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« Previous Page Table of Contents Next Page »como factor popular, pactos en los cuales se reparten los puestos iudiciales, en la misma fOI ma en que se reparten prebendas y granjerías. Los aspirantes a posiciones ju· diciales, han tenido que hacer en ese aspecto doble su– misi6n y doble voto de obe,¡jencia, o sea al Partido imperante y al grupo que lo presenta como aspirante ca– Iificadll a una posici6n judicial.
Fácil es comprender que en la situación descrita, que corresponde exactamente a la verdad de lo que sucede en Nicaragua, no puede depositarse aquella fe y aquella r,onfianza que prestan los Tribunales de Justicia en ,países de mayor consistencia democrática y de mayor responsa~
bilidad ciudadana.
Lo antes dicho hace ver que si haciendo uso de los procedimientos hoy existentes, se echan a andar por los caminos de una cedulaci6n, faltará la base s611da de la identidad de las person.., ya que la misma persona podrá aparecer, gracias a la complicidad ¡udieial, con varios nombres y -con partidas de nacimientos en varios lugares: Veamos otro caso en donde puede cometerse un abuso paligrosísimo, y que lo menciono por raz6n de que ya ha sido utilizado en otros años aquí mismo en Nicaragua. Sabemos que conforme I la Constitución, se consideran naturales de Nicaragua los ciudadanos de los otros paises céntroamer1canos que tengan resideneia en el país y que declaren su deseo de ser .enidos como nicaragünses. La residencia no exige tiempo y puede adquirirse en un solo
día. Baio tales condiciones, pueden importarse no sólo a
c:entenares, sino a millares de individuos, que vengan de los ¡paises vecin.os, con su partida de nacimiento y con sa·
lo una declaración y se. aceptados como residentes que· dan aptos para rendir servicio en cuanto al vote. Así podremos tener millares de votos en los departamentos fronterizos, sin otro límite diferente del que proporcionen los esfuerzos de los radutadores.
El problema de saber cuál es un buen .istema de cedulación es muy fácil y no presenta dificultad a nadie que quiera saberlo, pero lo difícil es poder prever todas
Jas trampas, todas las violaciones y abusos que puedan cometerse y poner los medios de corregir esas anomalías. Sabido es que la maldad humana no tiene límite ni fondo, de modo que hacerse cargo de preveer todo lo malo qué pueda ocurrir, es extremadamente difícil y obra de hom· bres do grandísin,a visi6n y experiencia. Aquí estoy pre– sentando muchos de esos casos, para que no se crea que establecer una cedulaci6n es cosa fácil, siempre y cuando se tellga el prop6sito de proceder correctamente, pero si se quiere establecer la cedulaci6n como una maqüfrtaria poHtica en manos de un partido, entonces es cosa muy fácil y es suficiente con armar cualquier maquinaria que dé a los futuros votantes una cédula que se llame de iden– tidad.
No podríamos olvidar en lo que decimos al Poder de los Poderes, o sea al Poder Legislativo, en quien desde hace muchlsin,os años no hay confia"za de que apruebe una ley o un Decreto sino s610 cuando le llega o,on el Visto Bueno del Poder Ejecutivo. Todos los nicaragüen. ses sabemos los que es la APLANADORA DEL CONGRESO, ante la cual no vale argumentos, hechos, razones ni ora.. toria. La llamada oposici6n, presenta tan solo una resiso tencla cooperativa, esto es, que sirve tan solo para hacer ver a los de la Aplanadora, cuáles son los puntos por los
cuales no deben votar. VI,nen asl los proy~tos d91 Ejeculivo, a ser aprobados por el consenso unénime de tOo dos los congresales. Resultado de lo anterior e. qUe tampoco hay esperanzas de que el Congreso no apruebe una ley de cierta tendencia anti-democrática o impida otra en donde se violen los derechos humanos. Todo depen. de de lo que reciban para que la aprobaci6n sea dada con mayor o menor rapidez, 51 bien en algunas ocaslonel sea permitido hacer oratori.. para símular discusi6n o e.. tudio.
Volviendo pues al problema directo de la cedulaci6n, cabe hacer un resumen de lo antes dicho:
1)-EI Consejo Nacional d.. ~le«Ílme. no e. el or– ganismo apropiado ni permitid.. ,por la Constitu~16n, para formular un proyecto de ley sobre cedulacl6n, o mejor dicho sobre doeumentos de Idehtidad, como quiera Ila. mársele.
2)-SI se quiere eolablecer en Nicaragua la Cédula de Identidad, debe darse atenci6n plena y máxima al Re– gistro del Estado Civil de 1.. Personas, debe cambiarse l.
es" uctura y organizaci6n de tales oficinas, y conventlr¡e en oficinas dirigidas por Juntas, en las cuales haya repre– sentaci6n de lodos los partidos políticos, .ufragando cada partido los gastos o sueldo de su respectivo representante; 3)-Debe reorganizarse el Poder Judicial dándole real y verdaderamente, libertad e independencia; 4)-Los oreanismos que se llegUen a crear para encargarse de la expedición de cédula. de Identidad, 0610 deben aceptar como documentos base, lo. que emanen ~e
las oficinas del Registro del Estado Civil de las Personas, organizadas como queda dicho. Las Partidas de fecha anterior deberán ser comprobada. y revalidades por la. nuevas oficinas, cuando se hagan valer para fines de ce-dulaci6n. '
5)-La expedici6n de cédulas seráreglamenlada para impedir la reposici6n o repeticl6n, aunejue se alegue caso de pérdida o destrucci6n, salvo prueba salisfactorla acepo tada por unanimidad de votos de los integrantes de dicha oficina.
6)-Debe reformarse el C6digo Penal en el sentido de crear los delitos eontra la integridad de 1.. cédulas, o contra su violación, alteraci6n o falsificacl6n.
7)-Debe darse a 1.. oficinas de Cedulaclón suficien· ta autonomra, y sobre todo dérsele absllluta libertad I
independencia, no quedando obligadas a obedecer 6rde– nes de ningún otro organismo del Estado.
8)-Sería de desearse que el Congres" fuera reorga· nizado en forma de darle libertad e indapend,ncia, Pero esto no es tan primordial, por cuanto al .umplir los otro. requisitos antes dichos, en la ,primera eleccl6n, el Con· greso mismo automáticemente adquirirla ell libertad y
esa independencia.
La anterior enumeraci6n hace ver que: de, llevarse I
cabo cualquier cedulaci6n en 1.. condiciones o en la slt~a
ci6n en que vivimos, no habremos adelantado ni un solo ápice en democracia y presenciaremos de nuevo los mis· mos espectéculos que hemos venido presenciando en ,1 curso de lo. últimos Ireinta años.
Las anteriores conclusiones no son exhaustivas de te' dos los vicios que sea necesario prevénir, pero ton I
lo
menos, una voz de alerta, para no creer que sImplemente porque habré cedulacl6n, podré decirse que habrén ele.'
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