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Después de su "grand tour" europea, vuelve a los país afluian a su Consultorio. Á todos recibía, examinaba Estados Unidos y de allí se prepara para regresar a Nica· y recetaba. Bas.taba ver ~I enJer",lo para que el ~octor

ragua. Ha visto el mundo y se ha dado cuenta de los pro· Urtecho reconociera por slntomas 'externos el mal que le

~resos de la industria y de la ciencia. Alistó! un espléndido aquejaba. Y acertaba siempre.

instrumental médico, una amplia lista de medicamentos y, Llegó a téner fama de taumaturgo. Es que su apos. además, -era también un hombre de empresa y habia tólico humanismo y su enorme experiencia unidos a su tenido su entrenamiento comercial- hace arreglos para natural inteligencia le daban los conocimientos necesarios la introducción en Nicaragua del cemento Portland, el es- para ejercer la Meáicina, no como profesión de lucro tablecimiento de una fábrica de ladrillos de cement6 -él -éste le llegaba a fuerza de agradecimiento de sus pa– dio es, primer paso en el progreso de la arquitectur.a- cíentes- sino como consuelo del que sufre.

y, con un simbolismo encantadClr, trile consigo las prime· Como el paludismo era, y aun es, una de las pl,BBas ras m6quinas de coser marca "New Home". ¿Es que que azotan al pueblo nicaragüense, el Doctor Urtecho pre. venía acaso, con intenciones de establecer -¡ya era paró una medicina eficaz a base de quinina que llamó "La

tiempol- su "new home", SlJ nuevo hogar? Tigra". Sus efedos curativos eran asombrosos y la fama Nll se sabe a punto fijo. Lo cierto es que el joven del medicamento llegó a todos los confines del país, médlco·empresario industrial a Su lIeuada D Granada visi· Como era amarga al paladar, los muchachos rehuían el ta a sus simpáticas amigas Chamorro y allí' es presentad"? tomarla, pere) como había probado su eficacia en contra a la prima de éstas la bella señorita Magdalena Avilés, de las fiebres palúdicas, las madres usaban de todos los hija de don Agustín Avilés, cuñado del Geiteral Fruto medios persuasivos a su alcance, para que aquellos la too Chamorro, cuya esposa, doña Mercedes Avilés, tiene es· maran, pues aquella medicina era "Ia tigra" de las fiebres. pecial afecto por su sobrina Magdalena. Y muchas son las generaciones de granadinos en particu-Fue aquel un caso de amor a primera vista. No lar y nicaragüenses en general, que han sido curados del mucho tiempo después el Dodor Urtecho conirajo matri- paludismo con aquella medicina amarga pero excelente. monio con la señorita Magdalena Avilés. Fueron innumerables los casos en qlle el Doctor En la casa de la Calle Real, contigua a la Iglesia de Urtecho salvó a pacientes de temerarias intervenciones la Merced, y que entonces era propiedad de don leadoro quirúrgicas indica~as por sus colegas con simples medica· léfel, estableció el Doctor Urtecho su nuevo hogar. AI/i mentos que él mismo preparaba y que realizaban lo que estableció su botica que tanta fama habría.de tener. Co- las gentes dieron por calificar como "milagrosas curacio– mo el dueño de la casa resolviese radicarse en Managua, nes".

y el éxito de sus empresas industriales le dieron el sufi· No fue ajeno el Doctor Urtecho a los ajetreos de la ciente capital, el Doctor Urtecho le propuso comprar la política. Perteneció al Partido Iglesiero, -uno rama di· propiedad, a lo que el señor Téfel accedió, incluyendo 1& sidente del viejo Pal,tido Conservador-, durante la Pre· compra no sólo el inmueble mismo sino todos los mue- sidencia del doctor Robel'to Sacasa. Fue electo, como can· bies y aun la vajilla que eran propiedad del señor Téfel. tlldato de aquel Partido, para ejercer la' Prefectura del Una vez que el Doctor Ul'techo cimentó su situación Departamento de Granada y en ese cargo supo ser justo fin_anciera sobre bases sólidas adquiridas .flor su dedica· y.respetuoso de los derechos ciudadanos, meredendo la ción al trabajo de sus empresas industriales y comercia· buena voluntad de todos.

les, se dedicó de lleno al ejercicio humanitario de su ,Su abnegación, sin embargo, no tenía límites ClIal!' profesión de médico. do se trataba de aliviar las penas de la humanidad do· Todos los sábados tenia la costumbre de ir a "dar Iiente. Fue el brazo derecho de doña Elena AreJlano consulta" a Masaya. En la Estación del Ferrocarril, en un durante la crisis de la epidemia del cólera, siendo entono rincón de la Bodega, triU un biombo de madera forrado ces el único médico que se consagró de lleno a combatir, con papel de periódicos, examinaba ¡j los pacientes que al lado de aquella santa mujer, el terrible flagelo. requerian reserva. Les recetaba lo adecuado y si no te· El Doctor Urtecho fue quien cedió su casa de habi· nían con qué comprar la medicina los daba el dinero tación de la Otra Banda para que se convirtiera en el Co· necesario. lagio Francés de Nuestra Señora de Guadalupe, cuando En su Consultorio de Granada, hada lo mismo. Ato· deña Elima no encontraba lugar donde alojar a las Seño· do pobre que llegaba a su puerta y le pedía i1livio para ritas Francesas que venían a regentar el Colegio, que sus enfermedades, le daba la medicina y dinero para que todavía existe en la casa y terrenos que pertenecieron al fuera a comer. En la gran mayoría de los tasos que se le Dodor Urtecho. presentaban su diagn6sfico era: hambre. Su sistema

(l). Como propietario de esos extensos terrenos que en rativo consistill en reanimar la naturaleza decaítla por la parle occidéntal de Granada llevan su nombre, hizo do· medios naturales, como la alimentación. nación a la Municipalidad de la am,fJlia calle qUE! de la Una, vez fue llamado por la madre de un niño lIc1ual carretera pasa por el Colegio de María A,!xiliadora, a quien Un eminente doctor habla mantenido a dieta por pot el Colegio Francés y el Hospital San Juan de Dios ciertos desórdenes digestivos. El niño se enflaquecill y Hixo donación también de las calles en una lotificación dE perdía fuerzas de una manera alarmante y su madre lIam6 esos mismos terrenos que él mismo hiciera y en la qUE al Doctor Urtecho. Este J1!lgó, vio al niño, lo. examinó al donaba a la ciudad amplios lotes para un parque y un¡ tacto en el estómago y volviéndose a la madre qua aspe· Iglesia. Granada le debe un monumento.

raba ansiosa, le dijo: "Señora, esto niño está "transido", Bien ,puede el Doelor Juan Ignacio Urtecho des~ansa

déle de comer y pronto estará bien!" Así se hizo. Y aquel tranquilo en el seno de la eternidad. La armonía espiri niño vive todavía. Yo le conozco. Es mi hermano César. tual de su mundo interior hiz() contrapeso al ¡nfortunad. De casos como ese se cuentan por millares, como mundo exterior que le rodeara y qUe él quiso aliviar COI

eran por millares los pacientes que de todas partes del la ternura de su corazón.

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