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mocrátlco es imposible conseguir la activa participa– ción de las masas populares cuando la mitad de la po– blación no sabe leer ni escribir.. Segundo, la historia demuestra que toda sociedad que logra eliminar el analfabetismo no permanece pobre por mucho tiem– po. Terc?ro, no habrá posib~l!dad de contr?'ar la ta~a

de crecimiento de la poblaclon, como sera necesano hacer en el futuro, mientras la mitad de ésta continúe en un estado de analfabetismo

En nuestros esfuer:tos encaminados a cooperar con la América Latina poro la reali:tacién de las me–

tas de la Alian:ta debemos tener en cuento el rena.ci– miento de una de las instituciones tradicionales de la sociedad latinoamericana lo Iglesia Católica Romana. Una de los tendencias r:nás alentadoras de la pasada

década es la nueva actitud adoptada por los dirigen– tes de la Iglesia hacia los graves problemas económi– cos y socia/es de /0 América Latina y su reiterada de– cisión de abordar estos problemas con refQrmas fun– damenta/es.

En la actualidad, los miembros de la jerarquía ca– tólica de Chile, Panamá, Venezuela, Brasil, Argentina

y Colombia están impulsando activamente las refor– mas propuestas por la Alianza para el Progreso. An– teriormente, los ideas progresistas sociales y económi– cas solian prapugnarlas ottivamenté sólo ciertas órde– nes religiosos como la de Maryknoll y algunos sacer– dotes aislados, pero ahora los apoyon los prelados de las sedes metropolitanos Lo perspicaz filosofia eco– nómico y social enunciado por el difunto Papa Juon XXIII en sus encíclicas Mater et Mogistra y Pacem in Terris es parte ahora de lo politica del Vaticano. Sa– cerdQtes que en otros tiempos habrían"ascendidó" por sus ideos avan:tadas envi6ndoles a las parroquias de las montañas están siendo nombrados actualmente obispos y cordeMles.

El papel de lo Iglesia es importante no solamente porque promueve reformas sociales y econémicas sino porque puede crear sociedades libres y alentar los sen– timientos de unidad hemisférico Pero la creación de un orden económico y social justo exige la rápida mo– dificación, algunos veces la destrucción, de antiguas inStituciones En toda era revolucionaria el estado siente la gran tentqción de hacerse cargo de la direc_ ción del orden económico y social, de eliminar todas

las instituciones que no puede controlar directamente, de crear una sociedad atomizada La historia nos en– seña, y el caso de Cuba nos lo ha recordado una vez

más, que la soeiedad atomi:toda es la que más fácil– mente sucumbe a la tirania de un gobierno totalitario En una de sus mejores definiciones breves sobre lo que es el gobierno' totalitario, Hannah Arendt, lo describió como la eliminación 'de todos los subgrupos que me– dian entre el individuo y el.estado Durante la próxi– ma década, cuando los cambios revolué/onarios éstán a la orden del día en muchos países, quizás hayo oca–

SiOnés en que séa necesario fienar la acción del estado si 10 que se desea es preservar el pluralismo social y ,la libertad política del individuo. En algunos países

latinoamericanos posiblemente la Iglesia sea la llama– da a desempeñar ese papel moderador

Finalmente, la Iglesia Católica, junto con el de– recho romano y el idioma español, constituye una de las principales fuerzas unificacloras de la América la– tina. En una época de ascendente nacionalismo, el vinculo común de la Iglesia ql.l;¡<ós sirva para superar las tendencias separatistas actual~s y contribuya al lo– gro de la unidad hemisférico.

En conclusión, desearía recalcar que, completa– mente aparte dé los programas específicos que apoye– mos para llevar adelante nuestra pOlitica en lo Amé– rica Latina, ya sean éstos de ayudo, comercio, irwer– siones privadas, educación o propaganda, lo igual– mente importante parlll nosotros será resolver con éxito nuestra problema social más notorio, la obtención de igualdad de derechos para los elementos de la rozo de color y nuestra actitud hacia nuestros conciuda~anos

de este Hemisferio. En unO región como la América Latina donde la gran mayoría de los habitantes no son de la raza blanca, en una región que incluye socieda– des como [a de Brasil que hel sabido desarrollar qrmo– niosos relaciones multirraciales, es difícil exagerar lo importancia que el mundo da a nuestros esfuerzos por extender los beneficios de la civilización moderna a la minoría de color de [os Estados Unidos, de lo misma manera que los países latinoamericanos están trotando de extendérselos a la mayorla de sus habitantes. I

El Presidente Kennedy es respetado por haber da–

do comienzo o una nuevo era de los relaeiones entre los Estados Unidos y la Améri~Q Latina, principalmente no porque prometiera ayudo material, sino porque'supo hacer ver que compréndía y respetaba al pueblo lati– noomericllno por su cultura y sus muchas tradiciones. El Presidente nunca consideró inferior al pueblo Iqtino–

americanO ni esperaba que éste vieró la solución de sus propios problemas en la ciega imitación del régi– men de los Estádos Unidos. Es esta actitud compren– siva y respetuosa la 9ue debe' difundirse entre nues– tros líderes o/ igual que en toda nuestra sociedad No va a ser empresa fácil porque la mayoría de los adul– tos de este país se educó en escuelas donde lo mayor

parte de los libros de texto y de consulta hacían coso omiso de la América Latina o reflejaban una actítud de condescendencia hacia los latinoamericar)os.

Generaciones enteras de norteamericanos han es– tado demasiado bajo la influencia de estos libros es– critos principalmente por autores simpatizantes con el legado cultural de lo Europa del Norte, que por su his– torio ha sido fundamentolmente hostil a la cultur.a la– tina. Los cambios en' las ideas populares son lentos La apreciación de la AmériCa Latina se realizará ple– namente sólo cuando nuestro sistema de enseñanza comience, a reflejár lo que le dió a esa región el Pre– sidente Kennedy al decir de ella que es "la región del mundo con problemas más difíciles".

(e) 196'4 _ Counifl "f FGl'eian ReJaUou. luc. - Toma.do de "Forefrn

Aflalra".

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