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rretera de Granada a Panoloya (22 kil6metros) y para seguir en ros otros años con la carre– tera a Malacatoya y Tecolostote; y construcción del Puerto de Panaloya.

4 Creo que Granada" ciudad universitaria por tradición y por vocación de la juventud que tiene varios Colegios de Secundaria, necesita urgentemente una Escuela de Derecho y de Administración de Negocios, etc., anexas a la Universidad Nqcional.

Creo y confío en la capacidad de trabajo del Obrero Gra1'19dino muy apreciado en todo el país y en el extranjerq. Con la apertura de nuevas fábricas pueden regresar al viejo hogar los numerosos conciudadanos que habían abandonddo Granada por la falta de trabajo. . Organicemos un Comité Pro-Mejoramiento de la ciudad y pronto veremos los resultados del mejoramiento cultural y económico de nuestra querida Sultana. Arriba Granada con la cooperación de todos sus hijos.

JOSE JOAQUIN CUADRA CARDENAL

Fundador dé Juventud Conservadora

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La desidia de ros Granadinos. Las diferencias entre León y Granada, los Localismos, los Personalismos y la política partidista cerrara y sin pensamien.to.

Con una activa Corporación Municipal y una Junta de resurgimiento de ciudadanos que co– labore con ellas, para llevar a realización uno de los muchos Programas que pudiéramos enu– merar. Por ejemplo: que se hpga el Muelle en el lugar: que indiquen los estudios adecua– dos, que se construyan los muelles en los diferentes puertos del Lago y después hacer~na

carretera o Ferrocarril buscando la salida al Atlántico de San Miguelito a Punta Gorda'. Para realizor esta idéa se puede cQJ1tar con er Gobiérno, Capital Privado, y fa Alianza para el Progreso.

Considero excelente la creación de Escuelas Anexas a los Universidades Nacional y Cen-tro-Americana. Y la creación de Cursos de Veranos. , lo que pasa mi estimado amigo es que cuando planteamos los problemas todo lo vemos color de rosa, peró cuandó ya nos proponemos reolitdrlo se' nos sale al frente los colores que tantó apasionan, separan a los ciudadanos e impiden el Progresó. Son ellos los Colores Partidistas, mas un Nyevo color que ha apareCido en la cil,Jdadaníá nicaragüense que es el Incoloro der desinterés por las causas que beneficien a los demás.

Granada tiene todo para resurgir, sólo falto qué sus hombres se resuelvan.

JUAN JOSE LUGO MARENCO

Diputado; Ex·Ministro dé Eeonomía

A los primeros tres puntos de su importante encuesta me permito contestar así:

Las grandes Metrópolis .del mundo son puertos, ya sean marítimos, fluviales o lacustres. Los capitales se desarrollan como tales pero jamás alcanzan a las ciudades que se han fundado a la orilla del mar, de los grandes ríos y de los grandes Idgos.

Granada, mientras fué puerto para abostecer y recibir productos, incluyendo tráfico de personas con Chontales, Boaeo, Río San Juan, Rivas, San Juan del Norte y Bluefields, mantuvo prosperidad como ciudad y pujanza comercial, no obstante ser Managua la capital de la Repú– blica. Las carreteras construí'das a Rivas, Chontales y Boaeo y el servicio aéreo con Bluefields y el resto de la Costa Atlánti~a, acabaron con su importancia portuaria y su comercio, y la carre– tera a Rama cuando esté hábil liquidará el poquísimo tráfico vía lacustre que todavía le queda a Granada con Bluefields.

Como consecuencia de lo anterior, el servicio de cabotaje en el Lago está reducido a suplir las necesidades de las haciendas y de las regiones pobres y de escasa población de la cuenca del Lago y Río San Juan que no pueden comunicarse con carreteras, y a un pequeñísimo tráfico de artículos pesados para la Costa Atlántica. A medida que los caminos de penetración hacia el lago se construyen, este tráfico lacustre disminuye al extremo que ya hoy el servicio de cabotaje no produce para mantener muelles, para dragar puettos y para poner en servicio barcos decentes, seguros y rápidos. Estamos reducidos a lanchas pequeñas, inseguras e incómodas y a barcos .Ien– tos que no prestan acomodo decente y que por tocar en muchos puertos demoran más d~. treInta horas' en cruzar el lago. Desafortunadamente, el ferrocarril, dueño de gran parte de los mue– lles ha abandonado a estos y a su flota de barcos; tanto por su crisis aguda, como porque el tráfico cOh1ercial del Lago no produce para atender lo uno y lo otró.

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