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EDITORIAL

A eshls alturas resulta inútil desconocer In nec0sidfld que tiene el Partido Conservador de enca· rar un examen realista de su actual situación en el escenario político nicaragüense. No podemos desconocer que hemos entrado a una nueva etapa política con la lacienta trasmisión del Poder Público.

Pma el común de los nicaragüenses el cambio de la banda presidencial, no es más que una .'hotegi. político de la f..nilia Somozo pora seguio' gobernando tras un apellido distinto, el del Doctor Schic!<. Para otras mentes, el actual gobio! no abre posibilidades que ¡pueden encerrar el germen del t:ambio con el roblJ::;~ecimienlo del poder civil y quiz&s, a la larga, el debilitamiento de la influencia política de la familia que par más de un cun¡ tu de siglo ha gobernado a Nicaragua. Los hay también quienes opinan que para la o.posici6n, todo ha de reducirse a esperar que sobrevenga una división irre.. condliahle on el grupo gabet'nGlnie y así sacar ventaja por aquella de que

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en río revuelto, ganancia eJe pescadores". Finalmente, existen espíritus timoratos pSl'a quienes cualquier discusión o análisis PfW tons'rudi'Vo y de alto nivel que sea, debe acnllarse.

Sin embarg", para REVISTA CONS5RVADORA, nillguna de estas posiciones satisface, como tam– poco la de aquellos que ya tonsicle7an viable una política del Partido, de colaboracionismo COll el ac.. tual régimen de Gobierno. Para nosotros, como conservadores fundamentalmente preocupados por el pot'venh de nuestro Partido, ésta nueva etapa nos hace recordar con tristeza la misma inc6gnita ~e

aYtW que a[10ra vuelve a abrirse y repetirse. ¿Qué hacer ante los hechos consumados y ante la orga.. nb:ación de un Gobimno que cuenta con el reconocimiento de AméricCl; que guarda relaciones cordia– les ton sus ver.:inos de Centroamérh:a¡: que 90%& del indistutible apoyo de nuestros amigos los no'tte..

ameri¡;¡m05¡ que está sólidamente asentado soJ;n e un eiército político creado y mantenido por la pote-nr.ia más fuertA del mUl1do¡ que lOe ullge con la bendidón que le otorga la Iglesia por sus estrechas "incul-Hdones (on 31 Clerg?

.1 limita..e a rumiar y a rumiar lo gastado pregunta sólo conduce a un derr"tismo inaceptable, Cuál ha de ser; entonces, la orientación fundamental del Partido Conservadol', cuál la raz6n de Su existencia, sus ¡principios orientadores cuáles, para basal' su táctica y su estrategia? Empecemos por hacernos osas preguntas, pues, .sin objetivas fundamentales bien definidos, no pueden haber medios

adecuados.

Reconozcall1Ds YJ1~ vOI'dad. En Nicmagua, CDmo en la mayoría de 105 países en subdesarrollo,

I~ acción de- 105 pa.rtidos políticos so ha reduddn a COI1Ser'lar el pode,' por ~ualquier medio, () a ,on..

quistarlo de cualcturel' manera¡ no como institm:iones polític,ss vinculadas a la estabilidad y progreso, sino como YlUto de la atracci6n personal o como premio a la audacia y no como culminación de prop6~

~itos encaminados 8 salvllr la comunidad del desastre y del airaso. Aceptamos que nuestras masas no reconocen otro ofJlutinante que l. emoción de la inconrJiciol1alidad 01 Jefe que hahrá de llevarlo a la tierra prometida.

REVISTA CONSERVADORA no pl'etende erigirse en rectora de los deslinos del Pa,tido, ni p,'odu–

ti" f6rmulas 'inágicas, pero si n05 creemos obligados a señalar lo que considora",os sor una actitud C011–

fJtuente ante la postura ~bstencionista de Febrero pasado, que ahora tenemos que confesar errada y

contraproducente. Errada, porque nos colocamos en 11I encrucijada en qua estamos, y contraproducente

pOI' habernos abstenido de crear un ve, dadero problema, a quienes con toda habilidad no, obligaron a que no les evidenciáramos el fraude monstl U050 que hubieran tenidQ que rnalizar con nuestra coney·

fifHlda a los comicios.

No comulgamos con 105 que piensan que habla,' de soluciones políticas os hablar de "rreglos con 105 Somoza. Tampoco eshlmos de acuerdo, como lo dejamos dkho, en colaboracionismos con el Doctor Schick, pues ni a él le interesa de un Partido quietista, ni a nosotros nos convienen en tan pro.. carias c:ircunstallcias. Pero sí creemos on líneas que sin perder el prestigio, nos vuelvan oporantes y

ntls hl!gan aplovechal' en el futuro cualquier coyuntura inesperada que se presente.

Que el Partido Conservad"r de Nicaragua en vez de gastar su pólvora gritando sobre la in– constitucionalidad y fraude del pasado ejercicio, se concrete a demandar al Gobierno los puntos que considere básicos para la institucionalb:ación de un sufragio libre que eche las bases para una damo.. eratia del futuro.

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