie–

ran ni siquiera permitido quedarse si el Cónsul Ameri–

cano no hubiela llegado en su ayuda Cuando envió un mensaje al Gobernador de Sonoro, pidiendo audien– cia para visitarle, la respuesta tardó días en llegar La mayor parte del tiempo lo pasaba en lo pequeña colo– nia Americano del puerto AIIi varias de las mujeres le hablaron del miedo que le tenían a los Apaches, quienes hobí'an estado merodeando cerca de la ciudad,

y rogaban a Wolker que trajera suficientes hombres a Sonora para su seguridad De esta manera ellas le provelan del único Ingrediente que le hacía falta en su empresa lo necesidad de la femineidad indefensa de su caballeresca protección

La impresión que Wolker hizo en Guaymos en 1853, al aparecer en su nuevo papel de soldado y liber– tador, se ha conservado en la descripción de un testigo ocular "Su apariencia era muy distinto de la de un jefe militar poca atractiva insignificante Pero cualquiera que juzgara a Mr Walker por su apa~

riencia personal cometía un gran error Extremada–

mente tacitu!n('), él se sentaba por horas en compañía

de otros, sin abrir lós labios, mas una vez interesado,

lIámabo la atención con la prlmerá palabra que pro– nunciobá, y mientras continuaba hablando, uno se con–

vencía de que no era una persona común Con sus

amigos confidentes era de lo más entusiasta sobre el tema de su empresa favorita, mas fuera de coh aque– llos inmediatamente interesados jomós merccionoba el

tema"

Por fin le llegó un mensaje del Gobernador Si Walker viniera a la capital de Sonara, Hermosillo, dis– cutirían el asunto de la colonización y la supresión de los Apaches Walker olió una trompa Mucho tiem– po habla posado Con toda seguridad el astuto Gobernador conocía el verdadero propósito de los Ame– ricanos, y buscarÍ'a un medio de deshacerse de su jefe si lo llegaba o tener en sus manos Lo deseada con–

cesión de tierras tendría que ser sacrificada La ex~

pedición no podría ya enmascararse como un grupo de

pacíficos colonos, tendría que zarpar de San Francisco

en violación de las leyes federales y pelear por Sonora desde el momento del desembarque Tal prospecto de ninguna manera desanimaba a Walker Apresurando

su regreso a San Francisco, se preparó para la acción

Un centenar de hombres hablan sido reclutados, y el bergantín Arrow estaba listo con su cargamento de

armas, municiones, provisiones y otros elementos nece~

sarios para la campaña

(* T. Robinson Warren, Polvo y Espuma, (DUBt and Foam), 1858)

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