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hacer circular en las calles sus elucubraciones, distribuyéndolas gratis entre los vecinos y llenando de con– tento a todos, y especialmente, a las que oficiosamente habían colaborado en ellas

Con motivo de una visita que el año de 1883 hizo a Granada doña Emilio Serrano, Baronesa de

Wilson, los guasones amigos de Badito

l

vistieron a éste de negro y traslapado levitón, encosquetóndole un

sombrero de Copo, y así trajeado, lo enviaron un domingo, a saludar a la célebre escritora española La

Baronesa de Wilson se encontraba hospedada en el Hotel de los Leones y a las dos de la tarde de ese día re– cibia ella, a distinguidas personalidades politicas, sociales y literarias de la Granada de enlonces, y cuando

era más numerosa la concurrencia dando la bienvenido a la ilustre huésped, se presentó muy ceremoniosa–

mente, el vate cuiscomeño don Procopio Bado y Surrizano, ataviado con su vestido de etiqueta, llevando en la mono un rollo de papeles con sus producciones literorías y entre éstas, una impreso pora esa ocasión, es– crita con pomposa hinchazón, dando también la bienvenida o su distinguida colega en el arte literario con

motivo de su visita a La Sultana del Gran Lago, frase ésta, que nunca faltaba en los versos de Badito

La espectacular e intencionada broma dada a la célebre escritora en ese domingo, fue celebrada

en lo ciudad con gran alboroto y risas¡ y hasta los mismos respetables personajes que en esa ocasión se en–

contraban visitando a la mensajera intelectual de la Madre Patria, no dejaron de son reir al ver la estrafalaria figura de Badito y oir su estrambótica salutación a doña Emilio, la cual por su parte ignoraba a esas horas,

quién era el vate cuiscomeño, ni la posición que éste desempeñaba entré los manos de los guaso– nes granadinos

y ya que hablamos de esta divertida escena de Badito frente a su colega según él, doña Emilio

Serrano, Baronesa de Wilson, no estaría aquí fuera de tiesto, referir otro anécdota de este mismo vate ocu–

rrida poco después de la llegada a Granada de la célebre Baronesa

Corrío el rumor, entre la gente guasona de lo ciudad, que varios eron los colaborados oficios de

Badito y el principal de ellos, don Horacio Guzmón, médico distinguido, talentoso político y escritor, muy afi–

cionado a la broma, para lo cual disponía, este de especial inteligencia y, que además, el mismo Doctor, el

principal Mecenas y Consejero de Badito y quien, mejor que otro alguno henchía al vate cuiscomeño sus

publicaciones rumor este ú'timo que otros burlones de la ciudad, matkiosamente¡ soplaran a Bodito¡ dando

ello lugar a una oportuna salido del vate cuiscomeño en la siguiente forma

El año de J888 fue nombrado el doctor Guzmán, Ministro de Nicaragua en Washington, saliendo de Granada a desempeñar su alto cargo

La oportunidad del viaje del doctor Guzmán la aprovechó Badito para dar un mentis al rumor de que antes se habló, y pocos dios después que el doctor abandonaba Nicaragua, el vate cuiscomeño escri–

bió unos versos, haciéndolos circular impresos como de costumbre, titulados "Ahora que no está Horacio", versos que eran uno defensa de su autor abogando pro arte SUD y la frase, "Ahora que no está Horacio"¡ se

hizo de moda no sólo en Granada, sino también en todo el pais, ya que desde que el vate cuiscomeño la in–

ventara, se solía aplicar o cosos similares como el que los burlones granadinos enderezaron a Badito, pues

ha de saberse que las producciones de este Vate y las cosas que de él mismo se decian y contaban, no sólo eran conocidas en la ciudad sino también en todo el pais

Adem6s del célebre vote cuiscomeño, Granado contaba o (o sozón¡ con otros dos tipos más afi–

cionados o labores literarios, y como los de aquél, servíon también o los granadinos poro dor solido o sus di– vertidas e intencionadas bromos

El primero de éstos se llamaba don Manuel Bias Sáenz, maestro de primeras letras, literato me–

diocre y aficionado o escribir dramas truculentos, intentando seguir las huellas del dramaturgo español don

José Echegaray El primer drama de don Manuel Bias Sáenz se titulaba "El Angel Caído" Escribió otros

más¡ pero éste fue el único que tuvo los honores de subir o esceno, gracias o unos cómicos de lo legua que en eso ocasión posaron por Granado

El susodicha dramón fue representado sólo una vez en el teatro de la ciudad en medio de una

rechiflo fenomenal que los guasones, en forma de cloque, organizaron p"ara su estreno Terminó la repre–

sentación de "El Angel Caído", como era natural, con bulliciosa y alborotada gritería de part.. del público de la Sultana que asistió esa noche al teatro Contqbo un cronista de ía época que el argumento de El An–

gel Caído ero ton trógico y truculento, que en la último escena morían todos los actores, incluso el apun–

tador que no pudo escapar de aquella carnicería Ya se puede uno figurar cómo se desplegaría la cence–

rrada de aquel público, burlón por naturaleza, presenciando el extremo de esa obra dramótico, representa–

da por cómicos de la legua, y cómo se descargarían los chispeantes burlas sobre el dramaturgo granadino, émulo de don José Echegaray!

El segundo tipo intelectual de la misma época la fue el tipógrafo don Jasé Trinidad Gutiérrez, vecino del barrio del Hormiguero, de la misma ciudad Este intelectual era prosista y firmaba sus produc– ciones con el pseudónimo de Ego Sum y desde que apareció en la prensa su primer artículo con ese pseudó–

nimo, sólo por el se le conocía en la ciudad

Con sus producciones levantadas por él mismo en la imprenta y editadas en folletitos insertaba

en éstos, a m6s de lo suyó original, trozos de otros escritores de los- cuales libremente se apropiaba sin to–

marse el cuidado de señalar su orig<¡n, Con esos retazos, tomados de varios campos, formaba sus artículos

literarios, los cuales podían leerse ,de ·~rtiba abajo, sin encontrar otra coso ~que lo poco que su mente pro–

ducía, que dicho sea de paso, no ,valla la pena Una vez, listo el cuadernito, salía a la calle él mismo Ego

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