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DAMPIER, El PIRATA DESCUBRIDOR W¡

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Si bien Drake es el fundadr de la piratería moderna,

y Lolonés su salvaje continuador, Sir Henry Morgan re~

presenta la piratería oficial y William Dampier la pirate..

ría científica.

Una de las más emocionantes, de mayor colorido y

singular de las expediciones bucaneras, en gran escala, fue la de los famosos Capitanes Sawkins, Sharp, Harris y

Cook, 10$ que cruzaron el Istmo de Panamá en 1680. Con

estos atrevidos piratas de los mares del Sur iban: Liane'

Wafer, Un hábil ciru¡ano, Rasil Ringrose, un inglés de vas–

ta ilustración, y el hiio de un campesino de Devonshíre,

William Dampier, que habría de ser uno de fos más ex–

traordinarios caracteres de la piratería, así como uno efe los más eficientes navegantes de su época.

Durante su larga vida Dampier navegó 105 más dis– tantes mares, realizó notables descubrimientos y como era un hombre de mediana educación, hizo notas y guar. dó diarios de todas sus aventuras. Es'cribió con tesón in. fatigable, en medio de grandes dificultades, y sus narra.

cion~s de los viaies alrededor del mundo poseen extraor– dinario Interés.

Aunque nacido en una familia sencilla pero honra·

da, Dampier no tuvo escrúpulos en escoger un medio de vida reñido con la moral. Fue a través de la fuerza de las

l circunstancias y las tentaciones que su carácter no pudo resistir, que se volvió pirata. Administraba pacíficamen– te una plantación en Jamaica, cuando se c.só, y el ma.. trlmonio parece haber sido desa~ortunado, pues muy pronto se le vio abandonar su posici6n e irse a cortar ma· dera a la costa de Mosquitos, en Nicaragua.

Era éste, del corte de maderas, un negocio lucrativo al que estaban dedicados muchos ingleses -fornidos hombres que gastaban todo lo que ganaban en franca· chelas y que buscaban solaz en la vida semi salvale que llevaban con las mujeres indias que robaban Ipara que les sirvieran y cuidaran en las chozas de la ¡ungla en que vi.. vian.

Un día una furiosa tormenta arras6 con el campa–

I mento de Dampier: todo se perdi6, hachas, maderas, to– do: menos la vida.

Al llegar a la cOlta se encontraron con unos piratas con quienes se juntaron en una expedici6n, y así fue có~

mo Dampier siguió esa carrera que le habrfa de dar dine– ro y fama.

En 1685 se presentó Dampier en las costas del Pad· fico al mando de un buen número de toragidos. Primero ( desembarcaron en Escalante -actualmente San Juan del Sur- y se dirigieron contra Granada, la que fue tomada y

saqueada. Al exigir el rescate inmediato" las autoridades no pudieron entregarlo, por lo que los piratas incendia.. ron el templo de San Francisco y algunas casas princlpa. les.

No se habían repuesto los granadinos del rudo gol. pe de Dampier, cuando en el mismo año de 1685, estos mismos piratas desembarcaron en

UI) estero cercano al Realelo y siguiendo un río que entraba al play6n de Ja– guey se dirigieron a León para atacarlo por sorpresa. Mas 'a suegra del Gobernador, doña Paula del Real, dio la voz de alarma y los leoneses se aprestaron a la defensa. Desde entonces aquel estero lleva el nombre de la ke. roina: el estero de Doña Paula.

La defensa de la ciudad, sin embargo, fue débil y mal dirigida y los pi,atas se posesionaron fácilmente de ella. La saquearon ,la inceneliaron y huyeron con un rico bo. tin, ,por la vía del .Realeio donde se embarcaron no sin antes incendiar también el puerto.

Algunos de los piratas se quedaron en tierra y se internaron en las montañas de las Segovias, donde se juntaron con otros que subieron el rro Coco desde las cos.. t.s del At16ntico, y se dedicaron a asolar la región del Tel– paneca donde estaba situada la antigua y rica ciudad de Segovia, la que después de haber sido saqueada fue re– ducida a escombros.

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