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bién el orden, 'a pax, el progreso, la defensa con tra Ja infiltración comunIsta etc., en el momento quit deban tomar decisiones trascendentales.

2 El segundo supuesto equivocado, es co nsiderar al fenóinenQ político de la dictadura, no como la consecuencia de una serie de factores socio-económicos, 'que se nutren del atraso y la miseria, sino como algo extraño, injertado, impuesto a un ,país democrátil;o, con suficientes ciudadanos cons– cientes. Se pretende con esta idea que el cambio dramático es posible, necesario e indispensable. La idea del "reformismo" se descarta y el plan a largo plazo, se repudia.

3 La tercera suposición que más bien es una contradicci6n¡ es exclusiva del Partido Conser– vador, quien por hipótesis no está preparado para llevar a sus últimas consecuencias, un clima de anarquía y de violencia Tiene demasiados frenos, le ten,e a taritas cosas, que en el último momento tiene que terminar en actos de valor personal, ;pa ra justificar una línea dura que el Partido como institución, no pudo mantener.

Ahora bien, el Partido de Gobierno fracasó, al no haber logrado la asístencia a los comicios de un Pa'rlido mayoritario como el nuestro, porque así hubicra cum'plido con uno de los fines pa– tríóticos de todo Gobierno responsable y es canalizar el deseo de cambio, a través del instrumento ordenado y efectivo de unas eleccíones libres. Al proceder la camar.il/a gobernante con altivet,

empeñados en conservar el poder a toda costa, cQntinúa exponiendo a Nicaragua a graves conmo– ciones. Desde luego el Gobierno sabía que mientri'!S la oposición y' el Partido Conservador se mano tuviesen luchando dentro de la ley, la situación del Gobierno era precaria Y en cambio, la ame·

naza de la abstención y el desafío a la violencia, una coyuntura favorable

También conocía el Gobierno la estructuril precaria y la falta de instrumentos jurídicos efica– ces de la OEA. Por una parte, la Organización de Estados Americanos resultaban como los bombe– lOS, que sólo actúan cuando surgen las llamas y por otra, la oposicíón se empeñaba en que viníesen

il "prevenír" la anuncíada conflagración.

/J' Llevar al Partido opositor mayoritario a la abstención re· sultaba enlonces para el Gobierno la operación ideal, puesto que lisí, al no ponerse en evidencia con el fraude preparado, disminuían los motivos de una ,insurrección masiva y con ello se alejaba defi· nilivamente la I/egilda de los comisionados de la O E A.

En resumen, los Particlos tI adicionales de Nicaragua frilcasal'On i11 no haber sido capaces de encauzar al pais en un proceso eleccionario lleno de prestigio

A LA SEGUNDA PREGUNTA: El Partido C;:on3ervildor de Nicaragua debe explorar antes que todo las posibilidades de un Gobierno verdaderamente tr3nsicional, aunque sea con el Dr. Schick a la caben Pata ello, no debe quedarse a la expectativa, especulando, sino que debe provocar una definición de 111 futura 'política de aquel Gobie. no. La piedra de toque reside en despejar el horizonte político de las elecciones de 1967, planteándole al Gobierno una serie de reformas legales que permitan justificar el abandono de la intransigencia por parte de la oposición Debe tomarse en cuenta las siguientes posibi. Iidadcs: todo Gobernante quiere afirmar una política que emane y se oriente en el Titular del Go· bierno; que no sea necesariamente la de ninguno de los grupos de presión que merodean alrededor tle él. ¿Existe esa posibilidad? Si así fuera, de\)eríá aprovecharse, no para pedir puestos ni sine. curas, sino para contríbuir al encauZóll11íento "desde ya" de nuestras institucíones. Porque si el Par– tido Conservador permanece desconectado de una labor constructiva tendrá que seguír nutriéndose de la clYloción y ellervamíenfo de sus masas En cambio, puede ser de interés para el futuro Go.

biel no administrar en paz. El problema es difícil ,para el Dr. Schick, porque toda maniobra muy precoz puede traerle dificultades internas Pero puede empexar por campos donde no existan in– mediatos peligros de colisión con los intereses que lo apoyaron yeso solo se consigue si 101 oposi.

ció" levanta sus objetivos inmediatos

A LA TERCERA PREGUNTA: Nuestra actitud hacia la política de los EE UU. hacia Nicaragua la planteo así: en primer lugar las dictaduras se producen como fenómenos locales y no nacen en Wash. illgton. La actitud del Dlllpartamento de Estado hacia éstas ha sido hasta ahora pragmática y quietista Mientras el compoltamiento de los dictadores no provoque serios problemas de insatis~acdón o peligros racionales de violencia, simplemente no ac:túan. Entonces, si nosotros por inmadurez: dejamos pasar las oportunidades de empezar a reformar a esos Gobiernos, a ellos no les importa nada. Sin embar. go, esta actitud cautelosa y fría del Departamento de Estado es peligrosa. Ellos, como también ciertos sectores de las élites locales, son socio-económicamente hablando, co·factares y no pueden eludir cierla responsabilidad. Deberían apoyar todo paso y aún estimular toda medida que empuje el carro hacia adelante y nunca para atrás. En nuestra pasada abstenciqn no tuvieron la culpa, fuimos noso. tros Pero de ahora en adelante, si la oposición madura, ellos tíenen Una magnífica oportunidad de hacer que el Gobierno acelere el cambio.

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