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Rocha yerno de la Rodan:l:a, tenia un penco pato listo para entregarlo a los montados que llegaran para colgarlo en el patio de su casa el día de su sanio, mas ni por imaginación se le ocurrió irlo a traer para feriarlo en la tarde.

De pronto se oyó otro maullido que re– ventó tras del mon:!:e que rodea la casa, Mate– yi:to que sin saberlo él por tantas desazones se le había resquebrajado el corazón, pegó un

grito, se puso pálido, le fa1±6 el juelgo, se fam– baleó un instante y luego dio un tremendo costalazo, pues se le había fugado el alma unos cuantos segundos antes de acomodarse en el suelo.

A pesar del pánico, que causaron los bra– midos, que según ñor Saturnino aclaró al poco rato eran la despedida y las gracias de Cosme a sus amigos, Juan Rocha que tenía vene– ración por su suegro se esforzó por acudirlo, su mujer se arrimó luegHo, los oiros hijos tam– biÉm, más cuando lo incorporó el yerno para recogerlo quedó claro éste que su padre polí– fico le había dado a todo ful sobre el camino del Musún.

Rocha volviéndose a su mujer, le dijo, atragantado:

-Tu mama...tuvo la culpa.•.de que se la feriara el figre ...eso es cuenta de ella...pero a lo que a yo me punza adenfro...y me brinca en el güeco... es que Mateyo que no dañinió a naide...haya sido el pafo de este diva de San Juan...y en una juanchadera que nada teniya

qüe ver con San Juan si no que con el tigre_ caribe de Cosme.

Cuando recupera¡::>n iodos, en±apescaron a Mateyito, dada las circunstancias resolvie_ ron no hacerle vela y de allí no masito se lo llevaron al hoyo que abrieron en dos socollo_ nes en el panteonci±o rural de Las Mesas, Ein donde después de colocarlo y cubrirlo de fie– rra le dieron pisón hasta dec;ir quitá, por últi– mo en procesión fue la jinchería acompañan_ le a dejar a los Hernández a su rancho y cuan– do quedaron íngrimos los deudos, dijo la Ro– mana a Juan ya 10s'Rocha:

-Agora a quemar sin volver a ver para atrás, con la leña de la hojachigüe, todos los güesos, polvos, cacastes de pocoyos y caram_ badas que mi mama tiene bajo de su tapesco.

-Dalo viaje cuanto antes, masticaron 16s Rocha.

-Sacálos todíti±os, mientras yo alisio la leña, dijo Juan.

Hicieron la hogalera, echaron en ella los chunches que la Rociania ocupaba para perso– gar a los amantes de su agrado y cuando to– do quedó convertido en rescoldo, dijo la sim– pática Romana:

-Lo que es a yo no va a pasarle lo de mi mama, ella me perdone si mis palabras la ofenden, pues al hombre que me eche encima no voy a buscarle cambeo con jincho dia ríata y media o por ladino jandudo.

FIN