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62 - Una discusión con Rubén Darío (1886)

Este afán de crítica lo enredá en más de una po– lémico, de los cuales la más célebre es la que sostuvo con Rubén Daría

En el tomo Crónica Literaria están coleccionados los artículos conque el poeta contestó a Guzmán. Em– pezó lo discusión por el siguiente parrafillo de uno de los Pedacitos de Papel:

/JOtrosi IIDerramar la simpatía", ha dicho últi–

mamente don Rubén Daría en una composición poética a lo señorita Celia Elizonda. Mal gusto mío ha de ser, pero nI el Poeta Niño me hará tragar la simpatía derra–

mada" ~Juan de las Viñas

Rubén Daría se expresa en los siguientes términos

de Guzmán, que, ciertamente, no son hepérboles ni

lisonjas, sino la pura verdad

"Pocos, muy pocos son en Centro América los que pueden aparejarse con dan Enrique Guzmán en mate–

rias del conocimiento de lo lengua espoñola, y pocos, muy pocos hay que como él manejen tan fácilmente las armas de la crítica

"Malaventurados los delincuentes literarios que caigan en manos del Fígaro nicaragüense, parque sufri– rán vapuleo y fisga, y de saber tienen quien es Calleja "Y ¿quién puede toserle al saleroso Persius, pesa– dilla de lós molos escritores, como de los poetastros, eneMigo acérrimo de galiparlistas, de doctor nicara– guanos y de todos los que, culti-Iotini-parlonda ultrajan, con ompen y descoyuntan el hablo de Castilla? "Yo he sido siempre admirador de nuestro ingenio, y más de unél vez había lamentaqo que se abrevase en la turbia fuente de la polltica, como en su Hipocrene preferida, gastando así su sal y donosura en asuntos cuya importancia e interés no salvan las fronteras de esta República

"Pero ahora que veo al señor Guzmán dedicado a la crítica de las letras, me he alegrado en extremo por lbs ventajas que podemos sacar, los pocos expertas, de sus autorizadas observaciones, y he lamentado tan so– lamente que se entretenga, en algunos de sus trabajos,

en hacer minucioso examen de escritos de poco valer,

cuyos defectos están de tal manera a la vista, que basta una sola ajeada para advertirlas, y cuyos autores ape– nas si han logrado sentar plazo de reclutas en las filas de los escritores nacionales Yeso se llama gastar pálvora en salvas

"Réstame advertir (a modo de paréntesis) que hoy en Nicaragua una especie de adoracián a todo 10 que sale de la pluma de Persius, y de tal manera, que co– nozco a muchos, que, sin apreciar las bellezas del fa–

moso escritor, aceptarían como buena obra suyo un

disparate, comulgando con ruedas' de molino Esto rJebe de conocerlo bien don Enrique Guzmán"

Verdad ero y muy verdad todo esto que nos dice Rubén Dorio, y no debe sonarnos a ironía aquello de las "ventajas que podemos sacar los inexpertos", por~

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que Inexperto y principiante era por entonces (886) el que después sería el máximo de los poetos líricos de la presente edad Cierto era también lo dp. la adoración y fe que se había conquistado nuestro escritor humoris– ta Tan verdad era esto, que por ahí le escribieron, y

esa sí con ironía, 19 siguiente décima qUR o modo eJe

pulla le endilgaron en El Independiente, periádico que en Granada dirigía Román Mayorga Rivas

Miguel de Escalada

¿Se ha alzado altiva y triunfante Contra la Academiq? ¡Bien! El merece que le den Puesto en las letras brillante La palabra lacinante

He buscado can tesón En el nueva lexicón Y ha sido en vano mi afán Mas la usó Enrique Guzmán, Debe ser buena . ¡chitón'

Rubén Daría prueba al crí,tico, con acopio de ejemplos escogidos, que otras antes que él han dicho

derramar valor, gozo, risa, (:frdOf, etc

A esto contesta Guzmán can un artículo que inti– tula Nequaquam! No es cue!tión de si la frase es COrrecta o no, es asunto de gustos 1;:1 artículo empieza así: "Empeñado esté¡ el Poeta Niño con la tenacidad propia de un adolescente engreído, en hacerme tragar, a fuerza de citos, o como si. di jéramos, con cuchara su dichosa simpatía derramad,!!, pero no ~erá fócil que lo consigo, porque yo aprieto los dientes y Si llego a abrir la boca es para gritar Nequaquam! Y mós adelante "No afirmé ni insinué siquiera que la simpatía derra– mada de don Rubén fuera garrafal dísparate me limie té a decir que no me gustaba y que nadie me la haría

fragor"

Rubén se sul~uró bastante, y asumiendo un tono

de ironía agresiva, cerró la discusión, soltando una fra–

se que encierra la conciencia de su misión reformista

"Mas sé también que ya ha pasada el tiempo del ma–

giste, dixit".

Las críticas de Guzmón, sin eMbargo, fueron de provecho al poeta El miSMO, ya en la plenitud de su

carrera ,literaria, se lo confiesa así con satisfacción ó

Guzmán Muchos años más tarde, desde Buenos Aire, le escribe esta esquelita de su puño y letra, al mismo tiempo que le envía su último libro "Rubén Daría saluda a Enrique Guzmán y le envio ese libro agrade– ciéndole a los treinta años las críticas que le hacían rabiar a los quince B Aires 18 de Enero de 1897"

Los Pedacitos de Papel forman una colección ex– tensa de estudios filológicos sumamente interesantes por la forma y el fonda Lo colección de ellos bastaría para un libro que aun se puede leer Can provecho, no obstante que el uso ha aceptado ya muchos vocablos que condenaba el autor de los Pedacitos de papel

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