Page 82 - lista_historica_magistrados

Que sirviera 1'1 lección a las

l1rorfa siento en la calma de rril d";dahidad~ tristeza airecordar qUe un día' fuimo~ sendos signos de ese pnta90nismo de puerta cenada, Juan Bautista y yo

Anta~ónismo ingrato! destrlÍctor, que se extremó a lo ruinoso yola sangriento Un

sabio arnigo que tuvimos en Washington, Juan Bautista Sacasa y yo, que tuvo oportunidad de conocernos,y apreéicmios a fohdo, que nos sondeó para saber que yo apreciaba a Juan' Bautista

y que Juan Bautista me apreciaba a mí, poeta pata dór más vuelo a la ideó de la concordia, nos 16 dijo, y aúh quiso conciliar nuestras aspiraciones en un solo noble ideal .

Pero estóbamc;>s fatalmente destinados a ser factores antagónicos en un período tristísimo de nuestra historia

Dips mío, si me fuera poda principiar de nuevo la jornada!' nuevos generaciones !!

Pero 19S veo venir fatalmente, en los dos mónadas de ventanas cerradas en la misma ca·

rri~t;lte hacia el principio La historia prueba que es acertacJo el refrón popular que dice que nunCa se cobra experiencia en cabeza ajena .

Ya estoy con el pie en el estribo para abandonar San Salvador y trasladarme a Tegucigal– po De allá me están llamando, tanto mi hermano Eulogio como Paulina Valfadates En lo última carta que recibí de Eulogio, me dice "Ya tengo en mi casa amueblada y listo lo pieza en que vas a vivir, todo el servicio y mis amis~ades íntimas, ia lIo,man el cuarto de don Carlos"

En cuanto a acogido social, a consideraciones de bueno amistad guardo muy gratos re– cuerdos de San Salvador . Abiertos, en sus relaciones con los nicaragüenses, los salvadoreños

son de fino trato y suma amabilidad Noté con satisfacción que en la buena sociedad salvado– reña tenían como; una .recomendación de caballerosidad el ser conservador de Nicaragua

, , Pero carecía de oportunidades de una actividad inteledudi Sentíd como qúe estaba per– diendo en puntó del vuelo de ia fantasía y que se me entumían los alas Peró al final el sal– de

entre esos mós y ~sos menos de mi vida, florecen' los buenos recuerdos de San Safvai::lor

Noté una peligrosa organización social, por las relaciones entre las clases Así lo comen–

tábamos entre los nicaragüenses El trabajador de lo ciudad se siente oprimido por sus amos, les teme y gua~da para el/os mucho respeto, pero muy poco afecto En aquel tiempo se

sentía en

la; sócieciad centroamericana el peligro del comunismo, con todo y las lecciones de las doctrinas

de Marx y de las explo.siones sangrientas de ¡ 848 en Francia .

.

;.' '

,

Como ejemplo de esas relaciones relataré un incidente en la casa de mi hetrmano Pedro Rafael Cuadra Tenían un criado llamado Cresencio, bueno para el serviciQ si lo~ hay, cuidaba

d~ la limpieza de la casa y runca faltaba en sus obligaciones Un día domingo se había ido a

Di!, I¿{misa tempranera toda la familia, menos yo, que me reservaba pOlo lo de once de la maño–

tid' 'En, uno de los corredores de la casa atravesaba un tubo para el servicio dé agua sob;e los fadriilos' Creé,entio veníd con Uf) rollo de platos para alistarla mesa del desayunó, y se enredó por los pies con el tubo, '¿oyó' Crescen~io y toda la loza Se hizo pedch:os .

Crescenciotemblondo, me dijo "Mire don Carlos qué desgrqcia lo mía, ahora que ven–

ga doña Cdrirlela me va c·,despedir, sin firmarme mi libreta y no hallaré ocupación en niguna par-

-57-