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Toro Nos llevaron ,o BluefifJ/~s. Me sentía, con pliento para fuchar tesoneramer¡te ,Levant~

mi coraje ef optimismo de don Pedro, y muy" ~~sueltomente)a moñona sigviente hubilfira jura, do que dentro de un mes, al soplo de fas vientos revofucionarios habríamos conqvistado Mana ~

:: . ; I ' ~ gua

.:'

NOTA,: He recibido una fh~a carta del docto~ Agustín Tii~rino RoiA.'J en Que me' señala dos errores c.n qué imiud8blé,ne~te c.af en' mi

último Caoo Suelto: puhlicado. Uno se refiere al General Barnhoúñ que no ae

llamaba P8.~ ¡íno Sott:.!ro Bara.hona Y otro re': rerente ~ Cnrl?ta , la distif)guida. e~ñola hoy viuda de Valladarc3 a In cual I1tlll\é hija del, ;,le¡nán Slreber. sabicndq nt~y b.ien que' cUa eS' Bernard

l

FlaquciR de' ini nncianidad que; ya.: vacilo en cUanto a loé' no'mbres propios

I : I

Rinrlo Itl3 glacia:l al doctor Tlicrino, y le aupÍico vh:dlarme. porqu~ el propó~Hb de: la publicación de mis Caboil Sueltoo, tir

sentar la verdad, y ofrecer al público nicnrágücna8 10& frutoJ de mi experiencia .

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O estába~os co~te(ltos

los ~u~'

hqblamos ~enido

a la revolución ¿ori ?Iiénto b~/icósó,

Encontrábamos frío el ambiente de Bluefields que se mos~ró indiferente a, nueStro es– fuerzo paÚiótic~ . Yo ten/o ~I có'!ce.oi~ de qpe ~ré/ ciudad Rama ia copita;, de h~estr~ C;:O$tp

Atlóntica Hasta mÓs tarde penetr~ el espíritu de' Bluefiefds' y

¡luegUé a

comprender la iaión dé

sus inconformidades. '. "

, l." ,

, Una legión de jóvenes granadinos había venido veinte qños btrás 'a lo Costa Atlántico con la energía de sus ant~pasodps I~s cd'nquis~ador~s ~i;paño/es, para apoderarse de fas márgenes fecun–

das de los rí~s y

cultivarlas para lo si~mbrq, y ,explotr;;ción pi~';'etedora delb,andrio. Fueron combo doce, Segundo Chamarro, Sebci~tián y FernOlido Uriza, Luii Menó;' 'Pabfo Antonio Cuadra Pasos, todos jóvenes menores de treinta años

. "

Pablo se fin'c6 en Iq extre~idacj; 9ftl, fío R,ama y se';'bró v9,rips héctáre~s e~t!n? h~rmosa

finc'!, que en su ,entusiqsmo ~enominó El pelirio" Ahí permpn~qiórrás qe tres años, y ~LJondo su

obra estaba concluída qejq efe, administrador. ,01 jover¡ aún menor que,'ef mismo ,Pabfo, Ans(Jlrr¡o Rivas, hijo del viejQ ~on Anselmo; y más torete mi ~,uíiado por ~~ easamier!t9 co,!, mi herman~ At;lq, Norberto . . , . , ','

Seguí y exageré con mÍ' fantasía de niño todo' fb concerniente' a El Delirio. DesRues 'de Ansefmo lué su 'admin'istrodór don Silvestre Selva, cabalfero de más años y mUy' original en slis portes y en sUs proceditnlentos' " '

" En ciudad Rama se reunían, discutían, trazaban planes y ejecutaban prodigios en el cultivo de. la tierra, los enérgicos eonquistqdores, en cada uno de los cuales mi entusiasmó veía nada menos que a H~rnÓndez d~ Córdobo, d~ Soto,' FC?ns~ de '!-eéin, rediyivos: .. .

Sa/;mos ,de Biuefields, ~ fa puesta del sol Una lancha de riJ6tor de gas~lina l1ev~b~ a re– molque un gron lanchón plcino en que íbamós los expédic!ori'aribJ en ';ú~ero d~uno:S veinte" Varios alcanzaron altos grados militares, Afejandro Cárdenas, Vicente Afvarez Sabalfos, lidebrando Rocha, yo entre elfos, C0n pobre aliento de ~oldado, pero inflamado de un patríotismoientusiasta

y en aquella noche sublime exaltado por la poesía muysentída, aunque no expresada en un can-

to, que zumbaba' en mis, oídos y se; me quedaba en e/alma " ,

NavegÓbamos ;sob~~ ¡ef' río Es26~'ciido, ';'oíestuosd y ancha corriente' d/ogua' sobre la' euaf

en aquella rioth~ inolvidabie el deio 'estaba cubierto en' un ¿iiadrante coinpletp p~¡ ~! fámóso co– meto Holley, que en su 'tr6nstito de sigfos en ese año de 1910, amenazabd a nJesúo p/an~ta con

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