Page 24 - RC_1963_09_N36

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mente le pedí que me dijen! la. ve~da,d: llí, se ahog~, me 1;0"t9:,.6, Cl!Hldé anonado, Destruido. Nada chiC y

.. ~lido recobré el juicio, me encontré volando en un avión

~: dos plazas de la Fuerza Aé~ea d.e ~icaragua en rut: a Costa Rica. Otros llevaban mi equlpale y nos acompana– ban. La crueldad imprevista c!~ la tragedia ,afectó inten– samente mi persona Y a los dlCIS comprend. que ya no pedía servir de Mediador, pues la mente, buena o mala, estaba ya en su lugar. Y pese a los repetidos lIama– no 1'" , d l' dos de ambas partes, no vo VI, ni me ocu,pe mas e po 1-

tica. De eso hace trece años. Ahora estoy de nuevo en

la sufrida Patria con las mejores intenciones de servirle.

El relato anterior, tomado de mis apunles que diaria– mente escribí al concluir cada entrevista con el Gral. 50– moza, se publica en forma detallada por primera vez, en esta Revista.

Ese prolongado silencio de trece años dio motivo para que publicaciones, comentarios y personas, atribuyan coordinación entre mi proyecto y el llamado Pacto de los Generales de 1950, otorgando consecuencia entre aquél y éste. No es así. El Proyecto que yo preparé -malo o bueno, según el juicio de cada quien- es completamente d.ferente y sustancialmente distinto elel l/Arreglo" o l/En– tendimiento" a que se llegó después de mi invariable negativa a continuar las pláticas por mí iniciadas. La tragedia que me· abatió con el fallecimiento de mi hijita mayor, cuyas vibraciones aún afectan mi vida, no me permitió tener el gesto ,patriótico de seguir luchando por la sufrida Nicaragua; pero humanamente se debe ad– mitír -que aún cuando era mi problema personal- creí honestamente que ya no podía tener el equilibrio necesa· rio, ,ni la mente lúcida para continuar aquella tarea. Por lo ta~to me negué a las muchas instancias que el Gral. Cham(lrr9 y el Gral. Somoza se permitieron hacerme para que regresara. El primero me escribió y el segundo me envió delegados en varias ocasiones. . En esos días yo alistaba viaje con mi familia para'los Estados Unidos con el propósito de sustraer a mis dos hi– jos del inlenso dolor que cobijaba mi casa. Pero desde mi permanencia en la Patria rile dí cuenta de la constante presión que se ejercía sobre ¡el Gral. Chamorro para lle– varlo a un l/Compromiso" cori el Gral. 50moza. Entre la actitud de los que presionaban y la mía mediaba un alJis– mo. El objetivo de mi Proyécto -como ,p'resumo que queda demostrado- con la publicación" flue antecede, tenía como meta la transición de la Dictadura a la Repúbli. ca democrática, por vías pacíficas y contemplando reali– dades insalvables; los otros, pienso yo, con base en lo que se pactó después, tenían ofros intereses.

No niego patriotismo ni virtudes ciudadanas a los que se "comprometieron luego" con el Gral. Somoza llevando a una parte apreciable del Conservatismo a cooperar con el régimen, pues dentro de mis principios democráticos, se admite que cada uno lucha como sabe y usa las¡ armas que mejor maneja. Pero es justo establecer para la historia, la diferencia profunda que existe entre mi Proyecto de Me– diación y los logros a q~e, se llegó en el Pacto de los Ge· nerales' de 1950. Sencillamente son dos etapas, dos

pmcedimientas, das obietivos, si na apuestos ni contra" dictorios, ya que los guiaba el pl'Opósito de uconvenir", "entenderse", l/arreglar" y "pactar", la distancia estaba en que el que yo propuse buscaba la vida de la República y el otro la subsistencia de un grupo estimable de un Partido. No culpo a nadie, de eso se encargó ya o

se encargará un día la Historia. Para reflejar mejor mi pensamiento sobre este e~pinoso asunto, recuerdo las ex– presiones populares con que el Gral. Somoza enjuiciaba frecuentemente determinadas actitudes; decía: "Aquí en Nicaragua la única Constitución que vale es la que dice: aseguratam reatam y lo demás son babosadas".

El Destino de los Pueblos, como el de los Hombres tiene ironías crueles; se dice y a veces es verdad, que la Historia se repite. En Nicaragua no ha habido aún repe– tición histórica, específicamente analizada, sino simple– mente Continuación dinástica en treinta años de un solo Régimen. Pero las fichas parecen colocarse nuevamente en el tablero en que se está jugando la Democracia nica– I·agüense. Un jugador, nacido, creado y educado "para seguir" -el nuevo Gral. 50moza Debayle- prepara el jaque.mate para coronar (nunca esta palabra "coronar" tuvo mejor aplicación) sus ambiciones de Poder. Y él es a mi juicio, aún más que su señor padre, quien al menos como fundador del régimen peleó, luchó y se saltó todas ¡as trincheras, el auténtico representante de una época. Sinceramente 'Creo que el Gral 50moza Debayle es la personificación exacta del Régimen hasta en. lo físico. Es su producto más genuino. Nadie como él lleva la res– puesta, de treinta años de dictadura. Es el hijo único l/y

muy amado" de ese capítulo anormal de nuestra historia patria. Y enfrente qué? 'U.l1a Oposición desunida, a la deriva, sin programas, sin principios solamente con "otros hombres". .

Tenemos nosotros, los de la Oposición algo positivo, que enfrentarle al Gral. Somo,za Debayle? Aún creo que! no. y por qué? Pienso que la corrupcióh que se exten J

dió con oncndictadura económico-política llegó también al las playas de la Oposición. Naturalmente que en las filasl opositoras nacen hombres,honestos, limpios, valientes que, se preparary para la lucha, pero tienen que superar el las–

~re ,que, desde la Loma de liscapa, llovió sobremuehos. No es mi intención -ni la de estas líneas~ personalizar," ni en al caso de los líderes honestos de la Oposición, ni tampoco en el caso de los que absorvieron la lluvia que se desprendió de la Loma y respiraron y aún respiran el aire que emanó de sus l/caudales". Simplemente trato de plantear la lección que nos dejó la experiencia con el Gral. Somoza García pilra recordarla con el Gral. Somoza De– bayle. En lo personal, creo que ahora se definirá una cuestión para mucho tiempo, quizá más de treinta años: o se sigue "por los siglos de los siglos" con la Dinastía o al fin, seremos ciudadanos de una República Democráticá y Representativa. Pero ahora tiene que ser, si queremos lo segundo, obra exclusivamente nuestra, ¡pues hoy como ayer y como siempre... los americanos: "muy bien, gra– cias...".

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