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« Previous Page Table of Contents Next Page »les naclonalis'as y los olios dos, o bien conservador ni·
caragüense y liberal independiente. Lo lógico es que,
negado a esle punlo, el quinlo sea del Partido que haya
o.btenido segundo lugar en el número de firmas puestas
en su petición, sea Liberal Independiente, Renovación Na~
cional, Movilización Republicana o Social Cristiüno
La negación manifestada, hasta el momento de es~
(ribit este artículo, por los libelales nacionalistas para in~
tegrar el Tribunal Eledoral en la forma que acabamos de
indicar ¡parece responder a una concepción muy particu· lar de ell05 de nuestro problema político, cual es la de
no querer reconocer UNA PLURALIDAD DE FUERZAS co– rrespondientes a una PLURALIDAD DE PARTIDOS, sino
simplemente dos fuerzas del todo irreconciliables: Go.. bierno y Oposicián Y aún más: la de identificar al Go– bierno con la familia Somo¡za, de modo que no cuente pa..
ra ellos más que: Somocismo y Anti Somocismo.
Llevando así, hasta tal punto el problema, es claro que resulte de muy difícil solución porque entra en el campo de lo emocio.nal y afedivo y 58 aleia de lo racio~
nal y objetivo. Ya no es fácil a alguien entender nada si todo lo ve a través de un estado pasional de afección o de enemistad casi personal. Si este Ipunto se lograra su~
perar, todo sería arreglable. Y es aquí en donde debe ponerse en práctica toda la buena voluntad de los seña·
res Somoza.
Algo indiscutiblemente se ha caminado ya por esle sendero al aprobarse la anterior .'eforma la que plohibo
la reelección personal del Presidente de la República y la
elección para un periodo sucesivo de 105 parientes del mis· mo dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad. Pero no basta sólo eslo, sino que es ne.. cesario que se óeje de identificar ~ determinadas perso· nas con la función del mando. En esto está, precisamen– te, "el cesarismo", que ha desvirtuado entre nosotros la
idea fundamental del sistema representalivo.
No creemos que exista el1 las demandas políticas odio o antipatía por los señores Somoza. lo que existe es un deseo de cambio, de renovación on nuestro1 política, que se hace tanto más exigente cuanto más prolongada se hace la permanencia de un nombre en el Gobierno. Algo que se da en todos los pueblos en donde existe vivo
el espíritu de libertad. Si al menos el Partido Liberal Na·
cionalista hubier¡¡ ¡ugado a la oligarquía durante sus lal– gas año~ de gobierno quizás no estarla tan fuerte en nuestro pue¡blo este deseo de cambio.
Por otra parte, esta reducción tan extremada de
nuestro ,problema a: "GOBIERNO vo. OPOSICION", por
quienes dirigen al partido del mando, desvirtúa también por completo la otra idea del pluripartidismo que encar– na la reforma en otro de sus aspectos, y que pasamos a ver por separado.
MODIFICACION DEL SISTEMA DE REPRESENTACION EN EL PODER LEGISLATIVO Y DE LA CONSTITUCION
LEGAL DE LOS PARTIDOS
Este es un punto muy interesante de la iniciativa de reformas, pero sujeto enteramente, como ya hemos dicho,
al asunto del Tribuna' Electoral.
En síntesis podemos decir que la reforma parece
lender:
a) A facilitar la formaci6n de Partidos, pero sin atrever· se a romper el "bi·partidíslt1o" tradicional
b) A asegurar a todos los Partidos Polfticos un número
de representantes en el Poder legislativo propordo.. nal al volumen do sus votos obtenidos en las eleccio– nes generales para Autolidades Supremas y de acuer– do con el sistema de cociente electoral; y
c) A transformar el sistema de llcircunscripción nacio– nal" por el de llcircunscripción regional" en las elec– ciones de Diputados.
En cuanto al punto a), o sea, a facilitar la formación
de Partidos, podemos observar: Que, si bien es cierto que
la iniciativa que pide rebajar el porcentaje de firmas nece– sarias para que cualquier agrupación politica pueda ha– cel la l/petición" quo le dé derecho a constituilse legal.. mente como "Partido", hcilita y estimula la formación de éstos, por otro lado la misma iniciativa cierra toda posi..
bilidad de PERMANENCIA a los nuevos Partidos, al redu–
<ir su vida de delecho tan sólo a un rperíodo legislativo
y obligarle a nuevas peticiones en cada uno. de los sUcc~
s¡vos Esta contradicción esencial del Proyecto de Refor· mas se evidencia al examinar este punto con el que se refiere al de integración del Tribunal Supremo Electoral. En éste, en efecto, -y tal como lo ha explicado el Doc.. tor Manuel F. Zurita-, se trata de conservar el "bi_palti.. dismo ll tradicional (o de las "paralelas históricas") al con– tinuarse haciendo descansar su fundamentación sobre las bases de partido~ mayoritarios (que hayan obtenido el primero y el segundo IU9a1' en las últimas elecciones) y
abrirse únicamente una sola entrada a las nuevas entiua .. des políticas con el miembro que se concede a la que haya puesto mayor número de firmas calificadas en su Petición. Lo que quiere decir que, vencido el período constitucional en que los partidos legalmente constituidos obtuvieron su representación en los orgal1ismos del Estado, solo continúan subsistiendo iurídicamente el que ganó la
mayoría del Gobierno y el segundo que le siguió en va·
lumen de votación, desa,pareciendo todos los otros, que tendrán que presentar nuevamente su Petición para vol– ver a obtenar su reconocimiento legal.
Esto nos parece simplemente absurdo. Porque, por un lado ni es en realidad un verdadero régimen de para· lelas o de bi-partidismo, ni llega tampoco por el otro a ser un auténtico sistema de pluripartidismo. Falta por completo un criterio claro y definido.
Nosotros creemos que un Partido que ha obtenido algulta vez su carácter jurídico, tiene ,perfecto derecho a seguirse teniendo como tal, mientras no demuestre por sus mismos votos que ha perdido el volumen suficienJe de militantes para ser un verdadero Partido. Creemos también que el pluri-partidismo es conveniente en las ac.. tuales circunstancias, de conformidad con las exigencias de renovación y de transformación de las basos socio·eco– nómicas de nuestra sociedad que, como hemos dicho al principio de este artículo, demand¡)Il nuestros tiempos. Estas exigencias abren en todos los pueblos hoy día toda una gama de .tonos y de matices dentro de lits líneas del pensamiento político, que más de muchas vaces no logran acomodarse a los viejos moldes de los Partidos históri· coso y si estas dive:-gencias de criterio no se logran ca.. nalizar dentro de los cauces electorales, as posible que quieran expresarse rpor medio de la violencia.
la experiencia vivida eh muchos países nos enseña que el surgimiento de nuevos Partidos con ideas nuevas sirve para que 10$ viejos Partidos operen a su vez su pro-
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