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me que un fuerfe grupo de rebeldes esfaba en la vecindad dé Wauni y Siuna.. Se presumía en la Mina Nep~

:tuno que los rebeldes estaban lejos de este Disidio, sin embargo varios finqueros estaban llegando con todos sus haberes pero no daban ninguna inform.aci6n en cuanto a su localiza~

oión ni aun indicar que habían rebelo des en el área. Su manera de actuar era muy exfraña. Despachamos a un hombre para que traiara de descu– brir el motivo de alarma. Cerca de las 10:S0 de la mañana un nafivo vi– no corriendo a la Mina, muy exci±a~

do, e informó que un grupo de 300 hombres bajo Pedrón AHamirano es– iaba corno a hora y media de camino de la Mina Neptuno. También infor– m6 de otro grupo de cerca de 150 hombres bajo el Jefe Peral:ta. Los na– tivos aseguraban que ambos avanza– ban hacia nuestro puesio. Conside– rando que una acción ofensiva inme– diafa no era prádica pues nuesira arma a ufotnáfica la fenía \Jna pairu– la en Tunky, y que dadas las circuns~

fancías se necesifaba la defensa de la Mina, principalmente hasfa tanio se supiera cuál era la situaci6n. Las gerites que vivén en la Mina se exci– taron grandemenfe y no fue sin algu~

na dificultad que logró aquietarse y asegurarles su seguridad. Se despa– chó a un mensajero a Tunky a avisar a la pafrulla que se regresara y que esperara dificuBades en el camino. También se envió a un mensajero a Wauni, el que fue capturado el mis– mo día. Mantuve durante la noche una esiríaia vigilancia.

2. -La mañana del 19 la patrulla regresó

de Tunky sin nada sino rumores. En~

vié a dos hombres para que lograran llegar a Wauni y que probaran conse– guir informaqión definida sobre la ] 0–

calización de los rebeldes. Uno de es~

tos hombres fue capturado y el oiro escapó y regresó a Neptuno, trayendo datos aufénticos sol:;lre el grupo rebel– de. Despaché a otro hombre a Wauni quien llegó a ese lugar e informó al Teniente Curcey. Durante la noche una amefralladora u otra arma aufo– mática fue disparada dos veces. Aun en la mañana del 21 no había podido obtener dafos sobre la exacta localiza– ción de los rebeldes. En la tarde dél 21 salí con 10 guardias y 5 cívicos pa– ra cerciorarme y verificar los infor– mes y poder dar a Curcey algunas in– dicaciones cuando llegara, pues yo lo estaba esperando. Mi rufa era con

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dirección sur de la Mina hácia el ma– yor grupo.

Corno a 6 millas de este lugar y cuan– do eMaba corno a medio camino, me adelanté donde iba el guía y le pre– gunté cuánio nos faliaba para llegar. El me contestó y cuando me volvía para indicar a la patrulla que se ali– gerara, ví en el monte a cinco hom– bres armados que iban caminando muy despacio y mirándome fijamen– fe. Por un. momento creí que fueran los cívicos de Curcey. Yo flanquié la patrulla a través de la maleza que era espesa y encontré huellas bien marcadas que corrían a la largo de una cuesta muy inclinada y en ángu– lo rec:f:o a nuestras propias huellas. Junté la patrulla en -el camino y co– n-irnos a alcanzar al grupo, y enton– ces noté que las huellas crecían indi– cando que rouchos hombres habían pasado por allí. Los rebeldes abrie– ron fuego sobre nosotros como a trein– ta yardas. La maleza era tan espesa que no podíamos ver sino a unos po– cos, sin embargo, por su posición y la intensidad del fuego calculo que se– rían cerca de 150, pero no creo que Padr6n haya estado en ese grupo co– rno prÍlnera:rnenfe se informó. La pa– trulla no pudo cerciorarse de las ba– jas rebeldes, si es que las hubo. La Guardia no sufrió baja alguna. Cap– :turamos tres lnulas y dos caballos, con todos los aparejos de montar, con albardas. La patrulla se retiró hacia la Mina y cuando estábamos corno a media milla de la Mina oírnos dispa– ros de rifles a nuestra derecha e - iz– quierda. Luego la Browning pesada de nuestro cuariel comenzó a dispa– rar. Presumí que la Mina estaba siendo atacada y entonces procedi~

mas cautelosa y tan rápidamente co– mo pudimos. A nuestra llegada, sin embargo, encontré al Teniente Soma~

rriba que estaba manejando y sosfe– niendo su posición, y que había dis– parado contra un grupo que se vió avanzando hacia el cuariel. Estos re

M beldes fueron dispersados. El Tenien– te Somarriba permaneció en el cuar– tel del Cerro sosteniendo esa posición y yo tomé el puesfo en la parfe baja. de la población coh diez Guardias y Cívicos armados para manfener una vigilancia sobre los cazninos y caña– da.s. El Sargento García se colocó en en otro cerro que domina la Mina para cuidar de esa posición, haciendo uso del BAR (Browning Auiomatic Ri– fle) donde esa arma sería de lo más efecfiva. Los rebeldes dispararon so~