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bre él durante la noche y él los dia· persó en cuestión de cinco minutos. Mi posición no fue molestada. 3 .-La mañana del 22, los aviones vinie–

ron y bombardearon las áreas Sur, Suroeste y OrientaL Aforiunadamen– te dieron en el blanco de un grupo que se informó era el de Peralta. Una mujer, que éste grupo había captura– do junio con su marido, inforInó que el Capit4n Mulcahy y sus aviones ma– taron a cinco, incluyendo a su mari– do, pero que ella logró escapar y me lo inforInó, afirmando además de que el grupo había sido desparramado. Recibí otros informes similares de na– tivos que se habían escondido de los rebeldes. Por este tiempo envié en patrulla al Sargento García y a diez alistados a la Bodega de la Compañía para invesligar un inforIne de un gru– po de rebeldes en esa localidad. Cuando García llegó, encontró que la Bodega había sido parcialmente sa– queada por los rebeldes, pero que el bombardeo los corrió. En la tarde, Somarriba salió con 20 alistados a la Mina Edén debido a un inforIne de un grupo numeroso que pasaba por allí. El grupo ya había pasado. Cerca de las cuatro de la farde regresó a Nep– tuno. Cuando Somarriba estaba en aquella vecindad, oyó un nutrido fue– go por cerca de diez minutos y supu– se que estaba en contado con los re– beldes, pero a su regreso supe que ha bía sido González y su grupo, quie– nes, habiendo tomado rumbo norie, no reconoció al grupo de Pedrón y le abrió fuego. Durante la noche man– tuvimos las posiciones arriba indica– das.

4. -·-Las aciividades se aquietaron duraníe

la noche y el 23 fuimos infonn.ados que los rebeldes habían tomado el ca– mino del río Biltigni. Suponiendo que no podrían ir muy rápidamenfe con el ganado robado, formé patru. lla con 20 guardias y cívicos, saliendo de Neptuno por el oesie sobre un ca– mino más largo que me llevaría fren– íe a los dos grupos y no entre ambos. Yo saqué mi patrulla subrepticiamen– íe, uno por uno, para mantener el se– creía lo mejor posible, y la fonné a una milla de Nepiuno. Apenas ha– bíamos caminado unas doscientas yardas, cuando los rebeldes abrieron fuego sobre nosotros en el camino abierto, pero bordeado a ambos la– dos, de boscaje espeso. Mi posición que era en el flanco derecho fue for– zada a un cuerpo a cuerpo para obte– ner una mejor posición de combate,

Pedrón hizo sonar un clarin durante la lucha y al principio gritó:. "Ahora ya te tengo, Macho, a vos y a tus perros!" según lo interpretó uno de la patrulla. El encuentro duró una hora y media y les hicimos diecisiete bajas. No hubo bajas serias de la Guardia. A mí rne atontó una bornba que estalló cerca y ires de rnis horn– bres fueron heridos por rnachetazos. Ninguno fue tirado, aunque algunos fueron rozados por ba.las, mas sin consecuencias graves. Traté de avan– zarles sus armas autornáticas y arne– ±ralladoras y les disparé granadas muy cerca de ellos y del clarín, pero lograron escapar. Capturamos tres animales de silla con iodo y aparejos, un poco de correspondencia y algo de sus municiones. Los aviones llega– ron tan pronto regresaba a la Mina y la Guardia eniró en coniacto con un grupo deh ás de ella. Durante el encueniro la planta eléctrica fue ata– cada en Caída Grande, pero los cívi– cos dispersaron a los atacantes en ese lugar. Los aviones dieron de nuevo en el blanco al oeste y estoy seguro que ocasionaron serias bajas por la cantidad de sangre y carne humana que se encontró en el área. Los re– beldes al Sur dispararon a los aviones con ametralladoras o armas automá· ticas cuando los aviones dispararon las suyas. Los aviones terminaron decididamente con el ataque rebelde contra la Mina Neptuno.

5 -El 25 salí de nuevo con una patrulla

de veintidós alistados para reunirme con Curcey en la mina La Estrella y continuar en persecusión de los rebel– des. Cerca de rnediodía apareció un nativo, que era conocido en este ve– cindario, e infonnó que a las diez de la mañana un grupo pasó por su lu– gar y le robaron de fado. SaU para ese lugar y enconiré la casa comple– tamente destruida. Procedí a la Bo– dega de Pis-Pis, no localicé a los re– beldes y volví a Neptuno al oscurecer. El Teniente Curcey llegó la :l:arde del 26 e informó de varios campamentos rebeldes en la ruta de Wauni. El Te– niente Curcey salió esta mañana del 27 tras los rebeldes. Creo que los alcanzará.

6 .-Estoy cierto de que ninguna fuerza

rebelde podrá entrar jamás a la Mina Neptuno mientras exista aquí una buena fuerza armada.

'7 -Informes oficiales de los éncuenfros

serán enviados en el siguiente correo.

S -Esfas actividades recientes de los re–

beldes han sido de lo más extrañas e