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feliz coyuntura, cOlitiguo b lo cosa de don Víctorino y hente a la de Pedio Rofael se alquilaba una casita de dos pequeños piezas, cón su patio y con todo su servicio La alquilé amueblada Adán Cuadra, mi sobrino, que era aprovechado estudiante de medicina y que viviu en lo lO~a de Pedro Rafael, se fue a Vivir conmigo

Muy pronto pude relacionarme, ayud.ado principalmente por Salvadol CaldeJón Ramírez, y

alga por Román Mayorga Rivas Apenas había cortido un mes de mi emigración, y yo formaba parte de las te/tulias que solían hace/se en et'Parque Bolívar Recuerdo que una ve¿ estábamos en ella cuando posó la señorita Rita Rod,íguez, bella y elegante mujer, más tolde casada con un

nicaragüense Uno de los salvadoreños me dijo "Mire, docior Cuadla Posos, qué mujer más linda la que viene, 'i entonces cf doctor y magistrado Ricardo Moreira, podre elel novio de Ernes– tino Argüelló que había vivido un l.iempo en Nicaragua, les dijo' "No crean que se ae/mila Cuadra Pasos, en Granada, su ciue/ad, por las lO/des sentae/os en los esquinas, huy racimos de rnuc!JochJs hermosísimas, es la tielfO e/el encanto"

Pero quiero liquidO! o la And/ea, en su difícil misión EIO Presidente e/e [1 Salvaclor en ese tiempo el General Figueroo, que tenía fama de ser recio de condición y por ello le llamaban Ba/– bas Agrias Lo señorita María Argüello hija de don Victorino, tenía muy buena amistad con

una hija de Figueroa, y po; ese conduc1.u le cOllSiyuió la audiencia a lo Andreo y la acompañó EII

la visita

Figueroa había celebrado reéien1.emente uno entrevista con el Presidente Zelaya en Ama– pola Cuando la Andreo le presentó su solici1.ud de indulio para su hijo, le contestó de primas a

primeros "Es difícil su caso, porque tste es un pirata y está bien condenado" Lo Andrea, le dijo "Señor Presidente, usted está haciendo la de los perros, qUe muerden el palo que les tiran,

y no al que se los tira Viene usted de abrazOJ se con el hombre de Nicaragua y tiene trabujando como presidario en los calles a mi hijo, palo que le tiraron"

Todos esperO/oll una explosión hostil de BOJ bas Ag/ ias, pero éste se quedó COlnO un minuto meditando y le dijo a Andréa -"En fin usted es madre, se va a llevar a su hijo, pero la condi ci6n que impongo debe ser que se vayg eh el primer vapor y no hablClr un1.es con nadie en El Salva– dor" Acept6 la flamante diplomática, y su compañera llegó admirada

I e/atándonos su triunfo Curnpli6 al pie de la letra la madre, pero me parece que el hijo no cobr6 experiencia

Lo más sensacional que encontré entl e los emigrados fUfJ la acción del doctor Mad, iz; que se había venido amistosamente para donde Zelaya, comprendiendo sin duda que el dictador es– taba liquidándose.' Algunos emigrados compre/idían toda la inteligente intenci6n del movimiento de Madriz, pero otros, y con especialiddd sus más íntimos, se resentían hondamente del atrevido paso

E

L Presidente Zelaya ce<¡J9do por su política de mantener su hegemonía en Centro Améri–

. ca, ha percibió con e/orielad el cambio sustancial sufrido por el Contihente, en virtud del triunfo de los Estados Unidos en lo guerra contra España

Reunidos en París Plenipotenciarios de los Estados Unidos y de España, asistidos con I e~

presentaciones ele otras potencias, el tratado que celebraron fue de trascendencia panamericana Los Estados Unidos adquirieron en ese Tratado, obligaciones serias en el Pacifico Había sido com– plicada la situación por la guena entre Japón y China, en que triunfante el Japón, impuso una politica terrada a la penetraci6n europea Los Estados Unidos adquirían el deber de mantener, por el contrario, puerta abierta paró el comercio europeo, tanto en Chino como en el Japón.

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