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dirigió al TImo. Obispo Don Manuel UIloa

y Calvo, la renuncia.

"Después de la muerte del P. Sáenz, , don Nicolás Quinfín Ubago; su amigo y ca profesor publicó en Granada el 8 de Marzo de 1878, una coron,a fó,nebre con lo que se dijo y escribió respecto al difun– to sacerdote, y la dedicó a la madre de éste, doña Juliana LIaría v. qe Sáenz. La

conclusión de esta obra hacía una alu– sión tremenda a los Jesuitas, que decía: ¿Quiénes son los calumniado~es del Padre Sáenz'? La conciencia del pueblo y la voz general de la prensa de Nicaragua, ±o– mando parte en estos hechos, señaló en– tonces con el dedo a los R.R.P.P. de la Compañía de Jesús aquí residentes.

"Semejanfes alusiones n.o podían pa–

sar sin contestación, la cual dio brillan±e– menfe' el P. Cardella en sus opúsculos, que circularon profusamenfe en Nicara–

gua.

En ellos dijo el P. Cardella: "El li–

beralismo del P. Sáenz no era tina impu– fación de los padres, sino de los amigos mism.os y admiradores del sacerdote. En

los escritos reproducidos en la Corona ha~

b~a mudanzas y adicione~ cqm.o para el efecto de disirn:11.1ar la verdad~::~" Por ejeIn– plq" "El Porvenir" N9. 4 dijo:,':,,"~ra de ideas

lib~rales y avat:lzadas en maféria de reli–

g~óh~', y en la Corona. se lée;~;':,'era de ideas

lil?~rale~ y civilizadoras dsnfro del catoli– ciSmo"; y así, en el "Canal N9 65", Y oiros.

{De la Revista franciscana PAZ Y

BIEN) .

La retirada de Leonard.

"Era Director del Instituto de Occiden– fe el año de 1881 el Lcdo. don Buenaven– tura Selva, quien comprertdió que, a pe– sar de la protección oficial del Gobierno, en León arreciaba la tempestad de la opi– nión adversa .al Irtstitu±o, al exirem.o de no ver más' que dos soluciones posibles, o la caída del colegio o la retirada de Leo– nard, escogiendo este último partido COITlO

el más oporluno en el momento.

"Le0r::t-ard se iba, pero era necesario despedirlo de manera ruidosa y ±ributar– le una ovación espléndida, corno muda protesta de la minoI;'Ía contra el fanatis– mo de la mayoría, corno un desahogo del espíritu moderno vencido contra el tradi– cionalismo vencedor. Los amigos del pro– fesor dispusieron obsequiarlos con un sun– ±uoso banquete el 17 de agosto de 1881

en uno de los salones del Instituto.

. "He, aquí la descripción de "La Ver– Ciad" N9 100: "La lTIesa esfaba prepara– da con lujosa decencia: iodo lo que se pu., do recoger de bueno en León a propósito para hacer aquélla muestra de simpatía

10 más com.pleta posible, se acopió con profusión; muchas y variadas fuentes pre-

i

paradas con exquisito esmero, convida– ban al a pe±ito de los concurrent,es; bellí– simos rarnos de flores diversas, colocadas sim.é±ricamenie sobre la mesa recreaban

¡ la vista y perfumaban deliciosamente: aquel salón adornado con elegancia; mag– níficos vinos y el soberbio champagne anunciaban que dentro de poco sus V&PO–

res llevarían el contento y la animación

a ~quella lujosa concurrencia, que a. pe– sar ,de tantas cosas que convidaban a la alegría, se le veía tristes, pensafivos; y no ' se hubiera necesitado una m.irada muy perspicaz para descubrir a través de aque– llos sem.blanfes tristetnente risueños, que iodos pensaban durante aquella comida en que una verdadera desgracia para; León motivaba aquella fiesfa fraternal"~.

(De la Revista franciscana PAZ Y

BIEN) .

Hojas Sueltas.

"Después de la expulsión de los J e-

i suitas circularon en León clandes±ina:-· mente varias hojas suel±as pro±es±ando· contra el injusto proceder del Gobierno;: se dice que bajo las hendijas de las puer– tas de la prefectura se me±í~n manuscri– tos, con versos amenazadores, afribuidos

a una infeligente poefisa dé aquella épo– ca, los cuales mantenían en estado nervio– sos al señor Prefecto; pero, sobre fodo, fueron de efecto alarmante los publicados. bajo el mofe uExpresión del pueblo leo– l1.és" dedicados a Leonard:

"Desocupa nuestro suelo, Enemigo enmascarado . De nuesfro dogma sagrado, Antes que se libre el duelo. Mira, té lo aviso a tiempo, No conoceS a esté. fiera, Pues es la reina al±anera De fados los carniceros, Con sus rugidos severos Te pondrás muy rnacllen±oH.

l'Esfos versos leídos con avidez por el pueblo, precipitaron el viaje de Leonard.

¿Quién fue el autor de ellos? En±on– ces no se supo, más farde lo hizo saber una disfinguida dama de esta ciudad que esiaba en el secre±o.

Una mañana de agosto del referido año de 1881, al desayunarse el Ilmo. Sr. Obispo Du. Francisco Ulloa y Larios, reci– bió una carta con la palabra lIurgenfe'l en una esquina de la cubierta. El Pt"ela-' do sonrió amablemente después de su lec– tura, y dio algunas monedas a un paje para que fuesen entregadas al parlador

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