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mericano, tratamos, además, de evitar tOdo equívoco acerca de la índole de la mis– ma revista. El haberla llamado únicamente REVISTA CONSERVADORA, no de– jó de prestarse, a raíz de su aparición y en los primeros meses de su existencia~ a toda suerte de malentendidos, que afortUnadamente se despejaron pronto, gracIas a la amplitud que reveló desde el principio y ha mantenido siempre.

REVISTA CONSERVADORA no ha sido' conservadora en el sentido meramente político de esa palabra, ni tampoco podría considerarse propiamente una revista política. Solo es política y Conservadora o, con más precisión, sólo es conservadora políticamente en un cierto Sentido, esto es, en el sentido de que está vitalmente interesada en la conservación de la libertad. Hay una tradición de li– bertad o de exigencia de libertad que es necesario conservar o establecer y conser– var -no sólo en Nicaragua y en Centro América sino en el mundo entero. Esa gran tradición, que es ya conservadora porque se encuentra amenazada, abarca las conquistas liberales del siglo pasado y las niismas ideas liberales ya incorporadas al ideario político de América y de los organismos interamericanos.

Los partidos democráticos de América tienden cada vez más a conservar un fondo mínimo de principios comunes -mas o menos los mismos de nuestros próce– res: la Independencia, la Libertad, los Derechos Humanos- como única basé fir– me para su libre convivencia. Contra tales ideas se alzan hoy día las amenazas to– talitarias, tanto de izquierda como de derecha. Nos interesa, por consiguiente, de– jar establecido con toda claridad que REVISTA CONSERVADORA del Pensa– miento Centroamericano sólo es política por su adhesiÓn a esos principios funda– mentales en cuanto están ya por encima de la disputa democrática y en cierto modo fuera de la jurisdicción de los partidos. Una dura experiencia histórica nos ha en– señado que sin la práctica de esos principios, la vida en estos países se hace más inhumana, y por tanto, invivible. Sin ellos, además, no es concebible ni la existen– cia misma de Centro América como conglomerado independiente y libre. Ese ha sido el criterio político de REVISTA CONSERVADORA en su primera etapa, y sigue siéndolo más todavía en la segunda, en la que se abre sin reservas al pensa– miento centroamericano. Lo que se empeña en "conservar" es lo que no podemos perder sin dejar de ser centroamel'icanOB libres e independientes: lo que llamaban nuestros padres el ideal centroamericano.

En un brillante artículo sobre el Meréado Común CellJl;roamericano publica– do en el número 44 de REVISTA CONSERVADORA, por uno de nuestros prime– ros colaboradores centroamericanos, el prestigiado hombre de negocios salvadore– ño, don Francisco De Sola, se considera a Centro América como un Taller, donde se están realizando experiencias ejemplares para las Américas. REVISTA CON– SERVADORA del Pensamiento Centroamericano quiere ser una especie de infor– me mensual de las actividades de ese Taller. Por eso recoge, como una breve pau– ta para la iniciación de sus labores centroamericanas, estas palabras del señOl' De Sola en su citado artículo: "Porque además de ser un taller en el campo de ideas

y sistemas, debemos desarrollar nuevas técnicas en la producción e incrementar la productividad. Debemos producir bienes y servicios para satisfacer las necesida– des Qe la población presente y futura en todos BUS aspectos; en la alimentación, ves– tual'io, vivienda, condiºones de salud y educación, satisfaciendo además las nece– sidades culturales y espirituales de las personas centroamericanas". Nuestro pro– pósito es recoger y difundir el pensamiento centroamericano en las líneas de ese pro– grama, contribuyendo de ese modo a la integración económica y cultural de Centro América y Panamá.

REVISTA CONSERVADORA del Pensamiento Centroamericano cumplirá, al menos -ya que no otra cosa- la importante tarea, incumplida hasta ahora, de reunir y "conservar'~ ese pensamiento, para que no se disperse y se lo lleve el viento.

JOAQUl'N ZAVALA URTECHO