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en alcanzar exoelencia en todo lo que hacemos. Y de~

penrlerá en el éxito que tengamos en subordinar nues· trf)s deseos individuales y de grupo al propósito único del crecimiento y la perfeceión de este Instituto.

Nuestra causa es superior a nosotros mismos, a uuestras organizaciones y a nuestros intereses naciona· les. Se nos ofrece una oportu~idad ine$tim.able para mejorar una Región: del Mundo, para colaborar en la unión de Cérttroamérica, no sólo en beneficio .de las empresas comerciales, sino en el ~e todos sus pueblos y,

el). un horizonte más dilatado, para señalar caminos nUevos a fi~ de que toda Latinoamérica alcance un prOgl eso verdadero.

Hemos llegado donde estamos gracías a la dedí· cacÍón, a los tenaces esfuerzos, a la devoción para este Instituto. Estos son los elementos que llevarán a INCAE al logro de sus altos propósitos. Esto no l;lerá fácil, ni se realizará sin dolor. ISólo tendlemos éxito si mantenemos nuestIos objetivos, én cuanto Institu~

ción, más altos que c.ualesquiera otros objetivos. Y el éxito coronal á nuestros esfuerzos.

El Doctor Dan Throop Smifh, presidente del grupo de catedráticos que ímpartieron el Curso, expresó los siguientes conceptos:

La empresa comercial o intlustrial constructiva tiene la opoltunidad de desempeñar un papel plÍncipal en el desalroUo económico y social de los seis países del Istmo. En esta' parte del mundo, el sector privado de la economía es, afortunadamente, amplio. Con los nueVos mercados y las organizadones regionales, las

oportunidades y los retos se vuelven de súbito mucho mayores. La ereación del INCAE parece ser pal ticu~

la1mente oportuna.

Se ha, dicho con frecuencia que en todo el mundo. nos haUamós frente a una marea de crecientes expecta– tivas de parte de los miembros menos privilegiados de todas las sociedades. Un espíritu de empresa dinámico es esencial para lograr el crecimiento económico. En realidad, parece ser aún más importante que el capital, los recursos naturales y la tecnología, porque sólo ese

espíritu es capaz de reunir todos Jos demás recursos hu~

manos y naturales.

Pero los empresarios deben ser también socialmen– te conscientes y responsables si los beneficios del creci~

miento económico han de ser ampliamente distribuidos y si el empleo ha de proporcionar no sólo medios de vida sino una manera de vivir que produzca satisfac– ciones.

Desde el principio nos impresionó el sentido de res– ponsabiiidad de los que tomaron parte activa en la for– mación del INCAE. Las discusiones realizadas durante nuestras sesiones en este pr!~er p~~grama han mante~

nido y hecho progresar esa actit\ld. Es hondamente significativo que entre los proplSsitos declarados del INCAE se encuentre el siguiente:

"El Instituto tiene el propósitQ de inspirar todas sus actividades con plena conciencia de la J:'ran respon– sabilidad que tiene~ quienes se encl;lrgan d~ las funcio– nes de la Administración (de Emplesas) y de BU enSe·

Don Francisco De Sola, Presidente del INCAE.

ñanza, frente a los problemas sociales y económicos de

la cimiunidad en general.

El Instituto tratará siempre de revelar y esclare~

cer la red de relaciones que vincula a las empresas y¡

sus dueños con los demás elementos de la sociedad, de suerte que la expansión de las empresas conduzca a la

colaaión de una poderosa estructura social y económica dentro de la cual flOlezcan la democracia y la justicia".

El señor Jaíme de la Guardia, de Pana, mil, en nombre de sus compañeros de estu' dio, dijo entre otras ideas de elevado centro,

aIllericanismo;

Hoy me es muy pl~centero decir que si bien eS estimable el caudal de conocimientos y enseñanzas 1 eci bidas, más vale, en mi humilde opinión, la gran he,;

mandad, la espléndida camaradería de los hombres dí los distintos países del Istmo que, sin duda al reg~esa1

a sus respectivos países, llevan clara noción de que h amistad aquí puesta de manifiesto y el espíritu de lNCAE, no deben por ninguna circunstancia fenecer sino que p~rel contra~i~, s~ren~o" vo~_~ros ~e ~13~ nu,QVJ y latente fuerza que se llama Centro América.

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