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tínez; Fernando Guzmán; Vicente Quadra; Pedro Joaquín Chamorro; Joaquín Zavala; Adán Cárdenas; Evaristo Ca–

1'<lZO y Roberto Sacasa.

Salvo algunos paréntesis breves, la paz reinó en el país. Ella permitió el florecimiento de la artesanía, el comercio y la agricultura. Se construyeron ferrocarriles, líneas telegráficas y telefónicas. La educación pública mejoró notablemente. La sociedad en general disf.'utó de relativo progreso y bienestar.

En 1893 se 'inicia una nueva era de progreso a mar· cha forzada. Se construyen más ferrocarriles, telégrafos y teléfonos. La instrucción pública avanza rápidamente Par todo el país. Se reincorpora la Mosquitia. La sacie· dad experimenta el influjo de los nuevos tiempos. Los progresos de Europa y Eslados Unidos de América se no– tan en Nicaragua. Se vive en plena revolución. La po– tencia y expansión de los Estados Unidos se sienten en nuestro ¡país. Vivimos bajo el signo de la intervención de la nación más poderosa de América. Así, poco a po– co, con altas y bajas llegamos alas tíempos actuales. El orden jurídíco y la autorídad públíca han tenido sustan· cialmente pocas modificaciones de 1893 a esta fecha. Sin embargo, la sociedad ha evolucionado en forma conti· nua. Hay una vida más plena. La expansión es noloria. El crecimiento de la población es ostensible. Fenómenos de desarrollo y de integración absorben gran parte de la actividad de la nación. Se notan dos corrientes aparente– menle contradie-torias; por un lado hay mayor interven· ción de la autoridad en la vida económica, tratando de ayudar a los menos favorecidos por mantener el principío de la igualdad y realizar el desarrollo económico y soCial, y ,por otra parte, los individuos y las clases sociales hacen sentir su dignidad y un mínimo de derechos esenciales, para los cuales exigen plena garantía. Las dos tenden· cias, social e individual, se manifiestan claramente, y a la autoridad y a la sociedad corresponde encauzarlas, armo– nizarlas y coordinarlas.

Fin Intelectual

Uno de los fines de la sociedad es el fin intelectual. Necesario es, que la inteligencia de los asociados se culti· ve para que pueda existir progreso y bienestar. Sin instrucción y educación, falta la base fundamental para la cultura y su desarrollo.

La principal causa de nuestro atraso es la poca ins· trucción de la mayoría de nuestro pueblo.

La educación pública duranle la colonia anduvo de capa caída y durante nuestra vida independiente, en for– ma similar.

A mediados del siglo pasado, la instrucción primaria comprendía las cuatro Qperaciones elementales de la arito mética, y el estudio del catecismo, lectura y escritura y algo de gramática. La enseñanza media abarcaba gramá. tica española, latín, filosofía y retórica. Durante muchos años la Filosofía Elemental de Jaime Balmes era recitada, casi de memoria, por nuestros bachilleres. Se recordará que esta obra, además de tener las consabidas divisiones de Lógica, Etica, Psicología y Teodicea, le dedica extensos capítulos a la C7ramática General.

Los estuélios superiores eran únicamente de tres ca· rreras: Sacerdocio, Derecho y Medicina. En Nicaragua se estudiaba la primera desde mediados de la época colo· nial. Las últimas se iniciaron hacia su fin

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en 1816. La

obra fundamental que servía de texto para los estudiantes de Derechos, eran las Recitaciones del Derecho Civil según

el orden de La lnstituta, de Heinecdo, traducida al espa. ñol por don Luis Collantes.

Como resumen breve podemos decir que la ense– ñanza era muy deficiente

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el número de centros reducidí– simo, la cantidad de analfabetos, extraordinaria.

El cuadro anl'erior ha mejorado un poco elt lo que va ele este siglo; pero está muy lejos de ser satisfactorio. En la Memoria de Educación Pública fechada a 15 de Enero de 1914, y que comprende de Octubre de 1911 a Diciembre de 1913, encontramos los siguientes interesan· tes datos:

El número de colegios y de escuelas fue de 414. El número de alumnos matriculados llegó a 30,913. Había una Escuela Normal de Señoritas; una de varones

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llamado Instituto Pedagógico de Varones; tres facultades de Dere– cho y una de Medicina.

Según la Memoria, Nicaragua tenía 500,000 habi– tantes. La población en edad escolar era de 20%, o sea 100,000 personas. La matrícula llegaba al 30% de la IPO–

blación en edad escolar.

De acuerdo con los datos obtenidos para el último ¡¡ño lectivo 1962-1963, tenemos: 2,070 escuelas prima– rias; 159 escuelas para alfabetización de adultos; 18 ins· titutos nacionales; 5 escuelas normales; una Universidad Nacional Autónoma del Estado; y una de iniciativa p~i­

vada.

A las escuelas y colegios del Estado, la asistencia fue de 182

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975 alumnos y 4,725 maestros.

Si aplicamos los porcenta'jes anteriormente mencio– nados

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,tenemos, que la población de Nicaragua es de aproximadamente 1.500,000; la población de edad esco· lar, 20%, 300,000; Y el número de alumnos matriculados no representaría el 30% de la población en ed~d escolar, como en el caso anterior, sino el 60%. Indudablemente

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se ha hecho un buen progreso en materia de enseñanza pública; pero nuestra ,población analfabeta pasa del 60%.

Un porcentaje tan grande de analfabetos nos demues– tra que nuestra sociedad no es una sociedad instruída

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y que debe hacer grandes esfuerzos por mejorar su nivel educacional

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para poder progresar en materia moral y económica.

Fin Moral

El hombre como ser racional y espiritual por natura– leza, está dotado de una voluntad libre para realizar sus acciones. Pero esa libertad no es absoluta

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sino que está limitada por la razón, por los derechos de la sociedad y

por los derechos de los hombres. Podemos resumir di– ciendo que la voluntad debe encaminarse hacia el bien,

y que el desviarse de esta meta cae en el mal y sale de los límites naturales que señal.;, la razón y los derechos individuales y sociales.

Para que la acción del hombre se mantenga dentro de sus justos límiies, tendiendo hacia el bien, debe la persona cumplir estrictamente con sus deberes

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es decir

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tiene que ser naturalmente moral. La moralidad es un requisito indispensable ,para la vida en sociedad y para el bienestar de la comunidad. Un pueblo lleno de vicios y de inmoralidad

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es un pueblo que tiende a su disolución. Ha ayudado mucho en la conservación de la morali·

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